22. First fan.

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Capítulo 22.

  Cristina POV.

Seguí observándoles algo atónita. ¿Para eso tenía que venir? ¿Para enrollarse con mi amiga? Claro, todo muy lógico…

Cuando fui capaz de volver a mí, vi mi móvil esparcido por el suelo. Les observé una vez más deseando que no hubiesen escuchado el tremendo estruendo que había causado la caída de mi móvil. No, seguían comiéndose la boca tan a gusto… Me agaché corriendo y recogí cada pieza que se había desperdigado por el suelo.

La batería… la tapa… Me levanté y puse todo en su sitio. Permanecí detrás de aquella planta un rato más. Debía parecer el ser más estúpido del planeta… Después de unos segundos comprobando los daños que había sufrido, gracias a dios solo un rasguño de nada, me percaté de que la tarjeta de memoria había desaparecido. No estaba. Maldición… Me agaché de nuevo e inspeccioné cada centímetro del suelo. Lo volví a hacer al menos cuatro veces, a la vez que vigilaba a las dos babosas mimosas que tenía, como quién dice, justo al lado. ¿Puede ser esto más patético?

Cuando ya estaba harta de buscar, me alcé y justo en ese momento la divisé a pocos centímetros de la puerta de cristal del patio interior. La madre que la parió. No podía haber caído un poco más cerca de ellos, no…

Me agaché, esta vez poniéndome al límite de la maceta y estirando mi brazo lo máximo posible. Rezaba porque no me vieran… yo tampoco sé que pensaría si me estuviese enrollando con alguien y de repente una mano saliese de la nada. Después de un gran esfuerzo logré cogerla sin ser vista. Por ellos.

- ¿Señorita, está bien? - me preguntó en francés una empleada del hotel. En seguida me puse de pie, aún manteniéndome detrás de la planta. Asentí un par de veces, con la cara ardiéndome de la vergüenza, y la chica desapareció. Vale… esto si que no podía ser más patético.

Me fui y salí de allí pitando hacia la habitación. Subí las escaleras ágilmente, y cuando llegué a la puerta la aporreé con desesperación. Tardaron un poco en abrirme y cuando lo hicieron me fui corriendo a la terraza. Necesitaba otro cigarro.

- ¿Qué pasa niña? – me preguntó Empar con voz de barriobajera.

- Mis ojos han visto algo desagradable – dije encendiendo mi cigarro. - Y acabo de hacer un ridículo más que espantoso ahí abajo…

- ¿El qué, cómo? – preguntó Mara agitando su cabeza al no haber comprendido nada.

- Pues estaba hablando con mi madre por el hall del hotel y de repente en el patio interior, he visto a dos personitas que se estaban comiendo la boca, literalmente – expliqué en tono irónico.

- ¿Y? – Preguntó Esther despreocupada.

- Pues que esos dos eran Zaira y Nathan… - respondió por mí Empar algo en shock.

- Vale, llegados a este punto os tengo que contar algo – dijo Mara con voz ronca. Todas nos giramos hacia ella y la miramos expectantes. – Ellos dos se acostaron anoche – la bomba cayó sobre Empar y Esther que eran las únicas que aún no lo sabían . Se quedaron boquiabiertas, sin saber qué decir.

- ¿Y por qué te ha besado a ti esta mañana? – me preguntó Esther algo confusa.

- Porque se creía que se había acostado conmigo – le contesté rudamente. Un escalofrío desagradable recorrió mi cuerpo al pensar en tal cosa.

- ¿Y por qué Zaira también tenía que hablar con él? – volvió a preguntar aún más confundida.

- Porque también se creía que era ella, hasta que Zaira y yo le hemos enviado un whatsapp diciéndole que no lo era – le respondió Mara gesticulando con las manos.

Gold Forever L5F. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora