La cena continuó de manera amena. Después de mi breve charla con Elliot se pudo sentir el cambio drástico en el ambiente. Aquel sentimiento asfixiante que me embargaba, había desaparecido y pude digerir mejor la comida. Ahora encontraba la mirada con él y este ya no actuaba como si no existiera. Sin embargo, mentiría si no me avergonzaba las ojeadas que me brindaban Julia y Meredith. Al parecer habíamos hablado más fuerte de lo que pensamos, por lo que cuando salimos de la habitación, pudimos notar el silencio que los embargaba y como veían fijamente en nuestra dirección. Al percatarse de que ya estábamos fuera, se dieron vuelta y actuaron como si no supieran lo que había ocurrido. Quería que la tierra me tragara viva. Ahora todos estaban enterados de mis problemas con Elliot, y si bien tuvieron la decencia de no comentar nada, podía imaginar lo que rondaba por sus pensamientos.
Justo cuando todos terminaron, me puse de pie y me encaminé hacia el sofá, donde dejé mis cosas.
—La he pasado muy bien. La cena estuvo increíble, pero creo que es hora de que me vaya a casa.
Dije intentando escapar lo más rápido posible. Pero Meredith, que parecía tener otros planes, me tomó del brazo.
—¿Cómo piensas irte tu sola tan noche? Es peligroso.
La firmeza en su mirada me puso nerviosa. Lo que menos deseaba era verme envuelta en otra situación incómoda. Acababa de arreglarme con Elliot pero eso no significaba que todo estaba resuelto entre nosotros y ya podíamos actuar como viejos amigos.
—Yo te llevaré—salió Caleb a mi rescate.
Le agradecí internamente que se ofreciera voluntario antes de que Meredith pudiera pedírselo a su hijo. Pensé que tal vez se sentía culpable por haberme engañado y quería arreglar un poco las cosas. La miré verlo de mala manera y Caleb solo se encogió de hombros, pretendiendo no darse cuenta de su decepción. Me acerqué a Julia para despedirme y volvió a abrazarme, invitándome otro día a venir a su casa. Asentí, realmente encantada con la idea. Si bien no socializaba mucho, desde el comienzo Julia me inspiró confianza y pensaba que sería una amiga realmente genial.
—Muchas gracias por invitarme.
Ahora fue el turno de despedirme de Meredith. Si bien los seguí casi contra mi voluntad, sabía que ella me invitó de buena voluntad y que probablemente no estaba enterada de que estaba en malos términos con Elliot. Me sonrió con cariño y una vez más quedé cautivada por su belleza. Sus ojos eran del mismo verde penetrante.
—No fue nada. Espero que vengas pronto a cenar con nosotros.
Noté que con nosotros se refería a ella y a su hijo, pero decidí no preguntar. Era mejor dejarlo así, para después de meterme de lleno a la boca del lobo. Sin el corazón para rechazarla, le dije que estaba bien y esperé a que Caleb abriera la puerta. A punto de irme, saludé con la mano a Elliot y el me devolvió el gesto.
—Clare.
Pronunció cuando salí del departamento. La puerta se cerró tras de él y miré a Caleb meterse en el ascensor para darnos privacidad.
—Lo lamento—prosiguió—. Siento haberte dicho todas esas cosas hirientes. Y por supuesto que no creo que hayas seguido a mi madre. Solo te dije eso para mantenerte alejada, ya que creí que sería más sencillo para ambos si simplemente seguíamos distantes.
Recordé su mirada al confesarme lo mucho que le costaba cada vez que me descubría anhelado por su antiguo yo y me dolió el pecho. Quería ser más fuerte y decirle que no lo perdonaba, que no se merecía mi simpatía después de cómo me había tratado, pero no sabía ser mala con Elliot. No le encontraba sentido a hacerle daño solo para vengarme, yo no era ese tipo de persona, sin embargo, tampoco le pondría todo en bandeja de plata.
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Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]
RomanceTodo comenzó aquel día en el que el gran juicio y moral de Clare, no le permitieron abandonar a un chico de su inminente muerte. Esta es la historia de cómo una chica le salva la vida al heredero del clan Eloy, el más famoso clan de mafia de Estado...