Capítulo #46: "¿Solución o pelea?"

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Capítulo #46: "¿Solución o pelea?"

*Punto de Vista: Valeria Victoria (Vale)*

Amar, no todos podemos. ¿Quién sabe amar? Cuando conocí la historia de algunas personas a mi alrededor, me di cuenta que pocos saben hacerlo y otros no conocen el amor.

El señor Cox, rompió el corazón de la madre de Kevin, daño a su hijo y también golpeó con fines sexuales a su hijastra. La madre de Lote, ella es otra persona que no sabe qué es el amor, no creyó en su hija, no cuido de ella y ¿si no te protege tu madre quien lo hará?

Chris subió las escaleras con lágrimas en los ojos y me contó cada uno de sus sentimientos y todo lo que sucedió con su padre. El señor Nolan tampoco sabe amar, quien ama no abandona, quien ama cuida y repara. La madre de Chris tampoco sabe amar, ella se aferra incluso si hace daño a su familia. Eso no es amar, tienes que soltar y pensar en lo que de verdad importa. Tus hijos siempre te necesitarán, así que piensa en ellos primero incluso antes que en ti mismo.

Cuantas historias no hay en el mundo aún peor, con cada una de ellas te darás cuenta, que en el mundo cada día se sabe amar menos. No renuncies a aprender, dedícate a profundizar como persona y a enseñar ser mejor. El amor depende de ti, ámate primero y luego podrás amar.

El amor propio es la base para la felicidad.

La noche se hizo larga cuando pase casi toda la madrugada sentada en las escaleras intentando calmar las lágrimas de Chris.

Los días pasan con una tristeza increíble. Kevin continúa sin perdonarse a sí mismo por lo que sucedió con Maddison, el se odia. D no sale de su habitación y Charlotte vaga por el edificio sin rumbo. Los sentimientos fríos de Paula parecen estar destrozados y solo reflejan tristeza a través de sus ojos. Chris y Sara se han estado comunicado e incluso han conversando con la hermana menor. Max y Anna están muy cercanos y eso le da espacio a Chris. Maddison no parece estar afectada pero a penas se le ve el pelo en el edificio.

Tocan a la puerta y me deslizo para abrirla.

— Hola — la voz de Charlotte me saca de mis pensamientos.

— ¿Vienes a ver a D?

— Si.

— Esta allí — apunte hacia su habitación.

Entró y no escuché su conversación, pero fue corta ambos salieron diez minutos después.

— Voy a salir con Lote — dijo D.

— Yo voy — nadie se pensará que dejaré a estos dos juntos.

— No — sentenció.

— No te lo estoy preguntando.

Me puse de pie y fui con ellos, caminamos por la calle hacia unos edificios cerca de la casa, subimos a la segunda planta y tocaron la puerta.

Un chico, que recuerdo haber visto antes, saludó a Charlotte. Nosotros no estamos en su rango de visión.

— ¿Puedes prestarme tu móvil Bruno?

Oh, este es el chico de la conversación. Que inteligente de tu parte Lote.

— ¿Por qué debería prestártelo? No tienes los mensajes en tu teléfono.

— La verdad es que no.

— Ya me han contando, es por ese chico con el que estabas, te dejo por hablar conmigo. Te dije que era una elección errónea.

Oh, ese chico se esta buscando una costilla rota.

Mi hermano se adelantó golpeó su nariz. Un golpe seco en su rostro, luego otro y el siguiente. Me quedé helada. D nunca ha sido el agresivo, Charlotte estaba quieta, muy quieta a mi lado. Dos chicos aparecieron detrás de Bruno y vi sus intenciones de golpear a D. Nadie golpea a mi hermano en mi presencia.

Una patada en su estómago hizo alejarse al primero, llegó uno un poco más alto que intentó golpear mi rostro con su puño, no alcanzó a llegar ya lo había detenido con brazo y derribado al suelo. Un golpe en su frente y luego una llave para dejarlo inconsciente por un rato.

— Para D — podía escuchar cada golpe se que su cara no quedaría muy bonita — Es suficiente.

Lo ayude a ponerse de pie. Sangre en sus nudillos y en el rostro de Bruno, un colapso de emociones fue lo que encontré en Charlotte. Lágrimas se escapaban de sus tristes ojos café-verdosos.

— Nos vamos — no hay discusión, los dos me siguen.

— Esto no es lo que quería que sucediera — dijo Lote entre lágrimas.

— Pero es lo que ha sucedido — dijo D, colocando sus manos dentro de los bolsillos.

— Ven aquí — abracé a Lote que era un mar de lágrimas.

Antes de llegar al edificio nuestro, D separo a Lote de mi acercándose a ella y dándole un abrazo con fuerza.

— Todo está bien, confío en ti — dijo en el intentando calmarla, ella se sorprendió pero pronto se calmó dejando de llorar.

Los próximos días todo estuvo más calmado y diciembre llegó con aire frío y nevadas abundantes. Todos estuvimos muy concentrado en los exámenes de fin de semestre.

— Gatita — interrumpió Kevin mi estudio antes de ir a dormir — Tenemos que hablar.

Eso me hizo estremecer, si, hay varios temas de los cuales hay que hablar, tema Nueva York y el de Maddison, aún no son solucionados. Y se que el ha estado muy nervioso en los últimos días por esos temas. Aunque también está un tema que no le he comunicado, mi inicio en esa parte de artes marciales y defensa personal, empezaré al principio del próximo año.

— Si — fue todo lo que dije dejando al lado todos mis libros de leyes y abogacía.

Fui hasta la cama y ambos tomamos asiento frente al otro. Sus ojos grises me consumieron dejándome helada ante su mirada acogedora.

— Lo siento por todo lo sucedido con Maddison, te juro que suénele la intenté a apartar, no sé cuánto debió dolor ver como me besaba.

— Fue duro lobito, pero entiendo que no fue de tu parte, sé cómo son las cosas con Maddison siempre ha sido así.

— Estas segura que todo está bien con nosotros sobre este tema — asentí — Hablemos sobre Nueva York, yo no quisiera irme sin ti, pero sabes que es mi mayor deseo.

— Hey — capté su atención — Yo no quiero que te quedes por mi, pero espero poder continuar con nuestra relación.

— Podremos — intentó acercarse para darme un abrazo, pero lo detuve — ¿Hay algo más de lo que debamos hablar?

— Si — bajé la mirada buscando las palabras — Cuando regresemos de la festividad de navidad cambiaré el deporte para estar en uno más avanzado y agresivo. Demoraré en acostumbrarme a esa nueva decisión.

— ¿Estas segura que eso es lo que quieres?

— Si, quiero poder ayudar a los demás, y eso incluye saber manejar mi cuerpo.

— Si a ti te hace feliz, yo jamás me pondré en tu camino para alcanzar tus sueños.

— Eres el mejor.

— En eso se basa el amor, en apoyo mutuo, compresión, confianza, lealtad y amor. — beso mi frente y luego atrapo mi labio inferior y dejando un beso desarmado en mis labios.

El amor solo es la expresión máxima de la amistad.

Ahora entiendo eso que papá solía decirme, la persona que esté a tu lado debe ayudarte a alcanzar lo que deseas, no te merece si solo provoca tus lágrimas y te rompe en pedazos con sus actos. La traición es solo la muestra de la falta de lealtad y, como una comida sin un ingrediente básico, deja de ser especial.

———
Nota de la autora:
Valeria tiene mucho que decir y enseñarnos como persona. Gracias por tanto chiquita.

Besos,

Lori.

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