Cuando el Limón entró a la tienda empujada por su ahora marido notó en la decoración el esfuerzo para darle un toque cálido y romántico al lugar, aunque eso no sería suficiente.
-¿A qué horas vas a desvestirte?, quiero verte- dijo el hombre que había sido muy rápido para desvestirse.
-¿Cuánto tiempo necesitas?- repitió, pero el Limón ni siquiera tiene idea de cómo quitarse el kimono pues nunca había usado uno.
-Dame un segundo - dijo sin saber por dónde empezar, apenas y pudo quitarse el wataboshi y soltó su pelo.
Cuando terminó de soltar su pelo vio que detrás ya estaba el hombre, entonces sintió que toda la tela que tenía sobre ella se aflojaba, al girarse supo que cortó el kimono con su mano concentrando chakra.
-Con eso es suficiente- gruñó.
El Limón comprobó que el atuendo ha sido rasgado por completo, solo debió jalar un poco y todas las capas de tela cayeron al suelo.
-Te dije que te quitaras todo- dijo y ella se quitó su ropa interior, mientras el hombre la observaba con lujuria.
-Bien, me gustas- él comenzó a acariciar sus pechos mientras ocasionalmente bajaba hasta su ombligo.
-Métete a la cama- el Limón quiso salir corriendo, pero él la tomó de la muñeca, a ella no le quedó de otra más que entrar a la cama, apenas y estaba acostándose y él sin la menor delicadeza se puso encima, la chica luce aterrada y él lo nota.
-Sé que no eres virgen, entonces ya sabes a lo que vienes... disfrútalo-
Pero ella no logra disfrutar nada, por el contrario fue doloroso y humillante, el hombre entraba y salía con fuerza, la mordía... apenas y comenzaba a adaptarse y cambiaba de posición, no medía su fuerza, cada vez que la apretujaba le dejaba marcados sus dedos o su mano.
Sus besos tampoco eran buenos, eran violentos y desesperados. En algún momento vio que estaba llorando y le dio una cachetada y comenzó a tomarla con más fuerza.
-Si vas a llorar, que sea por algo-
El hombre terminó una, dos o tres veces... ni siquiera tuvo tiempo de pensar en eso, solo sabía que todo le dolía. Cuando pensó que todo había terminado y podría descansar, Doto le gritó a uno de sus guardias.
-Qué vengan-
-Sí señor, voy a avisarles-
¿Avisarles?, ¿a quién?, unas voces le alertaron de que alguien estaba cerca e iba a entrar, el Limón intentó levantarse para ir al baño pero Doto la jaló del brazo.
-Tu lugar es aquí, conmigo- ella tomó la sábana para cubrirse bien, mientras Doto tomaba una bata y se cubría.
-Felicidades a los recién casados- dijo Kakashi cuando entró.
-Lamentamos interrumpir Doto-sama, veo que se la están pasando muy bien- dijo Shikaku sonriendo -pero debemos terminar con esto- al decirlo sacó unos pergaminos casi al mismo tiempo que dos hombres de doto entraron y colocaron unos cojines y una mesa baja.
El Limón ni siquiera pudo mirarlos, solo ve la sábana que la cubre, mientras piensa que ha llegado al clímax de las humillaciones, aunque segundos después supo que se apresuró a hablar cuando escuchó unas pisadas que reconoce muy bien.
Vago... el chico avanza tranquilamente hacía donde está ella, ni siquiera la mira a ella sino a Doto y a su padre.
Shikamaru dedicó unos segundos a ver su traje de novia roto tirado en el suelo, en cunato su padre le dijo que revisara algo del pergamino, el tuvo que acercarse y ver su ropa interior tirada en el suelo. El Limón no pudo soportar y giró su cabeza al otro lado.
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Refugiada
FanfictionUna chica que llegó siendo una niña a tierras de shinobis, sin ser nada, ni nadie, sin recordar nada, una chica que no tiene nada, ni siquiera suerte en el amor, descubre ese lado poco amable de los honorables ninjas, que -aunque lo niegan- sí les...