Gold Forever L5F. [Editando]

[39. Surprises]

Capítulo 39.

Bajé apresuradamente con los demás del escenario nada más acabar. No sé por qué, tenía unas ganas tremendas de largarme de aquí. Quise perderme entre mis compañeros pero eran todos más bajitos que yo… y destacaba demasiado. ¿Por qué no me habré quedado con las chicas? Ah, sí. Porque se habían quedado atrás hablando con la de inglés, Josep y ellos.

Estaba casi fuera del teatro cuando un niño mochila hizo que me tropezara. Caí al de suelo de morros. Fue entonces cuando oí a todo el mundo reírse.

- Malditos niñatos… - maldije a toda su familia en un par de segundos, los que me sirvieron para ponerme de rodillas en el suelo.

- Sigues siendo igual de torpe eh…

- Pero nunca podré superarte – dejé que Jay me ayudase a levantarme del todo a la par que nos reíamos.

- Sí, eso está complicado – volvimos a reírnos. Sin ninguna duda esto era raro. Nos habíamos quedado callados el uno en frente del otro. Callados, sin saber qué decir ni hacer. - ¿Damos una vuelta? – no me dio tiempo a pensar bien mi respuesta pues ya me estaba arrastrando hacia aquel parque, cuyo nombre seguía sin saber. Acabamos sentados en unos columpios riéndonos de él. Había tropezado con una señora mayor por el camino y ésta, furiosa, le ha azotado con su gigantesco bolso. – Entonces… ¿Qué ha pasado en tu vida desde París? – no supe cómo contestarle. Por su interés supe que Mara no le había contado nada y eso me extrañó bastante.

- No mucho… Mi abuelo falleció el mismo día que Tom se me declaró por carta, me he estado auto marginando durante casi dos meses, no he vuelto a querer saber de nada ni nadie desde entonces… nada interesante… - expliqué con tono sarcástico. Lo dejé cao, no supo ni cómo responder – Pero claro, todo cambia cuando tienes unas amigas que te obligan a hablar con el chico que no sabes si quieres, cuando tienes sueños extraños compartidos y un niñato repelente hace que te confundas todavía más…

- A ver… comprenderás que soy un poco corto, así que vamos por partes… - agitó su ultra rizada melena – lo siento por lo de tu abuelo, en serio… - hice un gesto de que no pasaba nada, pero se me abalanzó y me pegó uno de esos abrazos de oso que tanto había añorado. – y por cierto, solo te puedo marginar yo, eh... – sonreí ante aquella cara de tonto que puso – así que no te vuelvas a alejar de la realidad de esa forma ¿vale? – empezó a reírse – perdona que te diga que eso sí que son amigas y lo demás tonterías… porque pensarás que fue estúpido hablar con él, Tom lo pensó, y que lo estropeasteis todo, pero no es así… - nos quedamos mirándonos unos instantes. Sabía a qué se refería con eso pero me daba miedo seguir con el tema. – Bueno, sigo… ¿sueños compartidos? ¿niñato repelente?

- ¿Te acuerdas de los sueños que tiene Nathan? – asintió dudoso – bueno, pues yo tengo el mismo y solo lo veo a él.

- ¿Cómo sabes…? ¡Ah, te pillé! ¡Sí que estabas en la TC!

- Lo confieso… yo era “el perro de Cristina” que irrumpió en la habitación – alcé las manos mientras me reía.

- Lo supuse… otra cosa no, pero Empar y Esther no es que mientan muy bien… - asentí a la vez que nos volvíamos a reír. Hacía tanto tiempo que no lo hacía… - y sobre el sueño… es bastante raro y místico… me mola ese rollo ¿sabes?

- No me digas… - puse los ojos en blanco. No pude evitar acordarme de Empar. Los veía como dos gotas de agua a veces.

- ¿Crees que tiene un significado o algo…?

- Debe tenerlo, pero vamos… de sentido carece.

- ¿Él es el niñato repelente, no? – asentí sonriente – buen mote, no lo había pensado. Pero menos con Nathan eh, es mi amor verdadero… – una tremenda carcajada salió de mí de repente. – no te rías, es cierto. – seguí a la mía y finalmente logré engancharle - ¿por qué te confunde?