Capítulo 27

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—Así que Elliot es el heredero del clan Eloy. Los líderes de la mafia—dijo Natalia, como si no terminara de sospesarlo.

Conell volteó a verla con desprecio y ella se encogió de hombros, angustiada por su próxima reacción.

—Eso solo es temporal.

La confianza que tenía Conell en aquello me hacía sentir terriblemente insegura.

—¿Por qué estás tan confiado?

—¿No es obvio? Porque te tengo a ti. Y Elliot haría lo que fuera por protegerte.

Mentiroso.

Me mordí el labio inferior conteniendo todo el enojo que sentía dentro de mí. Estaba furiosa por aquellas palabras, porque lo decía como si estuviera seguro de que Elliot me quería, pero no podía ser de esa manera. Alguien que te estima tanto no puede ocultarte quién es por tanto tiempo. Y aunque jamás deseé verme en vuelta con una persona con una vida así de turbia, me lastimaba que Elliot creyera que esa verdad sería suficiente para alejarme de su lado.

Sentí unas inmensas ganas de llorar. Pero me tragué mis sentimientos lo mejor que pude y decidí mantenerme firme. No me iba a quebrar delante de Conell. No enfrente de esa basura. Porque podría ser cierto que Elliot no era el santo que pensaba, pero una cosa si podía confirmar. Él no era un desgraciado como su hermano menor.

Éste me miró como si pudiera leer mis pensamientos y noté su disgusto. Sin embargo, se limitó a sacar un celular del bolsillo de su pantalón.

—Bien y ahora que mi plan está casi completo, es hora del espectáculo. Muero de ganas por escuchar la reacción de mi querido hermano.

Y antes de poder gritarle que se detuviera, Conell habló:

—Pero qué rápido. Pensé que tardarías un poco más en responderme. Pero supongo que aquellas fotos fueron más que suficientes para incentivarte a ponerte en contacto.

—Quiero hablar con ella. Ponla al habla, Conell. Primero debo confirmar que se encuentra bien.

Contuve el aliento cuando escuché su voz. Conell lo tenía en alta voz apropósito.

—No creo que esa dulzura tenga muchas ganas de hablar contigo en este momento. No después de que le haya contado toda la verdad acerca de su querido Elliot. Por no decir, Eloy.

Un silencio sepulcral invadió el otro lado de la línea. Tragué saliva y volví a sentir un dolor en mi pecho.

—Te mataré.

La voz de Elliot se escuchaba completamente diferente. Su tono era más grave y tosco. Se necesitaba poco ingenio para saber lo cabreado que estaba.

—Tranquilízate, aquí no llegaremos a nada si empezamos con insultos.

—Déjate de bromas, Conell. Ambos sabemos que eres un hijo de perra. ¿Qué es lo que quieres?

—Simplemente aquello que siempre ha sido mío—soltó como si fuese lo más obvio del mundo—. Ser el heredero oficial del clan Eloy. Renuncia a ello.

Escuché a Cristóbal bramarle algo a Elliot, pero no fui capaz de descifrar el mensaje.

—Sabes que no puedo hacerlo. Lo que él decide es ley.

Sentí un escalofrío por el desprecio con el que Elliot se refería al que debía ser su padre.

—Pues tú eres el cerebrito. De seguro se te ocurrirá algo. Y más vale que te apresures si no quieres que algo malo le pase a tu linda noviecita.

Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora