XXXI- Yuki, la salvadora

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El Limón pensó que podría con el aislamiento que le impuso Shikaku, pero no fue así, 10 días después ella ya casi no come, tampoco puede dormir y odia ver a Shikaku, en cuanto lo ve recuerda que  le quitó a su hija y eso la enoja demasiado, nunca había sentido tanto odio por alguien.

Lo peor es que ya ni siquiera le importan las consecuencias.

-Ya contrólate, salvaje- dijo Kakashi mientras la inmovilizaba sobre el escritorio.

-Déjame en paz, maldito pervertido, aléjate de mi idiota- reclamó mientras intentaba zafarse de su agarre, segundos antes estaba sentada frente a Shikaku, él hizo un comentario sobre su futuro como mujer de consuelo, ella se molestó tanto que tomó el pisapapel que tenía enfrente y se lo lanzó dándole en la nariz, el Limón sonrió satisfecha cuando lo vio sangrar para segundos después ser sometida y casi asfixiada por el cuerpo de Kakashi.

En cuanto Shikaku detuvo el sangrado de su nariz sacó al Limón de ahí y la llevó a la zona de calabozos.

-Eres un imbécil ¡no puedes hacerme eso!- grito el Limón cuando el hombre cerró su celda.

Estando ahí el Limón pasó de sentir furia a hundirse en el miedo, al tercer día de su encierro perdió todas las ganas de pelear, cuando Shikaku fue por ella el Limón parecía muerta, ni siquiera habla.

Dos días después Shikaku cree que ahora sí la ha "domado", tanto así que la mandó a la entrada de la aldea a dejarle unos documentos a Izumo y Kotetzu.

Cuando el Limón llegó vio a los chicos muy entretenidos con la chica que está registrándose.

-Lamento interrumpir, pero tengo que entregarles esto-dijo poniendo el sobre y dándose la vuelta para regresar.

-Vaya, típico de ti, aunque lo niegas te gusta recibir toda la atención  ¿verdad?- dijo la chica que estaba ahí, mientras el Limón siguió caminando, supone que ese comentario no es para ella.

-Oye Sugar, ¿ni siquiera me saludas?- en cuanto escuchó eso el Limón se detuvo y dio la vuelta, sólo hay una persona que la llama así.

Y ahí está, una hermosa chica que es lo más cercano a una amiga.

-Yuki...

-Vengo a quedarme una temporada... no te preocupes, tú tienes el corazón de Izumo y Kotetzu yo solo quiero otra cosa y ellos me la darán pronto, ¿Verdad que sí, guapos?- Yuki se despidió dándole un beso a cada uno y luego corrió a donde estaba el Limón mientras los chicos sonríen embobados y firman su autorización para trabajar, ni siquiera revisaron los papeles. Es una chica de consuelo, es hermosa y joven.

-Tranquila Sugar, ya estoy aquí- le dijo al oído mientras la abrazaba.

En cuánto el Limón sintió su abrazo comenzó a llorar, lleva 15 días guardándose lo que en verdad siente.

-Yuki, me quiero morir, ni siquiera pude cargarla. Yuki, creo que estoy olvidando como es su carita-dijo y sintió como el abrazo de su amiga se intensificaba.

-Tranquila, no llores, no enfrente de esta gente. No dejes que sepan que te duele- susurró.

-Sugar, sé que ese efecto causo, ahora vamos a donde vives- dijo y le limpió sus lágrimas.

-En el distrito rojo-

-¡Hey chicos! voy a vivir con Sugar, pongan eso en mi hoja- y los chunins obedecieron.

Las chicas avanzan por las calles, la escena llama la atención, el Limón, la chica más guapa -y ahora también la más triste- se deja acompañar de una chica también muy bonita que viste una minifalda bastante ajustada y un top que no es más que un pañuelo doblado a la mitad, amarrado por detrás y que cae en triángulo por encima de su ombligo.

RefugiadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora