CAPÍTULO 60: La caída de Ame no Kuni

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En el capítulo anterior de El Legado Oscuro, Naruto imponía con puño de hierro su decisión de enviar a su madre y padre al mando de un ejército para invadir la tierra de Tetsu no Kuni, además de eliminar a uno de los apoyos en el consejo de Tayuya.

Por otro lado, Minato y Kushina desembarcaban con su hueste en las costas de Tetsu no Kuni y ganaban su primera victoria.

P. O. V. Normal

Hi no Kuni, Konoha

Oficina de la Hokage

El aire que se podía respirar dentro de la oficina de la Godaime Hokage se podía describir como tenso. Los ojos de la líder de Konoha estaba entrecerrados y crispados por la información que acababa de recibir que no le agradaba en nada. Sus mandíbula estaba tensa y chirriando de la rabia que se escapaba de su cuerpo. Sus puños cerrados como dos bloques de hierro esperando caer sobre su objetivo y acabar con él de un solo golpe. El chakra no paraba de escurrirse de su cuerpo hasta forma una aérea de color azul que se encontraba agrietando el suelo, la mesa, la silla y las paredes de la habitación, puede ser que después gracias a los sellos implantados se reconstruya automáticamente, magia del sellado Uzumaki, pero eso no quitaba la imagen que quería dar.

Delante suya se encontraba un Uchiha Sasuke maltratado, con los huesos rotos, músculos entumecidos y agarrotados, heridas por todo el cuerpo y sangre escurriendo por brazos, pecho y cara. El labio estaba roto, además tenía un ojo morado de un puñetazo bien dado. En resumen estaba hecho un asco. La cuestión era porque se encontraba en un estado tan deplorable, muy sencillo: había intentado fugarse de la aldea.

Desde que ella había asumido el cargo como Hokage de Konoha para Sasuke había empezado un infierno. De primeras ya no le mimaban, sino todo lo contrario, le miraban como una escoria o algo igual, cosa inaudita para él pensando que era un Uchiha de élite; por otro lado, siempre que reclamaba privilegios que no tenía Tsunade le enviaba al hospital durante semanas con contusiones y heridas de regalo como recuerdo para enseñarle en la posición en la que se encontraba: él era un shinobi de la aldea y ella su líder, tenía que obedecer sin rechistar. Y para golpear todavía más al orgullo del hijo menor de Fugaku, básicamente la nieta de Uzumaki Mito había pedido a Naruto un sello en particular de los miles que tenía el clan Uzumaki: un sello en contra de los Dojutsus, básicamente había implantado un sello en el Uchiha para que no pudiese copiar nada con su Sharingan, haciéndole entrar en una crisis nerviosa, además de que no podía hacer nada porque Tsunade le dijo que si quería tener esos jutsus o estilos de pelea que los entrenase él y no se los robase a otro.

Ante ese golpe tras golpe al orgullo de Sasuke, este había entrado en un estado de paranoia brutal, y creyendo que nadie en esa aldea le iba ayudar, porque Sakura, su última fan, de repente lo trataba como los demás o peor y ya no era un muchacha enamorada perdidamente de él, sino una Kunoichi en crecimiento, decidió irse de Konoha para unirse a Orochimaru para que le de poder para cumplir su objetivo en la vida.

Sin embargo, cuando se encontraba intentando salir de las murallas de la aldea se encontró rodeado por un grupo de anbus de Konoha, que al ver que intentaba escapar le dijeron que estaba detenido por intento de deserción y que se rindiese, pero Sasuke creyendo que podía con ellos solo se lanzó contra los shinobis de élite que lo dejaron en el estado que se encontraba en la oficina.

Tsunade: Eres un completo imbécil, todavía no entiendo como Itachi, un shinobi de su talla haya dejado vivir a un idiota malcriado como tú en vez de salvar a vuestra madre. Mikoto se merecía vivir mil veces antes que tú, escoria. Le dijo la Senju levantándose de su asiento completamente cabreada, y acercándose al desertor con rápidas zancadas que quebraban el suelo de madera, le propinó un puñetazo que lo estrelló directamente contra la pared, dejando un reguero de sangre por el camino junto a manchar los dedos de Tsunade. – Te he dado una oportunidad de enmendar tu camino y convertirte en un verdadero shinobi que lleve con orgullo el apellido que portas, pero parece ser que todos mis esfuerzos no han valido de nada -. Sigue hablando mientras sus ojos se crispan todavía más si cabe al ver como los ojos de Sasuke se convertían en pura lujuria por el poder y creencias que no eran ciertas.

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