82. "How do I choose between my head and heart?" (Parte 3)

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· Cristina POV.

Había sido una madrugada muy larga y una mañana aún peor. Si se me estaba haciendo largo el parto a mí, a ellos dos ni te cuento. A las nueve vinieron Mara y Max, los cuales se quedaron hasta las doce y se fueron. A la una vinieron Tom y Zaira a traerme algo de comer y a relevarme mientras descansaba un poco. Dos horas después volví y les dije a la pareja que ya les avisaría cuando todo estuviera listo. Así que volvía quedarme sola en la sala de espera, deseando que Jay viniese a darme alguna noticia.

Pasaron más y más horas... allí nadie era capaz de decirme nada. Del nerviosismo tuve que ir a comprarme otro paquete de tabaco, aunque me costó la vida. Unos minutos después volví a la sala y me encontré de sopetón con Nathan. Nos quedamos mirando durante unos segundos y después nuestras miradas se fueron en una dirección diferente. Se aclaró la garganta y preguntó:

-¿Ya se sabe algo? - Negué con tranquilidad. - Vale... - Me miró atentamente de repente. - ¿Cuántas horas llevas aquí?

- Desde las cuatro de esta madrugada.

- Vete a casa, anda. - Me sorprendió su reacción.

- No, no tengo llaves de casa de Empar ni nada.

- Pues toma. - Me entregó sus llaves.

- No creo que sea una buena idea, Nathan...

- No seas tonta...

- No es nada de eso. No va a ser buena idea ¿vale? - Se las negué muy en serio y me senté de nuevo en mi sitio, ya adjudicado para toda la vida. Él se guardó las llaves y se giró para volver a mirarme. - ¿Qué?

- Nada... - Se sentó en unas sillas a mi derecha. Intenté no hacer caso y cerré los ojos un instante. Aquel instante tuvo que ser muy largo porque cuando desperté me encontré a Jay y a Nathan hablando delante de mí. Me levanté corriendo, tropezando con mis propios pies, y abracé a Jay por la espalda.

- ¿Qué tal? ¿Cómo ha ido todo?

- Buf... intensamente largo. - Jay lo dejó claro con su cara. - Podéis ir a verla, ya está en planta. - Asentí y fui a recoger mis cosas. Después, Jay nos acompañó a la habitación. Nada más entrar, corrí a abrazar a Empar.

- Hola...

- Hola, mi amor... - La saludé acariciando su pelo. - ¿Cómo estás?

- Nunca des a luz. En serio. Nunca. - Me reí escandalosamente y luego le pregunté por el bebé. - Ahora lo subirán...

- Ah vale, pues voy a ir avisando a los demás.

- Ya lo hago yo, tranquila. - Nathan sonrió y se fue fuera con el móvil.

- Ni lo preguntes. No sé qué intenta... - les dije a los nuevos papis. De repente llamaron a la puerta y una cosita muy pequeñita en una cuna de cristal apareció por la puerta. Me derretí en ese momento en el que pasó de la cuna a los brazos de Empar.

- ¿Estás llorando? - Asentí a la pregunta de Empar con una lágrima recorriendo mi mejilla izquierda. - ¿Quieres cogerlo?

- Por favor... - Me acerqué a la cama y me lo pasó con mucho cuidado. No sabría cómo describir ese momento. Fue mágico. Justo en ese instante aparecieron Jay y Nathan entraron por la puerta y se quedaron flipando, pero yo estaba absolutamente embelesada con el pequeño Eloy James.

[...]

La primera semana me rogaron que me quedase para ayudarlos con el bebé, cosa que acepté sin saber en lo que realmente me estaba metiendo. En resumen, noches enteras sin dormir, biberones por allí, pañales por allá... y Empar en estado de shock que no quería saber nada del niño. En verdad, tuve que quedarme por Jay, el pobre no podía con todo. Por suerte, para todos, a Empar el shock le duró poco más de dos semanas... así que me dieron vía libre para irme de nuevo a España.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2016 ⏰

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