Capítulo 30

5.4K 378 8
                                    

Al día siguiente no veía la hora en qué el detective llegara. Estaba demasiado nerviosa por su visita pero era algo que tenía que afrontar. Sin importa el resultado ni las cosas que pudiera revelarme, yo seguiría amando a mis padres con la misma intensidad. Seguí diciéndome que no me vería afectada por nada y que tomara esa reunión como algo que por fin dejaría a mis seres queridos descansar en paz.

Pero cuando escuché que llamaban a la puerta, sentí como mis piernas se convertían en gelatina. Sin saber de dónde saqué la fuerza, giré el pomo y lo invité a pasar.

—Creo que éste encuentro tardó más de lo previsto—mencionó.

Asentí apenada. Podría darle alguna excusa por mi retraso pero sentía que sería en vano, así que mejor le pedí que tomara asiento y éste no dudó en empezar con lo importante.

—Verá señorita, realmente me gustaría ser lo más directo posible y no irme por las ramas.

—Y no le pediría menos.

—Bueno, entonces le pido que comencemos de una vez.

Pase a buscar los documentos que me había brindado y los puse sobre la mesa. El sacó otro documento y me lo tendió.

—¿Usted se acuerda que su padre perdió su fortuna por un fraude en una inversión no es así?

¿Cómo podría olvidarlo? Me tragué mi sarcasmo y simplemente asentí.

—Bueno, me gustaría empezar diciendo que sí es verdad, su padre fue engañado y no malversó los fondos—se aclaró la garganta y prosiguió—. Aquel negocio "millonario" en el que invirtieron los señores Black, fue uno que les fue propuesto por Marcus Liddon.

Ese nombre me resultaba familiar. Era Marcus, el mejor amigo de mi padre.

—Ellos tienen un historial muy bueno como antiguos socios y al parecer todos los negocios que tenían juntos gozaban de éxito. Sin embargo, éste tenía algo distinto. Otro de los involucrados es Patrick Black.

Sentí un nudo en la garganta cuando mencionó el nombre del hermano de mi padre. Aquel desgraciado que nos dio la espalda y me trató como una escoria cuando ellos murieron.

—Gracias a la ayuda de Antonio Black, pude conseguir la información necesaria para confirmar todo esto que le estoy diciendo. Al parecer ambos, tanto Patrick como Marcus estaban metidos en algo muy serio... por no llamarlo ilegal. Y para hacerlo arrancar necesitaban una gran inversión, pero era imposible para ellos sacar tal cantidad sin levantar sospechas.

—Así que utilizaron a mi padre.

El señor Fox se vio un poco incómodo por mi elección de palabras pero no lo refutó.

—Se podría decir de esa manera. Poco tiempo después las cosas se salieron de control y Patrick se deslindó totalmente del problema. Sin embargo Marcus no quiso desistir y terminó hundiéndose él mismo y a su padre en ello.

Intenté recordar sobre la familia Liddon y el escándalo que los arrasó justo casi al mismo tiempo que a la mía, pero como estaba demasiado ocupada lidiando con mis propios problemas nunca se me ocurrió relacionarlos.

—¿Y cómo es que a Patrick y a su esposa no los juzgaron? —sentía la rabia recorrerme.

—Porque el señor usó otro nombre para el negocio. Todas las cuentas y transacciones se encuentran registradas bajo él y no había manera de ligarlo al fraude.

Me mordí el labio. Siempre supe que algo andaba mal con ellos y que le deseaban el mal a mis padres más que a nada en el mundo, pero que haya sido capaz de dejarlo hundirse de esa manera por sus engaños me nublaba la vista.

—¿Y por qué los asesinaron? —fue demasiado tarde cuando me di cuenta que lo había preguntado en voz baja.

—Eso es algo que me temo no tengo mucho conocimiento, pero una de las teorías es que su padre descubrió en lo que Marcus estaba involucrado o que Patrick Black tenía que ver con ello. Sin importar cuál de las dos verdades conociera, era demasiado peligroso dejarlo con vida.

Por un momento mi mundo se pausó. Después de aquella revelación, todo parecía ir en cámara lenta, miraba los labios del señor Fox moverse pero no era capaz de descifrar lo que decía. Solo una frase estaba atorada en mi cabeza.

Era demasiado peligroso dejarlo con vida.

—Si desea más detalles sobre los negocios y todo lo que sucedió, aquí le dejo los documentos para que los revise detenidamente. De igual forma le informo que su abuelo tiene uno idéntico en su disposición.

Así que después de todo ya hablaste con él. Me sentía insegura de sacar el tema a colación y más porque no sabía que sucedería a continuación. Ahora Antonio Black sabía que tenía a las mismísimas víboras viviendo bajo su techo y que por su orgullo había desterrado a los únicos fieles al apellido Black. Eso me tranquilizó. Tal vez no podría hacer nada contra Patrick por mi falta de dinero y poder, pero por lo menos el abuelo nunca sería capaz de descansar hasta el día de su muerte.

Te lo tienes bien merecido. Serás atormentado por siempre.

Pensé que después de aclararme todos los resultados daría por finalizada la visita, pero para mi sorpresa, el señor Fox siguió sacando papeles de su maletín.

—¿Qué es todo esto? —fruncí el ceño.

—Son los papeles para su ingreso a la universidad en Inglaterra.

—¿Qué?

—Su abuelo no piensa dejar pasar todo desapercibido. Si bien no puede arriesgarse a arruinar la reputación del presente presidente, si busca que usted estudie para que tenga la oportunidad de recuperar lo que quitaron. Tendría los mismos derechos de heredar que todos los otros nietos.

—¿Pero irme al extranjero?

—Le pido que revise los documentos. Es una invitación a una de las mejores universidades del mundo. Esto le abrirá las puertas en cualquier parte en donde usted desee trabajar. Y aun si usted en el futuro decide alejarse de los Black, seguiría siendo capaz de forjar su camino. Creo que está de más mencionar que su abuelo ya confirmó que él se encargará de todos los gastos de manutención hasta que se gradué. La decisión final está en sus manos. ¿Aceptará? 

Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora