Capítulo #2: "Llegando al departamento"

597 80 36
                                    

Capítulo #2: "Llegando al departamento"

*Punto de Vista: Valeria Victoria (Vale)*

— ¡Por fin hemos llegado Valeria! — grita Emily tomando mi mano para arrastrarme para bajar del avión.

— ¡Hey, no te vayas muy lejos que tenemos que montar en el autobús para irnos al campus! — me gritaba D aún sentado, buscando algunos bolsos que papá le habían dado.

— Si, impertinente — rodee los ojos.

Bajamos del avión y fuimos a buscar nuestras maletas. Los demás estaban haciendo lo mismo. Yo fui en busca de comprar algo de comer para mi, quizás un batido de fresa para ir tomando en el viaje a la universidad. Habían pequeñas tiendas dentro de aeropuerto, entré a una y pedí frutas para llevar a la casa.

— Cómprame chocolate Valeria — me pidió mi hermano poniéndose de pie detrás de mi, mi hermano era un chico imponente, era alto, de cabello rojizo como mi padre, tenía unos ojos azules embriagadores, esa tonalidad que enamoraría a cualquiera.

Todas las chicas que se acercaban a mi terminaban interesadas en mi hermano, incluso Emily no se hizo indiferente hacia la belleza de mi hermano menor.

<Porque por dos minutos yo era mayor que él, por mucho que él lo negara>

— Por favor deme chocolate también — la dependienta lo miraba de reojo, ¿joder hermanito podrías dejar de ser tan guapo? Dejas loca a todas por dónde pasas. Me dio el chocolate y lo guardo todo en bolsas de plástico y me lo entregó esbozando una sonrisa más cordial de lo necesaria.

— ¿Ya podemos irnos? — preguntó mi hermano cuando le entregué todo a él. Como siempre el parecía no darse cuenta de las miradas que atraía.

<Quizás si es verdad que no se da cuenta, ¡es tonto así!>

— Si, vámonos — mi hermano me agarró de la mano, y como siempre me arrastró.

Emily corría detrás de nosotros, y los amigos de D venían detrás. Yo llevaba dos maletas y traía un bolso y mochila, mi hermano llevaba como 3 maletas y las bolsas que mamá y papá nos habían preparado.

— Me voy a caer — me queje soltándome. Respire profundo porque sentía que me comenzaba a faltar el aire.

— Tenemos que apurarnos — dictaminó con los ojos observando la salida del aeropuertos

— ¿Y eso por qué? — preguntó Carlos que también llevaba unas cuantas cosas en su mano, pero definitivamente el no parecía cansado o agotado como yo.

— El autobús pasa dentro de cinco minutos y el próximo demora en pasar — siguió caminando a paso apurado.

Al llegar a la parada especificaban la hora de entrada del bus y si llegó exactamente a su hora y por alguna extraña razón fue justo cuando decidí sentarme a respirar. El bus nos dejó frente a la universidad corrimos a registrarnos con los demás y había una gran cantidad de personas.

Perdimos más de una hora allí.

(...)

— Este es vuestro apartamento — explicó una mujer mayor de unos cincuenta años.

— Gracias — le respondí ya que mi hermano avanzó rapidísimo hacia la cocina a dejar todo lo que tría encima. Lo entendía perfectamente estábamos exhaustos del viaje.

— Aquí tienes la llave, son dos copias. — me tendió la mano con las llaves de nuestro apartamento.

Las tomé y dejé una para mi hermano encima de la mesa de la cocina. Lo primero qué hay es una sala grande con muebles confortables, la cocina incluye una mesa para 4 personas. Hay dos habitaciones grandes y con baños separados, menos mal porque compartir baño con mi hermano no es de mis aficiones favoritas. Todo estaba decorado en colores neutros: amarillo, azul cielo, blanco y negro.

DescubriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora