Capítulo 29

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Desperté en una cama de hospital después de que pasó lo peor. Además de una contusión y mi cortada en la pierna, no tenía nada más grave que amenazara mi vida. Unos días más tarde Natalia me visitó junto con Carla y me contó acerca de todo lo que sucedió aquella noche.

Tal parecía que en el coche que venía Noah manejando se encontraba Elliot. Me desmayé justo antes de verlo y cuando el pelirrojo le dio las indicaciones de nuestra ubicación, ojos verdes envió a Cristóbal y a algunas otras personas a buscar a Natalia.

—Te juro que fue lo más espantoso que he visto en mi vida—aseguró esta—. Volaban balas por todos lados, escuchaba gritos y golpes. Fue como estar atrapada en una película de acción, pero no en el buen sentido.

Negó con la cabeza como si le doliera tan solo rememorar los hechos de aquella noche. Carla que aún no entendía del todo que fue lo que pasó con nosotras, simplemente se sentó a la orilla de la cama mientras me tomaba de la mano, reconfortándome. Se sentía bastante bien estar rodeada de personas que amaba. Aunque aquel que más quería conmigo no pudiera acompañarme.

La realidad era que Elliot sí estuvo en el hospital. Sería acertado decir que pasaba todos los días a ver como seguía, pero nunca ingresaba a la habitación. Simplemente escuchaba su voz del otro lado cuando le pedía al doctor que le dijera los avances de mi condición. En algunas ocasiones, las enfermeras revisaban mi cama cuando él llegaba, para ver si estaba despierta y así poder invitar al pobre bombón a pasar, pero siempre cerraba los ojos a tiempo y me hacía la dormida. Aun no sabía cómo enfrentarlo ni qué le diría. La verdad era que nuestra breve relación pendía de un hilo y eso me quebraba el corazón. Así que por el momento seguiría actuando para no tener que hablar con él.

Los señores Brown también habían ido a visitarme y tuvimos que inventarles una excusa de que me lastimé en un paseo que di con mis amigas. No ganábamos nada con preocuparlos de más, así que decidimos solo decir eso y ellos lo aceptaron. Sin embargo, de los que extrañé un interrogatorio fueron de los padres de Natalia. Pero por lo que supe, ésta los convenció de que fue secuestrada por dinero y que había terminado involucrándome en ello; cosa que los puso muy alarmados y no dejaron de disculparse una y otra vez conmigo por eso. Me dolía el pecho cada vez que aceptaba sus palabras pero la mirada que me dedicaba Natalia cada vez que intentaba aclarar las cosas, era suficiente para dejarlos en la oscuridad. De todas formas no sería posible explicarles la verdad aun si eso quisiéramos. No cuando involucraba a Elliot y a su peligrosa familia.

Me froté las sienes mientras recordaba todo el embrollo que de pronto formaba mi vida. Miré hacia la ventana para dejar de lado todas mis preocupaciones y miré una figura familiar. Era Max.

—Qué bueno es verte de nuevo—dijo este mientras me rodeaba con sus brazos luego de subir hasta donde me encontraba.

Suspiré al sentir su calidez y por alguna extraña razón percibí la colonia de Elliot impregnada en él.

Otra puñalada.

—No sabes lo difícil que ha sido todo desde que te secuestraron—recordé como me dijo que Elliot lo mataría si me pasaba algo y añadí otro cargo más a mi conciencia.

—Lo siento tanto.

—No te preocupes, conmigo no es con quien deberías disculparte.

Arqueé una ceja.

—¿Supones que debo pedirle perdón a él? ¿Después de todo lo que me ocultó?

El hecho de que yo había descubierto la verdadera identidad de Elliot ya no era un secreto para nadie. Lo descubrí uno de los días que fingí estar inconsciente, cuando Cristóbal le daba órdenes a Noah de verificar quienes eran los que estaban enterados de Conell para hacer menos sospechosa su definitiva desaparición. No necesitaba sumar dos más dos para saber a qué se refería con eso.

Enamorada del líder de la mafia [PARTE I & PARTE II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora