Descubriendo

Epílogo:

*Punto de Vista: Dereck David (D)*

Bebí, como si no hubiese un mañana, rompí botellas, vasos, platos y todo lo que se encontró a mi alcance. Rompí todo lo que encontré, necesitaba liberar toda la tensión y el dolor que concomía en mi interior.

Mis labios están secos, los dedos rotos y las heridas sangran sin compasión. Mi garganta arde con cada trago y entiendo que mis heridas internas están siendo desinfectadas.

La puerta se abre y hasta ahora no soy consciente de que la noche a pasado y que ya es de día.

— ¡D! — la voz de mi hermana suena lejana y preocupada a la vez.

— Estoy aquí — balbuceé.

— ¿Qué pasó? — pregunta molesta.

— Lote me dijo que iría a desayunar contigo... y me mintió — de mis ojos salen lágrimas, las que he intentando contener en toda la noche.

— Ella no te mintió D — acaricia mi cabello — Le surgió algo importante con su agente.

— ¿Eh?

Ella siente y ahí es donde comprendo el error que he cometido. Soy un idiota.

Busco en mi teléfono y intento llamarla, si teléfono da apagado. Lo intento una y otra vez, pero no funciona.

— Hazlo tu — le suplico a mi hermana avanzando hasta un baño.

Necesito una ducha antes de verla.

— No contesta — me informa mi hermana.

Termino de lavar mi cara y mi cuerpo. Mi cerebro comienza a despertar como si hubiera estado sumido en un sueño.

— Inténtalo más — me cambio de ropa.

— D, no funciona — tiro todo lo que esta a mi alrededor al suelo.

Estoy enfadado y no es con ella, es conmigo.

— Llama a Kevin, seguro el sabrá dónde está.

*Punto de Vista: Charlotte Scott (Lote)*

El viaje hasta el aeropuerto ha sido agotador, llegando a Inglaterra me decidí por comprar un apartamento de tres cuartos. Cambié de número de teléfono. Quiero empezar una nueva vida, lejos de todo lo que ya conocí. Quizás el espacio de separación quite el vacío que siento en el pecho.

Los primeros días fue a revisar la solicitud para la universidad. Me ofrecen muchas nuevas oportunidades de aumentar mi calidad de dibujo.

Compré muchas cosas para la casa, creo que todo esto de D me ha dejando un poco mal. He estado con mareos y cambios de humor repentinos. No me siento bien, mi cuerpo pide estar descansado.

Decidí ir al médico esta misma tarde.

— Buenas tardes señorita...

— Scott — terminé por él.

— ¿En qué puedo ayudarte? — me pregunta sentándose frente a mi en su oficina blanca.

— He teñido mareos repentinos y muchos cambios de humor, me siento cansada. ¿Puede ser alguna enfermedad?

— Haremos algunas pruebas y te diré entonces que es lo que sucede.

Me encamina hacia un laboratorio donde algunas enfermeras me atienden cariñosamente, examen tras examen preocupándome. Las agujas no me gustan demasiado.

Vuelvo a la sala de espera tranquila mientras reviso el móvil un par de veces.

— Señorita Scott, el doctor Simon lo espera en su consulta — me acompaña hasta la consulta del doctor.

— Ya tenemos los resultados — se inclina hacia mi.

— Dígame doctor. ¿Qué sucede conmigo?

— No estas enfermas. No te preocupes. Felicidades señorita Scott, usted está embarazada.

El doctor continúa hablando pero soy incapaz de escucharlo. Salgo de la consulta y voy directo al taxi que me espera en la puerta. Voy hasta la puerta de mi nueva casa y me dispongo a sentarme en el sofá del salón.

Lágrimas caen por mis mejillas minándolas y me pregunto ¿qué haré ahora?

Mis sentimientos están a flor de pie y decido dejarme llevar por ellos hasta quedarme dormida en el salón.

Son cerca de las doce de la noche. Despierto con hambre y cansancio, mi cuerpo pide que me alimente de prisa. Pero también estoy cansada.

Tomé el celular y marqué el número de la única persona con la que deseo hablar.

— Te necesito — son mis únicas palabras.