La noche que deseé pasar con tranquilidad se quedó en el olvido. No pude conciliar el sueño después del mal sabor de boca que me dejó Gisella. ¿Por qué deseaba actuar ahora si como una figura de autoridad? Si hacía mucho tiempo atrás decidió que yo no era digna de estar en su familia. Me di vueltas en la cama, deseando que la noche fuera más larga y no tuviera que levantarme en ese mismo momento para irme a trabajar. El solo pensar en Alexander regañándome a primera hora de la mañana y pidiéndome trabajar mucho más de la cuenta me ponía a temblar. Deseaba tener por lo menos un aliado en la oficina que me entendiera pero todos me daban la espalda por igual. Suponía que para todos era simplemente la vergüenza de los Black y que por obviedad no estaban enterados de que pronto sería la accionista mayoritaria de la compañía. Aquello era lo único calmaba mi ira, puesto que después sería mi turno de hacerles la vida imposible y de deshacerme de aquellos que simplemente estuvieran en su posición por ser amigos o compañeros de mis primos.
Coloqué a la par de la cama distintos atuendos de oficinista y me descubrí analizando por qué seguía vistiendo como si no contara con dinero. Al principio los usé porque quería simplemente mezclarme con el personal y llevar una vida laboral común y corriente, pero al entender que nadie estaba dispuesto a tratarme como un igual, sino que se aprovechaban y me veían con superioridad, entonces iba a cambiar. Ya que si pude ponerle las cosas claras a Elliot, los empleados de la compañía no serían la excepción. Me deshice de todos los conjuntos y busqué de nuevo en mi guardarropa. Me vestiría como desde el principio debí hacerlo.
Me vi en el espejo y me gustó la Clare que reflejó. Lucía confiada y bonita. Agradecía enormemente que el maquillaje disimulara tan bien mi falta de sueño y me encaminé hasta la sala.
—Penélope.
—A sus órdenes—pronunció agachándose.
—Si la señora te pregunta por mí, dile que no sabes nada ni me has visto.
Penélope asintió a mis órdenes y me gustaba que supiera qué lugar tenía en la casa. Seguiría manteniéndola cerca de mí cuando sacara a todos aquellos parásitos de la familia.
***
Entré con paso decidido a la oficina e ignoré las miradas curiosas que los demás me ofrecían. Estaba bastante segura que no pasarían desapercibido mi cambio de imagen, así que ya iba mentalizada para ello. Seguí avanzando con orgullo por el pasillo, hasta toparme con Alexander, quien discutía algunos asuntos con el jefe de recursos humanos.
—Buenos días, señores—sentencié con respeto.
Aunque ya no buscaba dar una impresión sumisa y recatada, todavía tenía modales que debía mantener, puesto que mi lugar en la empresa seguía siendo la misma que la de la última vez que me paré en esa oficina.
—Buenos días—pronunció el señor Fleck.
Sentí el recorrido que este me lanzó, y supe que lucía atractiva para el sexo masculino. Sin embargo, Alexander carraspeó para llamar mi atención.
—Te espero en mi oficina en cinco minutos. No tardes.
Quise asestarle un golpe en la cara por su falta de educación al no devolverme el saludo, pero solo asentí y me dirigí con la cabeza en alto hasta mi escritorio. Me puse a revisar los documentos apilados que la verdadera asistente personal de Alexander me dejó una noche atrás. La única razón por la que no odiaba aún más a ese bastardo era porque reconocía el buen trabajo que hacía en la compañía y lo comprometido que estaba con ella. Se tomaba demasiado en serio su trabajo y aunque me daba demasiadas tareas, no era más de lo que el mismo hacía. Sabía lo mucho que se esforzaba porque las cosas salieran perfectas y me pregunté cómo era capaz de tratar tan bien a Abigail siendo que se notaba a kilómetros de distancia lo incompetente que era con su trabajo. Cada vez que tenía que ayudar a Alexander a aligerar su trabajo y me tocaba revisar los informes de mi prima, me decía a mí misma que yo podía hacer mejores trabajos que ella en su misma área. Me pregunté qué demonios estuvo haciendo todos esos años que estudió fuera, ya que nada de esto se reflejaba en su desempeño laboral.
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Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]
RomanceTodo comenzó aquel día en el que el gran juicio y moral de Clare, no le permitieron abandonar a un chico de su inminente muerte. Esta es la historia de cómo una chica le salva la vida al heredero del clan Eloy, el más famoso clan de mafia de Estado...