Parte 2. Capítulo 13

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Si dijera que no estaba nerviosa, sería una completa mentira. Reparé en el rostro de Elliot y parecía igual de confundido que yo. Luego volteé hacia Caleb y lo miré disimular una sonrisa. Aquel cabrón me engañó.

—Querido—dijo Meredith echándole los brazos al cuello.

Era una bendición que ella no notara la terrible atmósfera que acababa de llenar el pasillo. Dejamos que se fundieran en un abrazo mientras nosotros lidiábamos con la incomodidad. Y aunque estaba verdaderamente feliz por Elliot de que su madre ya lo reconociera, no sabía cómo enfrentarlo tan repentinamente. Así que decidí que lo mejor sería seguir por el momento a Caleb. Avanzamos hasta la sala principal y con solo un vistazo, supe que mi suposición había sido correcta, aquel departamento era bellísimo. Cualquiera podría notar lo mucho que ahora Elliot les pagaba a ambos, y no era para más. Ya que todas las personas a su alrededor estaban constantemente arriesgando su vida quedándose a su lado. Mientras me sentaba en el sofá de la sala, medité en porque yo seguía relacionándome con Elliot sabiendo lo peligroso que era. Supuse que porque alguien como yo no tenía mucho que perder. No tenía hijos, ni unos padres ni un esposo por el que temiera, ni siquiera me reunía frecuentemente con mis amistades. Era solamente yo varada en el medio de la nada. Mi única motivación era cumplir mi venganza, pero fuera de eso, no había nada.

Dejé salir el aire de mi cuerpo para no estar tan nerviosa y unos minutos después de que Caleb fue en busca de Julia a la cocina, regresó Meredith del brazo de Elliot, tomando asiento a unos metros de distancia de mí.

—Hijo mío, aún no saludaste a nuestra invitada—le reprimió en un tono cariñoso.

Quise pedirle que no intentara que conversáramos. Todavía estaba pensando exactamente como le pediría una explicación de sus actos, pues no dejaría pasar esa oportunidad de poner las cartas sobre la mesa. Pero antes, necesitaba poner en orden mis caóticos pensamientos. Elliot asintió en mi dirección, como si ese gesto fuera lo suficientemente cortés y no intentó añadir nada más. Si yo volví ilusa y estúpida, nadie podía negar que Elliot era cada vez más autista. Giré mi cabeza, sin ánimos de fingir que aceptaba su saludo.

—Pero vaya, no me digan que algo ha pasado entre ustedes. Si todo lo que hacías era hablarme de ella, ¿no te acuerdas? Hasta el otro día me contentaste que...

—Madre.

Espetó Elliot con severidad. Aquel comentario de Meredith me había intrigado bastante y chasqueé la lengua cuando la interrumpió en la mejor parte. Vislumbré como lo regañaba con la mirada y Elliot se encogió de hombros. Podía ser un hombre atractivo, poderoso y mayor; pero ante su madre no era más que un pobre niño. Pensé en toda la infancia y adolescencia de la que Elliot se perdió por el egoísmo de su padre y mi resentimiento hacia él, disminuyó.

—Lamento hacerlos esperar—dijo Julia quitándose el mandil. Caleb caminaba detrás de ella sonriendo como tonto. Se notaba lo mucho que la quería y eso me hacía sentir un poco más vacía.

—Hola, soy Clare. Espero me recuerdes.

Me puse de pie y le tendí una mano para saludarla. Si bien no nos conocimos en las mejores situaciones, esperaba que no tuviera algo contra mí. Y para mi buena suerte, se acercó a mí con alegría y me envolvió en un abrazo. Me tomó por sorpresa su recibimiento, sin embargo, no me desagradó en lo absoluto.

—¡Por supuesto que sí! Siéntete como en tu casa.

Quería decirle que así sería, pero cuando observé la escena de los cuatro hablando plácidamente, me sentí nuevamente fuera de lugar. Cualquier derecho que tuve en el pasado de formar parte de la vida de Elliot se esfumó y eso era algo que no cambiaría. No es que todavía guardara esperanzas de tener algo con Elliot, simplemente en ocasiones no podía evitar pensar qué hubiera pasado si aún siguiera siendo su novia.

Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora