CAPÍTULO 47: Derrotas de la Rebelión

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En el capítulo anterior de El Legado Oscuro, nuestro protagonista envió a sus hombres a formar patrullas en la frontera con los países de su alrededor, encontrándose una de esas patrullas con un millar de shinobis de Yugakure no Sato ayudando a los ciudadanos de una ciudad costera en la construcción de una armada.

Al mismo tiempo, en Yugakure no Sato la líder de la villa, Ai habia eliminado a todo su consejo civil, se enteraba de la muerte de 500 de sus shinobis e informaba a su consejo shinobi sobre qué haría un programa de reformas para la aldea.

P. O. V. Normal

Mizu no Kuni

Fortaleza del Mar

La Fortaleza del Mar era una de las fortificaciones occidentales dentro de Mizu no Kuni, teniendo el objetivo de proteger una de las rutas comerciales más importantes en su momento, que por culpa de la Guerra Civil dentro de Kirigakure no Saro, esa misma ruta se convirtió en un sangriento campo de batalla, donde se desangraban las fuerzas leales al actual Yondaime y las huestes de la Rebelión, que se alzaron con gran fuerza en este sector y dominar esta fortaleza con una maestría increíble y suma agilidad.

La fortificación constaba de unos 3 niveles de muros: el primero era una poderosa muralla de 12 metros de altura y 4 de grosor, preparada para soportar cualquier asalto que les viniese encima, con unos poderosos y resistentes torreones defensivos, una gruesa puerta que se necesitaba a varios cientos de asaltantes muertos para ya poder abrir una brecha, solo para encontrarse otra puerta por lo que necesitarían a más soldados para quebrar esa zona y adentrarse en la fortaleza. Al adentrarse en el primer nivel se encontraría un patio repleto de soldados bien adiestrados distribuidos por los diferentes caminos que habían que llevaban a los invasores a cuellos de botella que ni con jutsus podían destruirse, por lo tanto, deberían luchar en una encarnizada batalla cuerpo a cuerpo para superponerse a los defensores de ese sector, también contaba con un establo con unos 320 corceles: 20 de ellos para mensajería y el resto para organizar una pequeña fuerza de caballería de samuráis.

Tras el primer nivel nos toparíamos de ello con el muro del segundo nivel, un grueso muro de piedra de más de 18 metros de altura y 8 de grosor listo para soportar a los debilitados asaltantes, ya que, si conseguían dominar el primer nivel, las fuerzas invasoras tendrían que estar lo suficientemente diezmadas para dos opciones: seguir el asalto de una manera desesperada o retroceder para intentar conquistar el fuerte otro día con todavía más efectivos. A diferencia que el primer anillo defensivo, el segundo contaba con dos portones, por lo que una poderosa guarnición se prepararía para soportar cualquier incesante intento de asalto por parte de sus atacantes, mientras que los efectivos desplegados a lo largo de la muralla luchaban sin ceder ni un palmo de terreno sin matar a todos los enemigos posibles. Este contrario a su homologo anterior solamente contaba con un patio circular que daba directamente a la entrada al tercer y último nivel defensivo, pero antes sufrirían una mortal carnicería de dominar el patio de armas, donde fácilmente se podía luchar en una desorganizada forma de luchar y en done las formaciones no funcionaban si querías ganar el segundo nivel, tras la cual consistente victoria tendrías que lanzarte a degüello contra el último anillo defensivo con tus restantes y todavía más mermadas fuerzas.

Y en última instancia quedaba el tercer y último nivel defensivo donde se erigía una muralla de 20 metros de altitud y 12 de grosor con una única entrada. La puerta de acceso era una monstruosa y grotesca entrada reforzada con metal y sellos de baja calidad, pero que todavía era efectivos contra los ejércitos de todas las aldeas enemigas, salvo Konoha o la extinta Uzu. Ahí directamente se podía entrar por la puerta, porque las murallas estaban construidas de un modo que sencillamente les era imposible escalarlas, por lo que el invasor tendría que dirigir a todas sus fuerzas restantes contra la única vía de acceso y rezar a poder acabar con el portón y enfrentarse a una guarnición que lucharía a la desesperada por ganar la batalla o morir en combate llevándose al máximo número de enemigos, que no se diga que los soldados de Mizu no Kuni e Kirigakure no Sato no lucharon hasta el final.

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