El Legado Oscuro

CAPÍTULO 70: Comienzo de la invasión de la Niebla

En el capítulo anterior de El Legado Oscuro, la guerra civil de Tsuchi no Kuni se había recrudecido en muy pocos meses destruyendo el país de una manera rápida y descomunal. Las dos facciones por el poder de Iwagakure no Sato se lanzan al combate por la misma, pero en medio de la batalla son sorprendidos por Minato, Kushina y sus fuerzas que les atacan.

P. O. V. Normal

Uzu no Kuni, Uzushiogakure no Sato

Mansión de Naruto y Tayuya

La luz del día comenzaba a morir para ser revivida por la luna en su lugar y transformarla en sus destellos que alumbrarían el lugar junto a las estrellas en el firmamento. Los tejados de los hogares de la capital del Imperio Sith de Naruto Uzumaki reflejaban la luz lunar con tonos rojizos por el color de sus techos al mismo tiempo que pequeñas estelas de humo negro de las chimeneas ascendían al cielo como pequeñas sombras que iban fusionándose con otras hasta generar una poderosa, imponente y gigantesca sombra negra que se desplazaba hacía Konoha como una garra que quería hundirse en la carne de su víctima.

Habían pasado poco tiempo desde que las noticias de las victorias y conquistas sobre Kumo e Iwa llegaron a Uzushiogakure no Sato, generando un gran júbilo y pequeñas fiestas celebrando la victoria, pero siendo aplastadas con velocidad por Naruto al ver que la guerra todavía no había terminado: aún quedaban Mizu no Kuni, Hi no Kuni y el Cuarto Hermano para ser derrotados y anexionados.

Para nuestro protagonista todavía recordaba la reunión con Kenta y sus consejeros; estuvo toda la reunión con un rostro frío e inexpresivo para que no supiesen sus planes, y en varias ocasiones no entendió como les pudo soportar hablando como si tuviese el control entero del país y sus ejércitos se encontrasen preparados para enfrentarse contra sus fuerzas, pero que en realidad estaban tan desesperados porque interviniese en su guerra contra el Inquisidor que no sabían que hacer, aunque sus orgullos desmedidos no iban a aceptar eso en su vida.

Sabiendo eso de antemano solamente se burló de ellos y les dio a entrever que si no aceptaban unirse a Uzu, es decir, que Kenta se convirtiese en uno de sus vasallos no iba a ayudarles contra el enemigo común que tenían, que solamente les apoyaría en las batallas que él ordenase que sus tropas interrumpiesen u ordenase provocar para sus objetivos.

Tayuya: ¿Qué ocurre, mi amor? ¿Todavía pensando en los arrogantes del País del Fuego? Ya te he dicho que no vale la pena pensar en esos inútiles. En cualquier momento enterrarán el hacha de guerra y aceptarán nuestros requisitos, o harán una locura que aprovecharemos con mucho gusto para restregárselo en sus ancianos rostro. Le comenta su amada mientras despertaba tras su acalorada sesión de amor que la dejó exhausta. Para ella Naruto era un monstruo en el ámbito de la política, como en el campo de batalla como en la cama y eso le encantaba y fascinaba.

Naruto: Los idiotas de los consejeros de Kenta han visto su orgullo ser destruido. Los únicos que valían la pena han caído en batalla contra el Cuarto Hermano o no tienen poder dentro del consejo para imponerse; aunque Kenta imponga su opinión en todos los asuntos que tienen que ver con como regir su nación, como es normal, no quiere decir que la influencia que ejercía sobre Hi no Kuni ha sido reducida ante la perdida de la mayoría de su territorio. Le responde a su amada mientras desvía su mirada directamente hacía ella para acercarse a su rostro y besarle los labios con fiereza. El beso duró unos gloriosos segundos hasta que, por diversión, nuestro protagonista se retiró con una sonrisa presenciando el ceño fruncido de Tayuya. – Kenta y sus vasallos leales completamente no harán nada contra nosotros al vernos como sus aliados por mucho que no tengamos una alianza firmada nuevamente como en los tiempos de la antigua Uzu; no obstante, la mayoría del consejo está compuesto por arrogantes que al verme con más poder que ellos pueden lanzarse contra nosotros. Ten en cuenta que en sus cabezas solo piensan que ellos pueden gobernar sobre nuestras tierras y que nosotros, unos meros mocosos según sus ojos, no somos dignos de nada -. Le sigue comenta mientras mantiene la mirada con ella sabiendo que en estos momentos su querida Sith estaba hecha una pequeña furia por haberle cortado el beso que tanto le gustaba, por tanto, podía esperarse cualquier cosa de ella.