Gold Forever L5F. [Editando]

77. ~ Do you dare..?~

Capítulo 77.

~Esther POV.~

De camino a casa Zaira me convenció para un pequeño “makeover”. ¿La razón? Que Javi se fijara en Cris. Al principio era raro, no sabía porque debía hacer algo así, pero supongo que siempre se han llevado un rollo algo extraño. En resumen, que acepté el reto.

Nada más meterse en la ducha comenzamos a preparar su habitación para que fuese lo más parecido a un tocador de nivel considerable. Entre Zaira y yo elegimos algo de su armario, una combinación que nunca se pondría por sí misma. Hicimos lo mismo con los zapatos. Me surgió una idea, pero como Cris calza la talla más pequeña de todas…no pude ponerla en marcha.  De repente salió del baño, Zaira entró al vuelo y yo la llevé de sorpresa a su habitación.

- ¿Qué es todo esto? – Preguntó desubicada. Pobre animalico…la empujé y obligué a ponerse una toalla de turbante. Le dejé que se pusiera lo más cómodo que tuviera y se sentó frente al espejo. Lo que hice a continuación fue preparar y maquillar la piel. Fui completando poco a poco el look de esta noche, algo que denominé “be classy but agressive”. Muy original y tal.

- ¡Me toca! – Gritó Zaira desde el pasillo. Me levanté y fui directa de donde ella venía. Salí diez minutos después, me vestí y arreglé en un tiempo mínimo, pero suficiente…seguramente. Seguí con Cristina y sus perfectas ondas suaves, pero definidas. Finalmente, en menos de lo esperado estuvimos las tres listas.

- Esta no soy yo.

- Claro que lo eres. – Le dije riéndome. – No te he maquillado tanto.

- No es por eso…es el vestido. – Se lo intentó bajar. – Es muy ajustado. – Hizo el mismo intento y le di un golpe en la mano. Se quejó sonoramente.

- No se toca más. – le advertí con el dedo índice. - Estás perfecta, créeme.

- Venga, vamos… - nos dijo Zaira abriendo la puerta.

Llegamos al portal de las chicas  y Cristina empezó a querer tirarse atrás. Zaira consiguió retenerla lo máximo posible, y cuando se iba a ir, aparecieron. Javi reaccionó de la forma esperada, ahora la cosa era retenerla con nosotras todo lo que quedaba de noche.

Fuimos andando hasta el mejor mexicano del mundo mundial. El local era de una amiga de Empar y por eso tuvimos un servicio genial desde el principio. Comimos, reímos, bebimos y disfrutamos como no lo habíamos hecho en una buena temporada.

- ¡Otra ronda! – Gritó Empar a  su amiga. Aquella hizo un gesto de aprobación y profirió un grito muy…no sé…lobuno. Al instante tuvimos una ronda de chupitos de tequila del bueno encima de la mesa. Estaba claro que yo no iba a salir bien de aquí.

- ¿Y siempre que salís hacéis esto? – Preguntó Javi dando un sorbo a su margarita.

- Básicamente, sí. – Le contesté riéndome. - ¿Otra ronda? – La respuesta fue que sí, obviamente.

- No, gracias, yo no quiero. – Le dijo Cristina al camarero. Sin embargo, aquel sonrió y se lo dejó delante.

- ¡Venga, brindemos! – Proclamó Mara. Todos, incluso Zaira, alzamos el chupito. Todos menos Cris. – Venga…no me seas sosa.

- Cris…¡hasta yo estoy bebiendo! ¡Yo! – Zaira se señaló con insistencia. No pude evitar reírme de ella…hacía mucha risa. De repente Empar empezó a decir eso de “bebe, bebe, bebe” y todas la seguimos a coro, incluso Javi. Qué coincidencia que estuviera a su lado sentado y le dijera algo al oído justo antes de que alzara su chupito. Gritamos de júbilo, alzamos nuestros vasitos y empezamos el brindis.