Meredith estaba bastante contenta de tenernos sentados a su lado en el comedor, sin embargo, yo no me encontraba para nada a gusto. La comida sabía delicioso y todos los empleados de Elliot eran muy atentos conmigo, pero no se sentía bien estar ahí invadiendo un espacio que no me pertenecía. Yo no era su novia, y ni siquiera podía considerarme su amiga, simplemente éramos unos exnovios que se volvieron a encontrar y por ciertas circunstancias aún teníamos que seguir conviviendo.
Tomé la copa de vino que tenía a mi lado y le di un gran sorbo.
—¿Y qué tal has estado? —preguntó su madre.
—Muy bien, ¿y usted?
La conversación fluía de manera amena. No tocábamos temas personales ni nada que pudiera dañar el ambiente, lo cual verdaderamente agradecí. Meredith resultaba una excelente compañía y ahora que mi relación con Elliot no era hostil, podía platicar con ella sin sentir presión. Decidí dejar mis preocupaciones a un lado y disfrutar del momento.
—La he pasado excelente—le dije mientras recogía mis cosas para marcharme.
Elliot se retiró a atender una llamada y nos había dejado solas en una de las múltiples salas de espera. Pude vislumbrar como en ciertas ocasiones Meredith parecía perder su lucidez mientras miraba lugares específicos de la casa.
—Perdona, a veces regresan algunas memorias.
Supuse que era un sitio con mucha historia. La mansión en la que ahora residían fue la antigua vivienda que Elliot compartió con su padre, aquí había terminado cuando fue arrebatado de su madre, pero no sabía si ella también terminó habitándola en algún momento. Sentí la pregunta en la punta de la lengua, pero al final me resistí. Tenía el presentimiento de que era algo en lo que no debía entrometerme.
—Descuide—coloqué mi bolso en mi hombro y me dirigí hacia la puerta—. Creo que es hora de que me marche.
—Oh no, espera.
Aunque ya era bastante tarde y probablemente Gisella me estuviera esperando con otra reprimenda, parecía ser que Meredith aún no quería que me fuera. Intenté explicarle que podía volver en otra ocasión para hacerle compañía.
—No querida—negó con la mano—. Lo que me preocupa es que tú salgas de aquí a estas horas. Puede que mi hijo sea un hombre poderoso, pero no te puedes confiar. Nunca sabes quién será su enemigo.
Y así fue como de repente terminé obligada a quedarme a dormir en su casa. Traté de negarme de todas las maneras posibles, no obstante, no importaba cuanto me quejara y le dijera que no quería incomodarlos, Meredith siempre tenía la respuesta indicada para destruir todos mis argumentos. Realmente no podía ganarle, y ahora sabía de donde Elliot sacó su don de la palabra.
La seguí por el ala contraria a la biblioteca y llegamos a la zona de las habitaciones.
—Fueron remodeladas hace muy poco tiempo, por lo que tal vez no cuente con todos los lujos que me gustaría brindarte, sin embargo, puedo asegurarte que tienen todas las comodidades.
Miré la extensa cama con las almohadas mullidas llamándome a sumergirme en ellas y supe que no mentía.
—Esto es más que suficiente. Muchas gracias por hacer tanto por mí.
Meredith me abrazó con afecto.
—No tienes nada que agradecerme, yo te debo más a ti de lo que te imaginas.
Sacudí la cabeza.
—Claro que sí, solo que no te has dado cuenta de ello—soltó a modo de reprimenda.
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Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]
RomanceTodo comenzó aquel día en el que el gran juicio y moral de Clare, no le permitieron abandonar a un chico de su inminente muerte. Esta es la historia de cómo una chica le salva la vida al heredero del clan Eloy, el más famoso clan de mafia de Estado...