Gold Forever L5F. [Editando]

70. ~Soulmates~

Capítulo 70.

Esther POV.

- ¡Cris! ¡Para! - Le imploré mientras seguíamos corriendo sin sentido por las callejuelas. - ¡Que pares! - Agarré su brazo y paramos las dos de golpe. - Creo que les hemos perdido…

- ¿Les? ¡Solo era él! Y no sé qué coño hace solo por aquí… - Me contestó casi sin aliento.

- ¿Por qué hemos corrido como unas locas en vez de, simplemente, escondernos? - pregunté jadeante. - Hubiera sido más fácil…

- Porque te ha visto.

- ¿Qué?

- Y a mí la primera…

- ¡Mierda!

- Exacto… - exasperó - Bueno… ya sabe que estás aquí.

- Lo que faltaba. - bufé mientras negaba con la cabeza. - Pero ¿qué hacía él solo por estas calles?

- Eso mismo me pregunto yo… - Vi que sacó su móvil y buscó algo. - Nathan… tenemos un pequeño problema… - ¿Solo pequeño? Tenía las dimensiones de Jay y Siva juntos. - ¿Que habéis hecho el qué? ¿Vosotros sois tontos o os inyectáis lasaña en vena? - No pude evitar reírme. Cristina vacilando hace mucha risa. - ¿Cuál es mi problema preguntas? Pues que Siva nos ha visto a Esther y a mí paseando por la ciudad, ese es mi problema, el tuyo y el de todos. Sí, la ha visto de pleno. ¡No me vengas con esas! Sí…vale… ¡Haz algo ya! - Colgó rápidamente.

- ¿Y bien?

- Estaban distrayéndole en el centro comercial y se ha pirado sin que se dieran cuenta.

- Sabía que estaba aquí…estoy segura. - Otra cosa no, pero Siva era muy…inteligente en estos casos. Algo se olía porque tampoco es tonto y nosotros somos muy poco discretos. - ¿Ahora qué hacemos?

- ¿Explicarme todo esto? - La boca nos pudo legar al centro de la tierra y volver en un mili segundo al girar y vernos a aquella especie de dios griego. Quise hablar pero estaba completamente muda. Esa mirada era capaz de paralizar a cualquiera.

- Bueno…yo…os dejo hablar… - Cristina se fue por la calle hasta desaparecer.

- ¿Qué haces aquí?

- Nada. Pasaba por aquí.

- ¿En serio? - Fruncí el ceño en señal de confusión.

- Claro, Siva, claro. - Me crucé de brazos y él me miró totalmente desubicado. - He venido por ti.

- Pero si…

- Cortaste conmigo a medio camino del viaje. Quería darte una sorpresa después de todos los malos rollos que habíamos tenido. - Su boca dibujó una “o”. Su expresión era tan de sorpresa que me hacía hasta gracia.

- Entonces… ¿Estás aquí por mí? - Asentí. - ¿Y por qué… todas esas discusiones y todas esas estupideces y…? - Me encogí de hombros porque, en verdad, no tenía ni idea. - ¿Por qué no me dijiste que venías?

- ¿Cómo? No me dejabas. Cuando te cabreas no dejas hablar.

- Eso no es…

- Lo es. - Le callé. Una pequeña risa brotó de sus labios y yo me quedé petrificada. 

- Así que…lo has hecho por mí…

- Sí, básicamente.

- Y…¿no sabes explicarme lo de las peleas? - Empezó a rodar a mi alrededor. Así…con aire sugerente y sensual. Quise matarlo lentamente. - Ya veo…