Capítulo 45.

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No he podido dormir bien debido al millón de pensamientos que recorren mi mente ante lo sucedido con Magnus ayer por la noche.

No puedo creer el punto hasta el que llegamos y jamás pensé que daría esos pasos con él.
Sé que las personas están convencidas que me he entregado a mi esposo y no me alcanzará la vida para agradecerle a él su paciencia.

Por lo que decidí esperar hasta muy tarde en la mañana para bajar a desayunar, justo después que Luena me informará que el rey Lacrontte ya está esperándome, pues ha estado muy ocupado desde muy temprano en asuntos desconocidos para mi.

Comienzo a sonrojarme cada vez que estoy más cerca del salón, debido a que estoy segura que Magnus hará algún comentario con respecto a lo de anoche.

Los guardias abren la puesta con respeto y el gran comedor en el que una vez tuvimos una cena con Lerentia y Stefan aparece frente a mi.

- Buenos días, esposa. - Saluda Magnus sonriendo con malicia desde la punta de la mesa.

- Buenos días. - Es lo único que alcanzo a decir antes de sonrojarme por completo.

- ¿Cómo dormiste anoche? Por allí escuché que tenías problemas para descansar. - Dice con perversión.

- Escuché lo mismo de tu parte.

- Al principio, pero luego tuve cierta distracción que me ayudó a resolver el problema.

- Magnus. - Digo con las mejillas sonrosadas.

- ¿Qué? No he dicho nada malo.

- Sabes a lo que me refiero así que para.

- Eso mismo me dijeron anoche. "Magnus para" y realmente estoy empezando a odiar esa frase.

Camino a sentarme totalmente apenada en la silla que se encuentra a su lado, pero un llamado de su parte no me lo permite.

- ¿Puedes venir aquí? - Pide con suavidad.

Asiento y camino hacia su lugar, posicionándome a su lado, esperando lo que sea que va a pedir.

Magnus toma mi mano y me lleva hasta sus piernas, sentándome en el proceso y sorprendiéndome con sus actos.

- ¿Esto a qué se debe? - Pregunto confundida por su buen humor.

- Nada en especial.

Su mano rodea mi cintura y su cabeza cae para reposar en mi pecho, quedándose en silencio luego de hacer aquello.

- ¿Pasa algo? - Susurro preocupada.

Él niega despacio sobre mi piel y decido no cuestionarlo más.
Hoy es la noche de las velas y sé que es un evento de mucha importancia para él, así que si necesita alguien en quien apoyarse, yo seré su roca.

Acaricio su cabello rubio mientras siento sus reparaciones en mi pecho. Sé que él podrá escuchar mi corazón acelerado por su cercanía y espero que el saber lo que causa en mi lo reconforte.

Los segundos pasan y Magnus continúa en silencio mientras recibe caricias de mi parte. Me gustaría saber lo que piensa pero prefiero no interrumpir su paz.

Pasados un par de minutos, levanta la cabeza hacia mí y me da un sencillo beso que me deja desconcertada, para luego volver a una posición erguida y natural.

- Vamos a comer. - Dice bajándome de su regazo.

Camino de vuelta a mi lugar sin entender que es lo que sucede por su mente.
Me molesta que no hable sus problemas conmigo o que al menos me de una breve explicación sobre lo que está sintiendo.

Las cadenas del Rey. [Rey 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora