VII- Permisos y besos

59 5 3
                                    

Resultado de esa noche el Limón cayó en cama por una fuerte gripe, Ioro y Kametzu no dejaban de culparse y llorar al verla así, pero tras tres días comenzó a mejorar.

Lo mejor fue que ni Shikaku ni Kakashi la buscaron, ella supuso que ya se había dado por terminado su "acuerdo" y durante dos semanas no tuvo noticias de ellos, pero se equivocó.

-Mira qué casualidad... justo le estaba diciendo a Shikaku que deberíamos pasar a visitarte y te apareces frente a nosotros. Eso es suerte- dijo Kakashi cuando la encontró en la aldea.

Carajo.

-Yo... yo ya me tengo que ir a trabajar-

-¡Qué responsable eres! pero tengo entendido que te habías enfermado... es más, deberías de comer con nosotros, mírate, estás muy flaca. ¿Tú que piensas Shikaku?-

-Sí, por que no- dijo Shikaku sin ponerle mucha atención.

-Yo... yo... no tengo hambre, ya me tengo que ir- la chica se da la vuelta pero Kakashi la tomó del hombro.

-No seas maleducada y ven con nosotros... ¿te gusta la barbacoa? a todo mundo le gusta-

Su invitación no fue gratuita, en el lugar con el pretexto de tener mucho trabajo, Shikaku comenzó a revisar los permisos de algunos refugiados, entre ese montón estaban el de Ioro y Kametzu.

-Mira, ellos se parecen a... ay no, son tus hermanos. ¿Cuantos años tienen? ¿6? y sus permisos para vivir aquí están a punto de vencer, ¡qué mala suerte!- dijo Kakashi.

-¿Qué?- dijo sin entender lo que dijo.

-Y además los han citado tres veces para aclarar eso pero nadie ha respondido- dijo Shikaku en completa calma.

-¿Cómo?- preguntó pero nuevamente la ignoraron.

-¿Qué pasa con Ioro y Kametzu? ellos son unos niños ¡no pueden expulsarlos!- como ninguno respondió ella salió corriendo de vuelta al campamento, mientras Kakashi y Shikaku parecían satisfechos con lo que hicieron.

No tardó mucho en encontrar la caja donde Enoki guardaba los documentos importantes. Sale corriendo a buscar a la única persona que la puede ayudar, o al menos decirle que pasa.

-Limón, los permiso de los gemelos vencen en 5 meses -dijo Omu tras revisar entre todos los papeles que había en la caja.

-¿Cinco meses?, es muy poco tiempo Omu- dijo ella mientras guardaba todo lo demas y el chico ya estaba abrazándola.

-¡Citatorios!, ellos dijeron algo de citatorios y...

-Los citatorios se los entregué a Atlas, pregúntale a él, ya van varias veces que los llaman- responde mientras se acerca más al Limón mientras ella lucha por separarse de él.

- Y entonces ¿qué hago?- Omu se la queda viendo pega más a él y le habla al oído.

-Yo puedo decirte que hacer, pero deberás acompañarme y portarte bien... ¿qué dices Limón?- dijo dándole un beso en el cuello.

-Aléjate de mí, te voy a acusar con tu padre- dijo molesta y lo empujó.

-Ni siquiera podrás acercártele- dijo mientras sacudía su haori.

-Busca un defensor Limón, pero para eso también necesitan dinero y ustedes no tienen- el Limón regresa a su tienda, no sabe que hacer y se queda ahí pensando un largo rato,  reacciona hasta que ve a sus hermanos entrar, acaban de regresar de trabajar.

-Onee-chan me duele la panza... ¿puedes hacerme un té?-

-Sí Kametzu, no te preocupes... entren ya-dijo abrazándolo fuertemente.

RefugiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora