Gold Forever L5F. [Editando]

55. [It seems like one of those madness nights.]

 Capítulo 55.

Mara POV.

Una vez estuvimos totalmente listas nos dirigimos hacia el bar donde habíamos reservado mesa para cenar. El lugar era grande, con mucho ambiente, terraza y, como casi todos los bares de la zona, disponía de una pequeña sala para bailar. Al entrar, el camarero se nos quedó mirando de arriba a bajo a todas. No pude evitar reírme ante su expresión, luego, nos acompañó hasta nuestra mesa. Cogimos sitio y, como no, me apresuré para sentarme al lado de Esther. Zaira quedó al lado de Empar y a su derecha se sentaron la falsa “parejita”. Nadie había vuelto a hablar del tema, era cosa de ellos y nadie quería verse involucrada. Cuando menos lo esperé los chicos aparecieron. Saludé a cada uno con un beso y un abrazo.

- Chicos… él es Roger… - todos se voltearon para verlo, otra vez, porque ya lo habían saludado sin ni siquiera saber quién era. - mi novio.

- ¿Tu qué? - Jay puso sus ojos como platos mientras las bocas de los demás llegaron al suelo. Cristina sonrió y cogió con dulzura la mano de Roger. Yo observaba la situación desde un segundo plano pero una mirada me estaba atravesando todo el rato. Max. Me exigía con sus grisáceos ojos que le verificara eso. Simplemente asentí y él se encogió de hombros. - Pues…encantado - Jay finalmente le estrechó la mano sonriente. Igual lo hicieron todos. Menos Tom. No se había movido desde que entró. Se encontraba totalmente parado al lado de Zaira.

- Igualmente - respondió Roger educadamente. Ambos nos miramos como diciendo “sí, esto es muy raro” pero nos fuimos sentando a medida que se normalizaba todo. A mi lado se sentó Max, seguido de Nathan y Jay. En frente tenía a Cristina, Roger, Tom y Siva.

La noche fue pasando. Jamón, cervezas por doquier, tortilla de patatas, ensaladas… era un caos de comida y bebida. Habían risas, miradas furtivas y matadoras entre todos los presentes. Cuando creía que nada podía ser más raro, porque no podía serlo, Tom se levantó y se fue de repente. Todos miramos como se iba, totalmente congelados, y entonces me levanté. No pude contener mis ganas de ir tras él para ver que le pasaba. Durante la cena había estado raro, callado, todo lo contrario a lo que es.

- ¡Tom! ¡Tom…para por favor! - le pedí corriendo como pude con los tacones. ¿Cómo había podido ser tan rápido? - ¡Tom! - y no se detenía, seguía andando. - ¡Thomas Parker! ¡Juro que como no te pares en este puto instante te dejo sin descendencia! - Y, para mi sorpresa, se paró en seco. Logré llegar hasta él casi asfixiada y lo miré - ¿Qué ha pasado?

- No podía estar más allí dentro - respondió sin fuerzas - No sé porqué pero… tenía que salir… - no dejé que hablara más cuando lo acogí en mis brazos. Le proporcioné un suave, confortable y dulce abrazo. Cuando nos separamos pude ver una sonrisa curvada y descarada. 

- Por fin. Has vuelto Parker… - le devolví la sonrisa. - ¿Quieres volver? - negó lentamente. - ¿Es por…?

- ¿Cristina y vuestro amigo que ha salido de la nada y ahora dice ser su novio? Sí. Me ha dado mucha rabia. - respondió tenso - Supongo que sigo siendo posesivo con ella…

- ¿Sigues? - pregunté extrañada - Nunca lo has dejado de ser. - una pequeña risa se escapó de entre mis labios pero él permanecía serio y rígido ante mí. - Venga…no pienses en eso ahora. Además…se te está bien merecido.

- ¿En serio? - sus cejas estaban casi juntas y deduje que le habían molestado mis palabras. Eran ciertas, lamentablemente, y no las retiraría. - Bueno sí, lo que sea… - dijo sacudiendo su cabeza mientras comenzaba a andar de nuevo. Lo seguí y me posicioné a su lado.

- ¿Es Zaira? - sí, lo era. Se acercaba a un paso apresurado hacia nosotros. Tom volvió a tensarse a mi lado y no supe porqué.

- ¿Podemos hablar? - pidió con la respiración agitada. La pregunta era para él, así que asintió y yo volví al bar.