Capítulo #37: "La solución"

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Capítulo #37: "La solución"

*Punto de Vista: Dereck David (D)*

Por vena fuente sé que Charlotte me oculta algo, ¿qué es? Esta tan nerviosa, se acomoda el cabello cada 2 minutos, no puede ni siquiera mirarme a los ojos y no sé esta tabaquismo en el mismo lugar. Intento no dejarla sola, no sé qué es lo que sucede, pero siento que no es nada bueno.

Por fin tuvimos un tiempo a solas cuando Lote se fue a dar una ducha para ir a trabajar en la tienda.

Me senté sobre la cama esperando a que saliera, buscando una explicación mientras.

¿Quizás no me quieren aquí?

¿Alguien está discutiendo con ella?

¿Discutió con su mamá por mi?

Charlotte que sucede. Me estoy volviendo loco.

Ver a alguien que quieres parearla mal y no saber qué hacer es tener las manos atadas y ver llorar a la persona que amas. Ahí solo eres un ser inútil, ahora mismo me siento así.

Lote se sobresaltó cuando me vio sentando sobre nuestra cama, se llevó una mano al pecho y luego intento respirar profundo. Sus ojos se hundieron en los míos y le di una ligera repasada. Una toalla cubría su pecho y caí hasta sus muslos, otra de las toallas estaba en su cabeza y unas pantuflas rojas en sus pies.

— Tenemos que hablar — dije.

Eso de un intento de no descolocar la ocasión y llevarla a la cama.

— ¿De qué o qué?

— No lo se, dime lo tu, has estado muy rara desde ayer. ¿Qué pasa? Y no me digas que nada.

Me puse de pie y tomé una de sus manos. La bese en los nudillos.

— No me mientas muñeca, quiero saber la verdad.

Por unos minutos pensé que lo diría todo. Pero cerró los labios apretándolos formando una ligera línea. Aparto la mirada preparándose para mentirme, lo sé.

— Nada, no pasa nada, está todo bien — intentó fingir una sonrisa de boca cerrada y más bien salió triste y cobarde.

— No me mientas muñeca, por favor, no lo hagas. Dime la verdad — acaricie su dulce y suave rostro.

— Yo.... — No continuó. Joder esto es muy difícil.

— Solo dímelo, lo entenderé, confía en mi.

El silencio se hizo casi eterno. Me estaba cansando de esta sensación que recorre mi cuerpo, con cada segundo de silencio puedo percibir cuán malo es.

— El señor Cox — comenzó, cerró sus ojos — me amenazó, quiere que te vayas de su casa. — eso no me lo esperaba, pero se que no dice toda la verdad, aún juega con sus dedos en su regazo.

— ¿Y que más Charlotte?

— Él golpeaba de mi desde que tengo 10 años y ahora a amenazado con llegar a más. Con ir mas lejos.

Cerré mis puños y no me di cuenta de cuan fuerte lo hice hasta que vi que no tenía color en los nudillos. Ese hombre merecía la muerte.

Como se atrevía a poner un dedo encima a mi amada Charlotte.

— ¿Por qué te cuesta tanto decirme eso?

— Mi madre no me cree.

Me quede en silencio analizando sus palabras, ¿por qué Margaret no me creería? Mel siempre me decía que la relación madre-hijos se basa en la confianza y si uno de los dos rompe ese lazo entonces ya no fluirá.

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