Desciendo las escaleras con rumbo a la salida del palacio para asistir a la cena de compromiso que el rey Gregorie nos ha organizado y justo en la sala de la casa real encuentro a Magnus y Francis en un extraño juego o... prueba.
- Un gusto conocerlo señor Erick. - Saluda formalmente el rey Lacrontte a su fiel compañero.
- El gusto es mío su majestad. Espero mi hija no cause muchos problemas. - Responde este.
- ¿Por qué tendría que causar problemas? - Pregunto interrumpiéndolos.
Magnus se gira hacia mí con sus ojos abiertos en sorpresa, mientras una risa involuntaria surge al saber que los he descubierto.
- ¿Su majestad gran rey glorioso, soberano de las montañas del norte, estaba usted practicando para conocer a mi padre? - Cuestiono con burla.
Magnus sonríe casi que con vergüenza y desvía su mirada hacia la pared que se encuentra a su izquierda. Francis por su parte presiona en una línea firme sus labios para evitar reírse de su monarca.
No puedo creer que estuvieran haciendo esto. Me resulta tan gracioso y al mismo tiempo tan dulce, que me es imposible asimilar que se haya tomado el tiempo de practicar un saludo para presentarse ante mi familia.
- El automóvil nos está esperando afuera, Emilia. - Informa cambiando de tema, al devolver la vista hacia mi.
- ¿No vas a responder lo que te he preguntado?
- No tengo nada que decir al respecto y si no te molesta prefiero que no vuelvas a comentarlo. - Dice llevando los ojos a sus pies mientras sonríe con vergüenza.
- Como ordene su majestad. - Digo riendo sin poder contenerme.
Salimos al umbral donde efectivamente un automóvil negro nos espera. Entramos en silencio mientras Francis aborda un segundo transporte junto a un grupo de guardias que nos llevarán en un viaje hasta un lugar que desconozco por completo.
El camino es silencioso debido al mutismo de Magnus, quien a optado por mirar hacia la ventana, evitando enfrentarse a lo que he visto.
Intento alejar la escena de mi mente pero me resulta imposible. No puedo negar que tengo a un gran hombre a mi lado.
Dejar su soberbia y arrogancia para tomarse unos minutos en crear un diálogo que le permita tener gracia ante los ojos de mi padre, es algo que nunca voy a olvidar.Al llegar a nuestro destino quedo totalmente sorprendida . Un campo abierto con una pista realmente larga, rodeada por arbustos y pastizal es alumbrada por grandes lámparas de luz blanca, junto a un millar más que titilan al fondo en color diversos.
- ¿Qué es esto? - Pregunto ante lo desconocido.
- Una pista. - Responde viéndome a través del cristal de la ventana.
- ¿Pista de qué?
- Eres buena para burlarte de mí pero no para deducir las cosas, ¿cierto, Malhore?
- Puedes dejar de cuestionar mi inteligencia e iluminarme, por favor.
- Viajaremos en avión. Ahora no me digas que jamás lo has hecho.
- Es otra de nuestras primeras veces. - Digo ante lo apreciado.
- Ya yo lo he hecho, solo sería una primera vez para ti.
- Pero no lo has hecho conmigo, así que eso lo hace diferente.
- ¿Estamos hablando de viajar en avión o de otra cosa, Emilia? - Cuestiona dándole otro sentido a la conversación.
- ¿Por qué tienes que desviar el tema hasta allá? - Pregunto al comprenderlo.
- Porque me gustan esos temas y más si te incluyen. - Comenta entre grandes carcajadas al ver mi sonrojo.
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Las cadenas del Rey. [Rey 2]
General FictionLa hija de los perfumistas Malhore ahora vive en el palacio, después de ser traicionada por quien creía era el amor de su vida. Siendo prisionera del nuevo Rey Stefan Denavritz, Emily empezará a envolver su corazón en una guerra de sentimientos, cua...