Capítulo 45.
Zaira POV.
Me desperté de golpe. Me reincorporé sobre el cabecero de la cama y respire profundo. Estaba sofocada, sudando… y no precisamente por calor. Aún estaba metida dentro del sueño tan extraño, quería averiguar quién demonios sería…eso. Así que me volví a tumbar, con toda la dificultad que la cama de agua me daba, cerré los ojos con fuerza e intenté dormirme de nuevo para continuarlo por donde lo dejé. Nada, no lo lograba. Había pasado rato, no sé cuanto, probé todo… dejar la mente en blanco, contar ovejas, cabras, vacas, elefantes, leopardos, todo bicho viviente pero no daba resultado. Estaba más que desquiciada y no paraba de dar vueltas. En cierto momento creí que la cama de rompería o algo. A lo tonto se hicieron las diez en el reloj de mi móvil. Genial.
- Empar levanta - la empujé de un lado a otro hasta que abrió los ojos - ¡Venga! - esperé a que se desperezara y me senté a su lado.
- ¿Qué pasa? - me preguntó con un hilo de voz mientras se restregaba los ojos.
- He tenido un sueño rarísimo… - A pesar de que cuando Empar se acaba de levantar no está nada receptiva pareció poner atención a lo que le contaba - Y bueno eso, que no consigo sacarme de la cabeza eso de averiguar quién es…
- Cómo te rallas la cabeza… - chasqueó su lengua y se levantó, seguramente para ir al baño.
- ¿Y te vas y ya está?
- Tía… es un sueño… no tiene mayor importancia. Es normal esa sensación, a mí también me ha pasado muchas veces y…
- Pero no era normal - la interrumpí de golpe - siempre olvido lo que sueño, sea bueno o malo, pero este lo recuerdo todo… parecía hasta real…así que normal no era.
- Vale… - me miró preocupada y se acercó a mí - pero deja de emparanoiarte…
- Lo intentaré - Después de arreglarnos, salimos y nos encontramos con las demás en el restaurante. No llevaban mucho desayunando así que había batido mi marca personal en arreglarme. Cogimos nuestro desayuno y las acompañamos.
- ¿Hoy vais a lo del vídeo? - nos preguntó Cristina con cara de adormilada.
- Sí, pero por la noche - Respondí secamente. Seguidamente Esther les explicó que la escena que rodaríamos sería una fiesta en la casa, mejor dicho mansión, de mis sueños. - El director dijo que sería una fiesta de verdad… así que yo no controlo esta vez - anunció riendo. Los conceptos de sobria y prudente no eran los que Esther entendía a la hora de ir de fiesta, más bien todo lo contrario.
Desaparecimos del hotel, una vez desayunadas y cargadas como la otra mañana, para ir a la playa… como no. No sé que le ven…en serio, solo es arena pegajosa metiéndose por todas las partes del cuerpo. Se avecinaba aburrimiento, bajo la sombrilla, para mí. Una vez llegamos y nos instalamos decidí contarles al resto el sueño. No me lo podía quitar de la cabeza y estaba empezando a ofuscarme de verdad. Todas me dijeron lo mismo que Empar cosa que me dejó despagada… hasta Cristina me había dicho que era un simple sueño. Justo ella que es la del rollo místico a la hora de soñar. Seguí abrasándome bajo el sol, bueno… bajo la sombrilla, una hora o así más. Entraba y salía del agua con frecuencia pero solo me mojaba las piernas y un poco los brazos. En una de esas, que fui a refrescarme, me mojé entera pero porque alguien me había empujado. Me giré, e hice un corte en la cortina que había creado mi pelo mojado sobre mi cara, y me topé con las sonrisas infantiles de Jay y Tom. Avancé hacia ellos con dificultad y les arrojé agua. La verdad, no sé qué estaba haciendo exactamente… cogía agua entre mis manos y a la hora de lanzarla ya no tenía. Muy guay todo.
- ¡Venga tonta! ¡No te enfades! - Chillaba Jay huyendo de mí.
- ¡Ahora estás más fresquita! - agregó Tom riéndose escandalosamente.
- Te voy a dar a ti fresquito…- susurré para mis adentros a la vez que acudía a mi silla para secarme - Sí…¡Gracias chicos, muy amables! - les sonreí falsamente y ellos volvieron con el festival de risas contagiosas.
- ¿Os importa que nos coloquemos aquí? - nos preguntó Max. Todas le contestamos un desacompasado no y él soltó de golpe todo lo que cargaba. Hicieron lo mismo Siva y Nathan que iban tras él. Enseguida montaron una parafernalia inmensa. Aquello, sin exagerar, parecía un camping. Y sí, llevaban hasta tienda.
- ¿Por qué tanta cosa? - preguntó Mara confusa.
- Todo nunca es suficiente… - suspiró Nathan - unos quieren una cosa, otros otras…
- Así que nos traemos todo lo que queremos y acabamos antes - Max remató la explicación con una sonrisa de las suyas.
No sé cómo lo hicimos pero, un rato después, todos estábamos metidos en el agua. Cristina se encontraba en los hombros de Jay y Empar en los de Max. Se suponía que hacían una batalla pero la segunda pareja siempre se caía antes de hacer ningún movimiento. Yo me encontraba, junto a Mara, haciéndole rabiar a Tom. No parábamos de tirarle agua y no podía con las dos. Además, no paraba de reír, no se había quitado las gafas de sol… menudo show. Mientras tanto, Esther, Siva y Nathan estaban tan tranquilos nadando. Era una situación muy a lo: cada loco con su tema.
Después de estar un rato más haciendo el tonto decidimos salir, secarnos y relajarnos. Me impactó cómo cambió todo al salir del agua. El ambiente era tenso. Jay se comportaba de forma extraña y se alejaba todo lo posible de nosotras…o de Mara. Tom tenía unas facciones totalmente serias, se notaba hasta con las gafas puestas, al igual que Nathan. Luego, por nuestra parte, estaba Cristina tumbada boca abajo y con la mirada fija en un punto opuesto a ellos. Y Mara que, por no soportar nada de esto, había cogido a Empar para dar un largo paseo. En resumen…esto no era más raro y bipolar porque no podía.
- Bueno… nosotras nos vamos - anunció Esther levantándose de la toalla.
- ¿Por qué? - preguntó Siva haciendo morritos y con voz de niño pequeño.
- Tenemos que comer o nos dará algo… - comenté plegando la silla.
- Nosotros tenemos comida de sobra - dijo Max señalando la nevera portátil que estaba a unos pocos pasos de mí - ¡Va, os invitamos! - miré las caras de Mara y Cristina. En ellas había una mezcla de ganas por quedarse y ansias por salir corriendo de aquí.
- ¡Venga vale! - respondió Empar con alegría.
- ¿Podemos hablar un momento? - Mara nos echó una mirada amenazante a todas y fuimos hacia ella. - Lo siento, pero yo paso de estar aquí…
- Lo mismo digo - agregó Cristina - Esto es muy raro…y pasar más tiempo con ellos lo haría más.
- Pues nos vamos y ya está ¿vale? - todas asentimos al comentario de Empar.
- Pero…
- Esther, te puedes quedar, nadie te obliga a venirte - ella se quedó mirándonos indecisa - Quédate con ellos - le apremié con una sonrisa - ¿Luego volveremos, no…?
- ¡Claro! - exclamó Empar. Así que cogimos nuestras cosas y nos fuimos.
…
Una vez terminamos de comer Mara y Cristina se fueron a dar una vuelta a solas, mientras que Empar y yo regresamos con los demás. Los vimos a todos jugando a, lo que parecía ser, volleyball. Sin pensarlo nos unimos a ellos. Me colocaron en el equipo de Siva, Tom y Nathan. Nos lo estábamos pasando de miedo, con bromas por allí y allá, con los enfados de Empar y Jay, que siempre peleaban por sacar, con los empujones de Siva y Tom hacia mi persona…
- ¡Eh! - me quejé gritando - ¡Pegar con la pelota a cabezas de personas ajenas es expulsión!
- ¿Quién lo dice? - preguntó Siva riéndose.
- Cierto, nadie ha oído hablar de esa norma - se excusó Nathan con las manos alzadas - así que puedo darte todas las veces que quiera - sonrió triunfante.
- Lo mismo digo - le guiñé un ojo y seguimos jugando. Como no, cuando me tocó sacar a mí, hice todo lo posible por pegarle pero fallaba la mayoría de las veces.
- ¿Pero de que vas tío?
- Ha sido sin querer…
- Sí, ya…claro - a la larga me di cuenta de que me habían metido en el equipo más conflictivo. La rivalidad, que no comprendía, entre Nathan y Tom hacía que parásemos el juego cada pocos minutos. Al principio sus contestaciones eran graciosas y se cogían como broma pero dejé de pensarlo cuando casi se arrancan los pelos. A lo abuelas en un supermercado peleando por el último bote de lentejas, lo mismo.
- Dejarlo ya… - repitió Siva por décima vez con tono malhumorado - Nath…saca - y así lo hizo. Sacó fuerte y mal así que la pelota impactó sobre mi espalda y luego en la cara de Tom.
- Te mato… - pude ver como contenía las ganas de saltar encima de él y darle fuerte.
- ¡Max! - éste corrió hasta Tom y se lo llevó lejos de aquí.
- Menudo idiota… - Nathan chasqueó su lengua y negó con rabia - Oye, perdón… - le sonreí e hice un gesto de aprobación. La situación se había vuelto tan tensa y rara que no supimos que hacer. Esther decidió que era mejor volver al hotel y prepararnos para el rodaje del vídeo, más conocido como fiesta, de esta noche.
…
- ¡Por fin llegáis! Os esperan arriba - BigKev, quién aparentemente estaba como “segurata” de la casa esa noche, nos indicó el camino a los camerinos para las modelos. Allí nos recibió un nervioso Brian. Nos dejó a cargo de Paul y Claudio, los cuales se pusieron a hacerme muchas cosas en el pelo… ¿eso era tinte?
- ¿Qué te parece? - por fin Claudio me giró y dejó que me viera en el espejo. Estaba muy…extrañamente guapa. Ahora llevaba el pelo planchado con un tono marrón caramelo oscuro pero que tampoco se iba mucho de mi color natural. En cuanto al maquillaje…tonos tierra…me gustaba mucho.
- Dios…¡Me encanta! - me levanté y lo abracé con ganas. Luego vi a Esther y aluciné. - ¿son extensiones? - asintió emocionada. No sé porqué pero esta noche me daba buenas vibraciones.
Nos hartamos de rodar tomas conjuntas. En el interior, ellos encima de un podium y el resto del personal bajo bailando al son de la canción. Por fin la escuchaba…aunque me daba que ya la había oído en otra parte. Otra cosa no, pero enganchaba que daba gusto. Me encontré con Empar y las demás por allí también. Jayne las había invitado y todas iban muy arregladas. Pero que mucho. Luego volví al set para rodar mi escena.
- ¿Esta es tu pareja? - el director me señaló.
- Sí, bueno… no es mi pareja de verdad pero..
- Vale - me cogió de la mano y me apoyó en un pilar - Tú te quedas ahí quieta y él se encarga de lo demás. Recuerda que eres misteriosa y muy elegante ¿vale? - asentí rápidamente y respiré profundo - Tom saldrá por ahí. Recordad estar lo más cerca posible el uno del otro. - Aplaudió, la música comenzó de nuevo y todo empezó. Salió de mi lado izquierdo, con una de esas miradas tan incitantes, mientras cantaba su estrofa. Nuestras miradas chocaron y a continuación no pudimos evitar reírnos a más no poder. Pedimos perdón y comenzamos de nuevo pero esto nos pasó muchas tomas seguidas…hasta que el director se puso serio y entonces lo hicimos bien. Cuando nos dijeron que la toma era bastante buena, justo cuando nuestras narices estaban casi rozándose, paramos y fuimos a ver como les iba a Esther y Siva.
- ¡Y listo! Gracias chicos… - la ayudante del director los paró justo cuando entramos en el baño, lugar donde se rodaba la escena, y nos quedamos a cuadros.
- ¿Cómo han grabado tan rápido? - miré a Tom incrédula, al igual que lo hacía él, y a los pocos segundos surgieron de nuevo las risas incoherentes. ¿Qué nos pasa hoy? - Bueno…voy a buscar a las demás ¡Nos vemos! - me giré y avancé con la sensación de que a éste no lo vería más en toda la noche.
Me reuní con las demás en el jardín. La que habían armado…gente en la piscina, bailando por todas partes, borrachos, conductores de BMX… todos locos.
- ¿Quieres algo de beber? - esta pregunta se repitió hasta la saciedad. No. No quería beber, no lo hago y cuando sí soy un auténtico peligro. Pero me insistieron todas, menos Cristina, y al final acepté. La música era buena así que nos pusimos a bailar como si de eso dependiéramos. Hubo un momento en el que anunciaron que el rodaje de hoy había acabado…¿Aún habrán más? La madre…
Me serví unas cuantas copas más. Y sentía como subía pero me encontraba genial así que no me cortaba ni un pelo. Pasó más y más tiempo. No sé qué hora sería pero se podría decir que todos iban algo doblados ya… sobretodo Esther y Empar. La tres nos sentamos en unos sillones a descansar un poco. Bueno…ellas a fumar.
- ¡¿Esa no es Cristina?! - todas miramos hacia donde el dedo de Empar apuntaba y empezamos a gritar. Se estaba liando con alguien.
- ¿Quién es? - preguntó Esther dando otro sorbo a su cubata. Todas ladeamos nuestras cabezas a un lado a la vez. Seguí sin saber quien era. - ¿Y esa es Mara?
- ¿Y ese es Tom?
- ¿Y aquel no es Nathan?
- ¿Y esa no es tu abuela? - Esther y yo miramos a Empar confusas - ¿Qué? ¿No estáis jugando o…? - no pudimos reírnos más porque reventaríamos…sabía que el alcohol hacía que perdiéramos neuronas pero…esto era pasarse.
Me levanté para ir al baño y, como no sabía donde estaba, me perdí. Giré alrededor de mí misma y me paré de golpe mirando un punto fijo. Sí que era Cristina…y sí que era Jay. Era Jay…¿pero qué cojones pasa aquí? Volví a girarme confundida y seguí buscando el baño. Por suerte me dijeron donde estaba y dejé de hacer el tonto. Al abrir la puerta me asusté por la escena que había presenciado. Mara y, abrí la puerta de nuevo, nada. La cuestión es que se estaba liando con alguien en un baño y yo me meaba.
- ¿Dónde hay un baño libre? - alguien me cogió de la mano y me llevó escalera arriba. Al entrar en una habitación me di cuenta de que era Tom. - Esto no es el baño…
- Qué más dará - me cogió de la mano y me tiró encima de la cama. A continuación comenzó a besarme con rabia y fuerza. No me gustó y lo aparté. - No… por favor…
- Estaré borracha pero no soy a la que te vas a tirar esta noche por un ataque de celos - no era difícil pillar que había visto a nuestros amigos comiéndose la boca. Él volvió a insistir y lo aparté de nuevo. - Tú no quieres esto Tom…
- Ni tú, pero solo esta noche… - en su mirada se veía la ira mezclada con una clase de lujuria que nunca había visto en alguien. No sé cómo ni cuándo pero acabé saliendo de allí y dirigiéndome a la playa. Él me persiguió, cosa que no me di ni cuenta, y una vez lo tuve delante se derrumbó. Me contó lo que pasaba por su mente en ese instante. No podría decir que fue lo que hizo que me sintiera tan atraída hacia él…pero ocurrió lo inevitable.
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Gold Forever L5F. [Editando]
FanficCristina, Empar, Zaira, Esther y Mara. Amigas desde siempre y con vidas absolutamente normales. Nunca soñaron con algo más que cumplir unas expectativas comunes. Nunca pensaron que sus vidas pudiesen cambiar de tal forma. Nunca vieron que ellos eran...