56. [A sea of doubts]

374 6 3
                                    

Capítulo 56.

Cristina POV.

Sentía sus manos en mis nalgas. Las apretaba a su gusto a la par que jugaba con nuestras lenguas. Mis manos se enredaban en su pelo, jugaban con su flequillo y de vez en cuando le mordía el labio inferior. Sentía que la temperatura cada vez subía más y no era a causa de los chupitos, cubatas y todo eso que había ingerido 

a lo largo de la noche. Para ser sincera, no tenía ni idea de donde me encontraba, ni con quién, pero todo me daba 

vueltas a la vez que él me volvía loca. Conocía todos mis movimientos, y aprovechaba cada parte de mí. Entonces me di cuenta de que no había abierto los ojos en un buen rato, no sabía quién era el tío que tenía en frente porque estaba disfrutando demasiado de esta forma. De repente, dejé de notar sus labios y sus manos, y abrí los ojos. La imagen era borrosa pero a medida que se iba aclarando me fui llevando las manos a la boca para taparla de la impresión. Pese a ir bastante bebida no pude confundir esos ojos, ahora adormilados por los efectos del alcohol. 

¿Qué acabo de hacer?

- Cris… - Roger se balanceó delante mía y yo me aparté un poco más. - ¿Por qué…te…vas? ¡Cris! - alargó mucho mi nombre y yo huí asustada. Lo que acaba de hacer no estaba bien…no lo deseaba, ni siquiera me atrae…por favor…¡es mi mejor amigo! Atravesé la sala completamente ida. Quería salir de allí. 

Por fin llegué a la playa. Anduve con muchísima dificultad por la arena. Andaba así porque ni siquiera me había molestado en quitarme los tacones…pero me siguió dando igual. Deseaba ir hasta la orilla. Por fin llegué, me quité los zapatos y metí los pies de lleno en el agua. Jadeé al notar el alivio y lentamente me senté en la arena húmeda. Pasé un rato así, mirando a la nada, completamente bajo los efectos del alcohol. Completamente sola.

- ¿Con que tu novio, eh? - me giré asustada al escuchar su voz. Estaba ahí 

plantado, con las manos en los bolsillos y mirándome fijamente. No respondí. Volví a mi posición inicial esperando a que se marchara pero, claramente, no tendría tanta suerte. - No entiendo como has podido pensar que pondrías celoso a alguien…

- A Tom lo he puesto - refunfuñé como una niña pequeña. - Pero…

- Pero él no era tu objetivo ¿no? - Ahora mismo no podía soportar el tono que estaba usando. En verdad, no lo aguantaba. Chasqueé mi lengua, más que molesta, y abracé mis piernas. 

- ¿Piensas quedarte mucho más rato ahí burlándote de cómo todo me sale mal? - Lo que quería causar en él era miedo y que se fuera, pero claro, mi voz temblaba y mi lengua se trababa con cada palabra. En vez de irse se sentó a mi lado. Sentí su mirada quemarme la piel con una intensidad que asustaba. No quise mirarlo y menos cuando mis ojos empezaron a derramar lágrimas sin mi consentimiento. Los sollozos me delataron y él se puso a reír. - Vete a la mierda…

- No te voy a dejar volver a beber de esta manera… - ahora sí que lo miré pero lo único que hice con ese gesto fue brotaran más lágrimas. - Ahora te tendré que cuidar.

- Nadie te obliga… puedes irte… sería lo mejor…

- ¿Para quién? 

- Para…los dos…

- ¿Tú quieres eso? ¿Quieres que me vaya? - noté como se acercaba más a mí y volví a mirarle. Esta vez, nuestras narices casi se tocaron pero eché el cuerpo hacia atrás.

- Eres… - otra vez se acercó a mí y mi respiración se agitó al instante - eres tan confuso y bipolar y…

- ¿Y qué? - susurró sobre mi cara. Por un momento me quedé congelada observando sus carnosos y perfectos labios. No negaré que me apetecía devorarlos pero él me estaba volviendo a controlar. Estaba tomando las riendas de mis sentimientos y sobretodo de mi cuerpo que ahora se inclinaba hacia atrás para que el suyo se colocara encima. No. Basta.

Gold Forever L5F. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora