Terminando segundo año de la carrera.
Valeria Victoria:
La primera semana de junio llegó aún más calurosa que en el último año. Me coloqué un vestido blanco con flores negras. Ajustado en mis caderas y corto. Mis botas negras que llegan a mitad de pierna y el cabello recogido en una alta coleta.
Mis ojos verdes en los días de veranos suelen ser más fuertes y el brillo que desprende me hace sentir hermosa, aún más.
D esta bastante desaparecido, sobre todo en las mañanas. Pero decidí ordenar su ropa para sus clases antes de tomar mi batido de fresa y correr hacia mi clase.
En verdad la universidad de derecho es bastante exigente por lo que me prometí ser uno de los mejores expedientes y por ahora lo he logrado. Mis notas están siempre entre las mejores y en clase me destaco.
Kevin a estado muy ocupado con sus trabajos, por lo que no nos hemos visto en las últimas semanas.
Salí corriendo de un edificio al otro al darme cuenta de que mi clase había cambiado.
Corrí, faltaban sólo seis minutos y como mínimo me demoraba diez. Al pasar por un pequeño callejón oscuro que quedaba entre ambos edificio. Escuché un grito de una chica.
Me detuve, solté la mochila y caminé.
— ¿Hola? — pregunté intentando que volvieran a hablar.
Volví a escuchar un querido pero también escuché algunos murmullos, solo entendí:
— Cállate — y algo que pude identificar como galleta en la cara — Te volveré a golpear si repites algo — aquellas palabras me hirvieron la sangre.
Camine más deprisa. Prácticamente corrí, volví a escuché murmullos de "Por favor, no"
— ¿Que haces? Detente — le sostuve la mirada a un chico más alto que yo con un cabello oscuro, su piel bastante oscura comparada con la mía.
Una chica rubia de cabello bastante largo, suplicaba en el suelo que la soltasen, tenia las manos atadas en la espalda y su camisa desabotonada, debajo su brazier color carne relucía.
— Déjala — repetí molesta.
Aquella escena me enfureció de manera ciega, me mordí el labio inferior con ganas de romper su rostro y desearlo con un brazo partido.
— Vamos Grey explícale que yo soy tu novio y que solo estamos jugando y disfrutando — exigió el chico agarrándola por el cuello.
Una lágrima se derramó de sus ojos.
— Yo.... — comenzó a tartamudear — Si, eso es — otra lágrima cayó con sufrimiento — el agarre se hizo más fuerte alrededor de su cuello — solo estamos jugando.
Dijo rápido para ser soltada. El chico me sonrió.
— Lárgate de aquí, métete en tus asuntos — los observé a ambos.
Dos ideas me vinieron a la mente:
1- Como abogada y escuchando aquello no debía hacer nada más que esperar y callar.
2- No quiero ser abogada si personas como ella no saben decir la verdad y me tocará resignarme si hacen algo como esto.— Vete de aquí o únete al juego — aquella provocación me hizo alterarme.
— La segunda opción me encanta — me esforcé para formar una sonrisa, me acerque lo siguiente como para quedar frente a él.
Su cabello afroamericano caía en la parte trasera en forma de trenzas y su camiseta negra ocultaba el símbolo de Adidas.
— ¿En serio? — los ojos del chico se abrieron en sorpresa y pronto formó una sonrisa arrogante en sus labios antes de intentar besarme.
Golpee su entrepiernas, cayó arrodillado en el suelo quejándose del dolor. Golpee su rostro con mi rodilla y su nariz crujió. Sentí la satisfacción de ver si nariz sangrar y sonreí feliz cuando vi que cayó al suelo de dolor.
— Cuando quieras volver a tocar a una mujer recuerda estos golpes, los hombres como tú son unos cobardes, no tienen ni siquiera la valentía de meterse de alguien de su tamaño — golpee su costilla y puse un pie sobre su estómago haciéndolo perder el aire.
Tome la mano de la joven ayudándola a ponerse de pie.
— Eres mi héroe — la rubia seco sus lágrimas con orgullo y yo sentí mi pecho calentarse de nuevo.
— Nunca permitas que un bastardo como este, te haga todas estas malditas cosas, es asqueroso — volví a noquearlo — Estoy harta de los hombres como él, que creen que el mundo es suyo.
— Yo... — susurro — No se que decir, pero gracias — mi sonrisa se ensanchó.
Llame a la policia que llego en segundos al lugar, acompañe a la chica a la delegación a declarar en contra de aquel hombre. Mi fastidio aumento cuando el hombre decidió decir que es una necesidad fisiología que tienen todos los hombres.
No, no es cierto. Me irrité quise gritar, volverlo a golpear. Dejarlo en el suelo inconsciente habría sido la mejor decisión. Estupideces como aquella no quise volver a escuchar jamás en mi vida.
— Señorita Cortes — me habló un señor mayor, que pronto supe que se trataba de un capitán. Me puse de pie al instante y asentí con. La cabeza para que continuase — Usted golpeó al señor Mauricio Polaco, sabemos que en fue en defensa propia. Un maestro de al escuela dice que eres la mejor de tu clase en abogacía, ¿no cree usted que debió actuar de otra manera?
— Pues la verdad no — no soy de mentir, así que no comenzaría el día de hoy — solo le di lo que se merecía — <bueno, menos de lo que se merecía> — Lamento mi atrevimiento — o no — pero créame ninguna mujer en el universo quiere estar en la situación que ella estaba. Solo ayude a solucionar un problema para la sociedad. Recuerde esto: "Frente a Valeria Victoria Cortes, jamás sucederá una injusticia que ella sea capaz de permitir, no en mi presencia"
— Me comunicaron que has sido de las mejores notas en defensa personal, su entrenador trabaja aquí en la comisaría — mi sonrisa orgullosa se agrando y mi mirada cayó sobre el cabello rubio de aquel señor mayor — Quisiera usted cambiar de carrera para comenzar el entrenamiento para ser policía.
— ¿Policía? — me quede en blanco, sostuve su mirada al punto de saltar.
¿Como policía podría golpear sin dar explicaciones a nadie? Fue la primera pregunta que me formulé y por alguna razón supe que si.
— Usted tiene nota suficiente y además un entrenamiento de antemano, sería una de las mejores estudiantes seguro — aquel hombre jamas me pareció más bueno que en aquel momento — Se que es un año más de carrera y todo eso, pero podría trabajar para el FBI de eso estoy seguro.
La verdad me quede con algunas partes importantes, pero yo solo quería hacer una cosa ¿En verdad puedo hacer eso?
— Imagino que debe pensarlo, pero espero que los de una respuesta pron...
— Si quiero — dije apresurada, había quedado en un transe de preguntas mentales. Pero no lo dude ni por un segundo.
Solo hay algo en la vida que deseo hacer: Proteger a los demás. Desde que era pequeña y veía a unos chicos hacer bulling a algunos compañeros, desde que mi propio hermano se reía de las chicas y yo terminaba golpeándolo. Supe desde un principio que mi objetivo en la vida había sido llevar al mundo un poco más de paz.
———
Nota de la autora:
Buenas noches queridxs lectorxs, les deseo un feliz de la mujer a todas mis niñas. Hice este especial con el personaje más feminista de toda mi novela, con la chica que nos enseñó el verdadero empoderamiento.Sean cada día mejor persona y aprenda un poco más sobre Valeria.
Los quiere muchísimo y besos,
Lori.
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Descubriendo
Teen FictionDescubriendo es el libro de continuación de Conociéndote... Si ya leíste la historia de Mel y Alex estás listo para leer este libro. Aquí encontrarás la vida amorosa de Dereck David y Valeria Victoria. Ellos al igual que sus padres encontrarán el...