Parte 2. Capítulo 2

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¿Y ahora qué hago? Fue el único pensamiento que cruzó por mi mente después de toparme directamente con sus ojos. Estábamos demasiado cerca de él como para dar media vuelta y huir sin que se percatara de nuestra existencia, así que simplemente me quedé postrada donde estaba, vislumbrándolo. Mis piernas comenzaron a temblar sin control y sentí que en cualquier instante me desmayaría. No estaba mentalmente preparada para enfrentarlo. No todavía.

—Hola. Qué gusto verte de nuevo—fue Max quien se atrevió a romper el hielo.

Admiré su valentía y pensé que Elliot decidiría ignorarlo o actuaría más arisco por la manera en que acabaron las cosas entre ellos, pero no fue así. Asintió amablemente y le respondió con toda naturalidad.

—Lo mismo digo—sin embargo, su último comentario fue inesperado—. Supe lo de tu expulsión, realmente lamentable.

Volqué de nuevo mi atención en él y lo miré anonadada. No podía creer lo que acababa de decir. Max ya me había contado acerca del escándalo que se armó cuando su padre lo vetó de la familia por ser homosexual, pero nunca pensé que Elliot lo traería a colación en un momento tan inoportuno.

Era muy lógico que fuese de los primeros en enterarse de tremenda noticia, pero aun así no me esperé que tuviera tan poco tacto. Sintió mi mirada asesina posada en él y actúo como si no le molestara. El brillo en sus ojos seguía siendo igual de bonito que como lo recordaba, pero por alguna razón presentía que algo en su persona era muy diferente.

"Hay muchos rumores rodeando al nuevo líder de la mafia, Clare. Dicen que ha acabado con todos los enemigos de su padre en solamente dos años. Es completamente un despiadado" Rememoré las palabras de Natalia. Aunque le dije una y mil veces que no me hablara de Elliot—para así poder sanar mis heridas—seguía insistiendo en el tema y no fui capaz de evitar enterarme de varios datos innecesarios, como lo de su supuesto cambio de actitud. En su momento me negué a creerlo, pero ya no me pareció tan descabellado después de esto.

—Hola, Clare.

Abrí la boca para contestarle, pero nada salió de ella. Miré la sonrisa ladina que esbozó y presentí que si decía algo, terminaría tartamudeando. Sonrió aún más y cuando por fin pensé en una respuesta, la linda chica sentada a su lado le tomó de la mano.

—¿Quiénes son ellos y por qué interrumpen nuestra cita?

Si no hubiera hablado con esa fea voz, jamás me habría percatado de su existencia. Ya que aunque no podía negar lo hermosa que era, Elliot era aún más deslumbrante que cualquier otro presente y la opacaba. Pero no era culpa de ella, porque era inevitable que una vez que lo miraras, no podrías quitarle los ojos de encima.

Noté el ceño fruncido de Max al ojearla y eso encendió mi curiosidad, al parecer la reconocía y no parecía muy feliz de encontrársela. Fue entonces que decidí darle otro vistazo y noté que sus facciones me recordaban vagamente a alguien e intenté pensar en quién exactamente, pero nada venía a mi mente. Deseé poder continuar analizándola para averiguar por qué me parecía tan familiar, no obstante no fui capaz de seguir observándola debido a que volteó a verme con cara de pocos amigos. Movió su silla aún más cerca de Elliot y alzó el mentón con altanería, intentando demostrar superioridad.

Así que marcando el terreno. Quise reírme por su tonta forma de demostrar sus celos. Me parecía ridículo que se pusiera así por ver a una chica desconocida saludarlo. Elliot había sido siempre un caballero y nunca me dio motivos para sospechar que me engañaba, así que suponía que ella tampoco los tenía, entonces me era difícil entender por qué actuaba de esa forma. Pero justo cuando comenzaba a defenderlo en mi mente, recordé una vez más todos los chismes que Natalia me contaba. Después de todo pasaron cinco años y la gente podía cambiar en ese tiempo.

Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora