Capítulo 4.
Las manos de Nathan aferraban mis piernas fuertemente a las suyas y las de Tom hacían lo mismo.
– ¡No las quites, en serio, era una broma… ya nos irás conociendo! – Tom me guiñó un ojo y ambos me quitaron las manos de encima.
El resto del trayecto hasta nuestro hotel fue bastante animado, yo les pillé el punto a los chicos y las demás se sentían muy cómodas por lo que se veía. Hubo un momento en que Jay sacó una cámara de vídeo y se empezaron a grabar todos. Contaban cosas sobre un disco y hacían bromas entre ellos, incluso en un momento hicieron que nos presentáramos. Así que por lo que pude averiguar, son un grupo de Inglaterra, no muy conocidos y ahora están de gira por otros países para darse a conocer…
- Venga chicas, decirnos quiénes sois – nos dijo Jay enfocándonos a cada una de nosotras.
- Em, hola… ¡yo soy Mara! – dijo sonriente ante la cámara. Luego enfocó a Empar que estaba justo a su lado.
- Yo me llamo Empar, ¡hola! – empezó a saludar, agitando las dos manos a la vez y con una cara de emoción que nunca había visto.
- Yo soy Zaira… - se presentó con una sonrisilla cohibida, ella al igual que yo era tímida… se podría decir que ella lo era más que yo.
- ¡Tom, píllala y graba tú! – Jay le pasó la cámara sin mucha dificultad gracias a sus largos brazos.
- Bueno, ¿y tú como te llamas? – Tom enfocó la cámara hacia Esther y ella directamente empezó a posar como si fuera una modelo, siempre hace lo mismo.
- ¡hola, soy Esther! – se le escapó una risilla tonta y después vi como el objetivo de la cámara se fijaba en mí.
- Y aquí la última chica que nos acompaña, “la chica chaqueta” – me presentó Tom entre risas.
- Soy Cristina, ¡y no me llames así! – dije intentando darle un golpe en el brazo. Pero cuando me eché hacia mi izquierda para pegarle, me encontré a pocos centímetros de la cara de Nathan y retrocedí inmediatamente. A todo esto la cámara seguía enfocándome a mí…
El final del trayecto fue lo más divertido, Tom se cogió la libertad de quitarme una de mis zapatillas e ir pasándola a los demás, sin dejar que yo la cogiera. Todos se reían, yo también porque la cara de Jay haciendo como si olieran mal, fue mortal. Fue divertido, hasta que de repente se la pasaron a Nathan y ni reaccionó… ¿olería mal de verdad la zapatilla o algo…? Así que Tom la cogió del regazo de éste y antes de que la pasaran otra vez, pasé mi mano por en frente de la cara de Nathan y la cogí de las manos de Tom sin que él se lo esperara.
- ¡hey, eso no vale! – dijo divertido intentando quitármela. Pero no contó con que en medio teníamos a Nathan, mirándonos con rabia. Tom no se daba cuenta de su mirada ni de sus facciones secas y serias a más no poder, ni tampoco de que estaba saltando por encima de él…
- ¡Tom tío, contrólate! Sabemos que te mola la niña esta pero para un poquito – dijo de repente devolviéndolo al sitio de un empujón.
- De acuerdo Nath, perdóname – le dijo sonriente.
No sé como no le molestó la forma en que le dijo eso. Porque por mi parte me molestó mucho que me llamara “la niña esta”… ¿quién se cree? Un famoso, vale, pero no le da derecho a eso… Niñato.
Bueno, finalmente llegamos a nuestro hotel. Era bastante cuco por fuera, pintado de un suave color arena y con un panel gigante con el nombre del hotel: La Petite Auberge. Tenía pinta de acogedor, pero nunca te puedes fiar de una simple apariencia.
Al llegar, el coche se paró. Yo abrí brusca y rápidamente la puerta en busca de aire y tranquilidad, no soportaba estar más ahí dentro. Salté desde el interior de la furgoneta y menos mal que aterricé de pie, luego bajó Nathan que se me quedó mirando con expresión seria. Los demás fueron saliendo poco a poco y cuando todos estaban fuera, Nathan volvió a entrar, se sentó y sacó su móvil de última generación. Los demás se apresuraron a abrir el maletero y darnos nuestras maletas. Por arte de magia aparecieron Kev y la mujer de rizos, que logré comprender que se llama Jayne.
- Bueno, muchas gracias por traernos habéis sido muy considerados – les agradeció Empar con una sonrisa.
- Ha sido un placer chicas – respondió Jayne abrazándonos a cada una de nosotras.
- Claro, cuándo queráis volvemos a llevaros a cualquier parte – agregó Tom.
- Pero controlaros, no nos toméis como un taxi 24 horas o algo así – dijo Jay rascándose la cabeza. Todos nos reímos y acto seguido Siva vino a despedirnos abrazándonos con fuerza a cada una. Lo mismo hicieron Jay, Max y Tom.
- ¡Nathan, sal a despedirte niño malo! – gritó Jay dando golpes a la puerta del maletero.
Oí como una puerta se habría de golpe y luego mi mirada se centró en el chico que salía de ella. Se acercó a nosotras sin mucho interés y luego fue dando un abrazo como todos los demás habían hecho. Cuando llegó mi turno me dio un abrazo, de apenas dos segundos, en el que ni siquiera llegué a rozarle. Luego se separó de mí y me miró durante unos segundos, esto duró más que el abrazo, y me volví a perder en sus ojos.
- Cris, coge tu maleta – me dijo Esther señalándola.
- Ah sí, claro – agité la cabeza. La cogí y me fui con las chicas, que ya estaban en la puerta, esperándome.
- Adiós chicos, gracias por el trayecto, divertíos por París y a ver si nos vemos otra vez. – dijo Empar agitando sus manos en el aire en forma de despedida. Las demás la miramos y tardamos poco en copiarla. Yo me quedé pensando en el “a ver si nos vemos otra vez”…estaba claro que la ciudad es muy grande y no los veríamos más. Los chicos hicieron lo mismo, menos Nathan que tan solo estaba de pie, observando.
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Gold Forever L5F. [Editando]
FanficCristina, Empar, Zaira, Esther y Mara. Amigas desde siempre y con vidas absolutamente normales. Nunca soñaron con algo más que cumplir unas expectativas comunes. Nunca pensaron que sus vidas pudiesen cambiar de tal forma. Nunca vieron que ellos eran...