Extra: Primera vez Magmily, narrado por Magnus.

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¡Hola, monárquicos!

Este extra viene a ustedes por patrocinio de los 10mil seguidores en Instagram de Magnus y los 8 Millones que alcanzó este libro.

Les aviso que esta escena fue renovada y por ende mejorada, pero los cambios aún no están disponibles en la versión original, es decir, desde la perspectiva de Emily. Sin embargo, pronto lo estará.

Sin más, espero lo disfruten.
P.D. No sé desesperen que no he abandonado El corazón del rey y cuando menos lo esperen, habrá actualización.

Magnus.

Ni siquiera logró asimilar como me sentí en la madrugada cuando el guardia me dijo que Emily se había visto con Stefan.
No lo niego, fui hasta los calabozos y tomé un prisionero al azar y lo golpeé hasta que mi ira se difumino al menos un cuarto.

Fue lo único que me prometió, que no iría a verlo y fue lo primero que hizo.
Era obvio que no iba a dejarla sin supervisión en Mishnock, es la reina y tiene enemigos por ese título, además mi deber como esposo es protegerla, sin embargo, lo que más me molesta es que haya corrido a los brazos del hombre que tanto daño le hizo. ¿Cómo se supone que este feliz con eso?

Me importa una escoria que su hermana haya tenido un bebé. No es mi hijo, no es mi maldito problema y era por esa razón que no quería dejarla ir, pero ella es desobediente y siempre quiere hacer lo que se le viene en gana. No entiendo como aún la soporto.

La rabia me consumía cuando le confesé lo que sentía por ella y admito que me decepcioné cuando no obtuve una respuesta de su parte. Quería escucharla decir que también albergaba sentimientos por mi pero esa revelación nunca llegó, así que me vi obligado a idear un plan para ayudarla a esclarecer sus emociones.

En la tarde, envié a un guardia por Vanir, pues sé lo descolocada que amaneció ayer al verla salir de mi habitación.
No negaré que estuvo mal haberla invitado anoche, pero ella es la única persona que conoce todo mi pasado, sin incluir a mi familia y quería hablar con alguien que no me juzgará, que fuera mi oído por una noche y luego volviera a desaparecer. No tenía ánimos ni me sentía preparado para abrirme con Emily, así que no tuve otra opción que recurrir a ella.

Y aquí la tengo, sentada en el comedor luego de aprovecharme de esa amistad que cree que tenemos.
La estrategia es sencilla, solo quiero ver cómo reacciona Emily al verla rondar el palacio y si se llegase a enojar, me confirmará que en verdad tengo una oportunidad y que no soy el único que ha comenzado a querer en esta relación.

—Dime un seudónimo con el que te llamen tus allegados. —Le pido a la mujer de cabello rojo, mientras nos sirven la comida.

—Bueno, no lo sé. Muchos me dicen Van.

Es lo más estúpido que he escuchado en mi vida, sin embargo lo tomo porque no tengo tiempo ni ganas para inventarle un nuevo apodo.

—Siempre me hubiese gustado que me colocarás uno.

—No empieces. —Advierto en el acto.

—¿Le tienes alguno a ella?

—Le tengo miles —confieso —. Pero no quiero reclamos, recuerda que estas aquí por Emily y no porque quiera verte.

—Deja de ser tan patán.

—Solo te dejo las cosas claras desde el principio. No deseo malentendidos.

Veo a Emily aparecer en el comedor de repente, interrumpiendo la conversación en un vestido azul propio de ella, cubierto con diminutas flores rosas y enredaderas bordadas.

Las cadenas del Rey. [Rey 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora