CAPÍTULO 45: Pequeña esperanza de volverlos a ver

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En el capítulo anterior de El Legado Oscuro, en Otogakure no Sato había llegado el equipo especial que envió nuestro protagonista para rescatar a Tsuchi Kin.

Cuando entraron en la aldea pudieron ver que Kabuto dio manga ancha a sus hombres para violar a todas las mujeres, provocando que los soldados decidieran cambiar un poco el objetivo de su misión y rescatar, aunque sea a las más pequeñas.

Al final llegaron a los aposentos de la mano derecha del fallecido Orochimaru, para entrar en la misma, dejar inconsciente al Otokage e irse con Kin del horrendo lugar.

P. O. V. Normal

Uzushiogakure no Sato

Nos situamos en Uzushiogakure no Sato. La aldea había cambiado mucho desde que los Uzumakis volvieron a su hogar hace 2 meses.

Las murallas derruidas durante la batalla librada entre el clan Uzumaki y la poca ayuda recibida que pudo aportar el clan Namikaze contra el contingente enviado por cada aldea para acabar con el clan del Remolino, fue reconstruida por unos muros de más de 100 metros de altura y 4 metros de espesor. Para poder acceder a Uzu solamente había una única posibilidad tras poder no saberse como atravesar los Remolinos que protegen el alrededor de la villa, que era desembarcar en el puerto y lanzar un ataque sobre las puertas, pero estas estaban bien defendidas junto al puerto.

Al atravesar las puertas te encontrarías con un laberinto de calles principales y secundarias rodeadas de edificios de todo tipo: casas, casinos, tiendas, hospitales, academias shinobis, civiles, Siths e imperiales entre otra mucha cantidad de posibles edificios. Pero lo que de verdad no se podría encontrar en la aldea oculta entre los Remolinos serian prostíbulos y sus trabajadoras, ya que nuestro protagonista no aceptaba que una mujer sufriese esa degradación, por lo tanto, siempre que alguien emigrase a su hogar les seria imposible tener estos... "servicios". Esta política venía por las mujeres que sus hombres salvaron de Otogakure no Sato. Cuando terminaron su misión y tenían a Kin bajo su protección les comunicaron que necesitaban más transportes y seguidamente les comentaron lo que vieron en la aldea fundada por Orochimaru. Al saber de esto rápidamente Tayuya ordeno enviar a todos los transportes posibles a Oto no Kuni para sacar a todas las mujeres posibles, incluyendo a las que no quisieron acompañar a los soldados primeramente y pensaron que sus hijas tendrían un mejor futuro si iban con los imperiales. Por lo que, en unas horas tras la llegada de los mecanismos para extraer a todas las féminas, sacaron a todas dejando vació las cámaras extensas y oscuras en la que eran prisioneras. No obstante, lo que provoco que nuestro protagonista hiciese esa política más rápido de lo que tenía pensado (aunque era prioritaria para él) fue porque entre las abusadas estaba una miembro de su clan, que se llamaba Uzumaki Karin. Desde ese momento el Señor Oscuro de los Sith tenía a Kabuto entre sus objetivos prioritarios, sin embargo, no mandó a ninguna unidad más a por el bastardo de Yakushi fue porque su amada Tayuya lo tenía escrito primero en su lista, y, por lo tanto, no podía hacer nada, porque no le podía negar absolutamente nada a ella.

Si íbamos cerca del centro de la reconstruida Uzushiogakure no Sato, nos toparíamos con un túnel que baja hasta más profundo que un par de decenas de metros por debajo del mar. Tras recorrer un largo camino nos encontraríamos con una extensa y extensa sala, donde se fabrican y mejoran los armamentos del Ejército Imperial de Naruto, la construcción de la Armada Imperial en constante expansión, y se instruye y multiplica las divisiones de las fuerzas imperiales del aprendiz del Señor del Hambre. Día y noche cientos de trabajadores cualificados y miles de robots trabajan sin descanso para conseguir el objetivo de su Señor Oscuro de los Sith y Uzukage, la formación del Ejército que quiere para dominar las Naciones Elementales y futura expansión por la Galaxia para formar su Imperio. También cuando llegase el momento de lanzar su ansiado ataque, del mar se abrirían decenas o centeneras de compuertas para dejar paso a la inmensa cantidad de efectivos reunidos para un único objetivo común.

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