Elliot tiró la última carta sobre la mesa y me contempló con pereza. No estaba para nada interesado en mí y me dolía un poco confirmarlo. Pasaron los minutos y seguía actuando como si no estuviera a su lado.
¿Qué acaso le mataría ser educado? Pero muy en el fondo sabía que aunque no fuese el chico bueno y atento que conocí, otro en su lugar simplemente se hubiera negado a reunirse de nuevo conmigo, y sin embargo, accedió a mi egoísta petición. Miré en todas direcciones, claramente incómoda de hablar sobre la situación por la que pasaba en público, pero no me quedaba otra opción. Me invadiría una terrible vergüenza cuando se enterara de que solo lo buscaba por mi propio beneficio, pero aun así tendría que soltarlo de una y hacer que Elliot posara toda su atención en mí.
—Quieren asesinarme.
Me agarré las manos para detener el nerviosismo, nunca pensé que decirlo en voz alta me haría sentirlo aún más real. Subí la mirada hasta su rostro y por primera vez desde que nos volvimos a encontrar, noté algo parecido a la preocupación asomarse en él.
—¿Podríamos hablar en un lugar más privado? —continué diciendo.
Y aunque fue una pregunta sin nada de malicia, no pude evitar recordar nuestro encuentro "íntimo" el otro día, lo que me calentó las mejillas. Chasqueó los dedos y pronto un grupo de guardaespaldas entró. Les dijo algo en voz baja y minutos después comenzaron a movernos a una habitación diferente. Esta tenía un balcón que daba hasta el escenario donde se presentaban las bailarinas y la adornaba un sofá lo bastante grande como para dos personas. Había otro empleado en la puerta esperando que entráramos para atendernos, pero después de servirle un whisky a Elliot, se retiró sin decir nada. Lo mismo pasó con sus guardias.
—¿Estarás bien sin ellos? —en verdad me preocupaba que alguien tan importante él se quedara solo en ese tipo de lugar.
—Esperaran detrás de la puerta—tomó el vaso y se lo llevó a la boca. Me miró expectativo.
Bien, aquí vamos.
—Creo que nunca tuve la oportunidad de contártelo, porque sucedió justo en el momento que estaba pasando todo lo de Jayden y eso, pero descubrí cosas muy importantes sobre la muerte de mis padres—tragué saliva—. ¿Te acuerdas de la vez que te llevé al cementerio y que nos encontramos con mis primos?
Elliot se quedó un momento pensativo y poco después asintió.
—Bien. Ellos son los hijos de Patrick y Celia Black, los culpables de todo.
Y así comencé a relatarle sobre todo eso que nunca le dije. Al principio empecé con dudas sobre cuánto debía decirle y me preocupaba que terminara fastidiado de escuchar mis problemas, pero al verlo prestarme tanto interés, eso me dio la confianza que necesitaba para seguir adelante con mi historia. Hablar de esa manera con él me hacía sentir como antes.
—¿Así que te dejó tantas acciones como herencia? —él parecía tan sorprendido como cuando yo lo escuché la primera vez.
Si bien no conoció a mi abuelo, en ciertas ocasiones le hablé de él y de las cosas que viví como parte de su familia. Así que por obvias razones le resultaría extraño que este me escogiera como su sucesora en la empresa.
—Es por eso que ahora intentan deshacerse de mí. No quería molestarte con esto y sé que no es tu problema, menos cuando fui yo quien te dejó hace tanto tiempo—comenzaba a divagar por la pesadumbre de molestar a alguien a quien yo alejé de mi vida por voluntad propia—. Pero no tengo a nadie a quien más recurrir. Si me das la espalda será mi fin.
Elliot tomó la botella y se sirvió otro trago. Entendía lo irracional que era por buscar a mi ex novio para que me auxiliara y estaba preparada para su veredicto no favorable. Entonces cuando creí que nuestra reunión se daría por finalizada, habló.
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Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]
RomanceTodo comenzó aquel día en el que el gran juicio y moral de Clare, no le permitieron abandonar a un chico de su inminente muerte. Esta es la historia de cómo una chica le salva la vida al heredero del clan Eloy, el más famoso clan de mafia de Estado...