Capítulo 44.

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Un vestido rojo reluce en mi armario como respuesta a la petición de Magnus y debo confesar que no fue una mala elección en realidad.

El traje es de un color oscuro, prácticamente vino combinado con detalles en tono oro. Tiene un elegante escote de encaje dorado que deja mi cuello y hombros al descubierto, siendo estos cubiertos por joyas que he escogido para esta ocasión.

La falda del vestido es grande y pesada. Formada por metros de tela que arrastran bajo mis pies y se extiende algunos centímetros más.

- Señora Lacrontte. - Dice la doncella pelirroja que hasta hace poco supe que se llamaba Luena. - Ya es hora.

Me aproximo al vestidor al entender lo que eso significa. La coronación está cerca.
Una vez vestida siento como el traje pesa en mi cuerpo y soy incapaz de atarme las sandalias ante la inmensidad del mismo.

Luena baja hasta mis pies y con delicadeza une las correas, mientras yo visto mi cuello con joyas de oro.
Otra joven doncella peina mi cabello dejándolo lacio a mi espalda para que la corona se logre posicionar sin problemas sobre mi cabeza.

Una vez que estoy lista, camino lejos de la habitación hasta el salón principal donde ya Magnus me espera fuera en un traje completamente oscuro. Un chaleco de botones dorados y sus anillos de oro son lo único colorido de su atuendo, siendo todo esto cubierto por la capa negra que por lo general trae consigo.

Su cabello hoy se encuentra perfectamente peinado con la intención de relucir la corona de zafiros que lo caracteriza como soberano de Lacrontte.

- Buenos días esposa. - Dice al verme, mientras el sastre acomoda su capa. - Luces bien.

- Gracias. Tú te ves como todo un rey. - Digo con torpeza y justo allí me entero que no soy buena con los halagos.

- Lo sé. - Responde sonriendo con arrogancia, devolviendo su mirada al frente.

- Presumido.

- Lo sé. - Comenta ajustando las mangas de su camisa.

- Que la vida me de paciencia.

La sonrisa de Magnus se amplia al escucharme suspirar con frustración ante su comportamiento y en verdad odio que disfrute hacerme perder la calma.

- Me encanta como alegras mis mañanas. - Confiesa sin mirarme.

De inmediato abre las puertas del salón de par en par y se adentra a la sala a grandes zancadas mientras su capa ondea por la fiereza de sus pasos. Magnus se aleja con fuerza, dejándome allí de pie sin oportunidad de responderle y con una extraña sensación en el estómago.

Me adentro siguiendo sus pasos, mientras veo la sala repleta de personas que observan mi caminata.
El sacerdote ya se encuentra en el escenario y junto a él, Magnus.

Mis padres están aquí, igual que Gregorie y Valentine. Muy pocas personas son conocidas para mí, pues la mayoría son integrantes del consejo de guerra o de las altas casas de la nación.

Una vez que llego al escenario, me posicionó al lado del rey Lacrontte, quien no pierde ni un segundo en iniciar su discurso.

- Nos encontramos reunidos hoy para ser testigos de la coronación de mi esposa y su futura reina Emily Lacrontte - Comienza Magnus dirigiéndose a los asistentes. - Y realmente me siento orgulloso de compartir mi mandato con ella.

- Hasta hace poco la antigua plebeya Emily Malhore residía en su nación de origen, Mishnock. - Inicia el sacerdote. - Pero hoy se comprometerá a entregar su vida por su nuevo hogar, el reino Lacrontte.

Veo el rostro de algunos hombres no muy convencidos por lo que acaban de escuchar. Puedo entender que quizás crean que una plebeya de la nación enemiga no es la mejor opción para convertirse en su reina, pero aquí estoy y no me dejaré intimidar por nadie.

Las cadenas del Rey. [Rey 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora