L- Abrazo

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-¿Sangrado?- dijo el médico.

-No, ya se detuvo- respondió la enfermera.

-¿Heridas visibles?-

-Ninguna-

-¿Fiebre?-

-No-

-¿Ya se levantó?-

-No-

-Es todo- el médico y la enfermera salieron, ni siquiera miraron al Limón aunque eso no le molesta o importa pues está pérdida en sus pensamientos.

-Idiotas... retrógradas, imbéciles. ¡Voy a hacer que se queden sin trabajo!... no, ¡voy a matarlos!- dijo Yuki cuando cerró la puerta, está molesta por la forma en que trataron a su amiga los doctores que la atendieron antes.

-Ignóralos Sugar, ¿y que tal se portaron estos?- pero el Limón no respondió, solo cerró los ojos.

-Sugar, por favor... no... está bien duerme- Yuki se recostó en el sillón que había a su lado y cerró los ojos ella también quiere dormir está muy cansada tras el largo viaje que hizo tras recibir el mensaje de Daikuro.

-No, eso no hubiera cambiado nada- se repite una y otra vez intentando convencerse de que aunque hubiera llegado antes ese bebé no nacería. El médico le dijo que el Limón perdió al bebé, pero no en ese momento o por la caída o la fiebre, ese bebé no se logró y era probable que llevara una semana sin vida, por lo que su cuerpo solo estaba reaccionando para expulsarlo.

-pero, ¿por qué...? hace días la revisó un médico dijo que todo iba bien y

-Sin instrumental todo podía parecer normal, pero esto requería una revisión exhaustiva, además ella está muy baja de peso, necesitaba vitaminas, suplementos, muchos cuidados, tuvo que estar en cama, un simple resbalón y lo terminaría perdiendo tarde o temprano- después de escuchar eso Yuki entró a la habitación de su amiga donde los doctores ya habían terminado de hacer el legrado y el Limón comenzaba a recuperar la conciencia.

Después de un rato, cuando confirmó que el Limón ya estaba más despierta le dijo lo que pasó, Yuki vio su rostro pasar del asombro a la tristeza y el dolor,  pero no hubo ni una lágrima, supuso que estaba en shock o anestesiada y pronto lloraría.

Al día siguiente nada cambió, si bien el Limón tenía la misma expresión de cuando fue a vigilarla a Konoha,  también había culpa en su mirada, pero Yuki no quiso ahondar en ello, no era el momento.

-Eh... Sugar, ¿tienes hambre?, si quieres yo

-Estoy bien, gracias- el Limón le sonrió y cerró los ojos para fingir dormir. Esa tarde la dieron de alta y regresaron a la casa. Yuki pensó que al estar ahí por fin lloraría, pero tampoco pasó.

Al anochecer Yuki durmió a su lado, el Limón no protestó o se quejó, ni siquiera tenía ganas de eso, por la madrugada Daikuro entró escandalosa e intempestivamente a la habitación.

-Mi Umi... mira. Siento despertarte, pero tenías que ver esto, es seda y lindos estampados y- el grito del Limón se escuchó en esa habitación, ver esos preciosos yukatas para bebé le estaba doliendo, pero tampoco pudo llorar.

-¡Imbécil! tú- dijo Yuki mientras lo sacaba de la habitación del Limón y le explicaba lo que pasó, mientras el Limón trataba de tranquilizarse.

-¿Por qué... por qué no puedo llorar?- se reclamó, quiere hacerlo, de verdad, pero algo se lo impide y no sabe qué.

Tres días después Daikuro ya no soportaba la situación, la casa está en completo silencio y el Limón sigue sin llorar.

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