Gold Forever L5F. [Editando]

72. ~There's an end to every story.~

Capítulo 73.

Empar POV.

Más platos por lavar. Maldita la hora en la que dije que sí a eso de compartir piso. Si por lo menos cumpliéramos los turnos de limpieza… pero ni eso. Es más, yo tampoco lo hago. La que antes era mi casa, ahora se ha convertido en una pensión cutre de mala muerte.

- Buenos días…

- Lo serán para ti. - Gruñí sacando un vaso, sucio…claro, del lavavajillas.

- ¿Y esos humos de buena mañana? - preguntó restregándose los ojos y bostezando a la vez.

- Que alguien se olvidó de hacer este cacharro ayer y no hay nada limpio.

- Joder… - Se quejó girándose sobre sus pies. - ¡Zaira! ¡Zaira!

- ¿Qué haces? ¿Te falta un tornillo o qué? - Siguió chillando como si no estuviera bien. - ¡La vas a despertar!

- Ese es el plan, Empar. - No comprendía como podía ser así nada más levantarse. - ¡Zaira! ¡O te despiertas o te tiro por la maldita ventana!

- ¿Por qué gritas? - preguntó Esther saliendo a lo zombie de su habitación.

- Despierto a Zaira.

- Cristina y su delicadeza… - Bufé y seguí con mi labor de lavar el puñetero vaso para poder hacerme café y ser persona. 

- ¿Pero qué haces gritando así, animal? - Nada…a este paso nos levantamos todas menos ella.

- Está despertando a Zaira; o al vecindario…aún no lo tengo claro… - Dijo Esther haciendo el mismo proceso que yo al darse cuenta que no habían vasos limpios.

- No vino a dormir a casa, para de berrear como una gata en celo. - Le informó Mara con toda la tranquilidad del mundo.

- ¿Cuántas veces ha hecho eso en lo que llevamos de semana? ¿Cuatro días? - Pregunté sorprendida.

- Más bien noches. - No pude evitar reírme de la contestación de Cristina.

- Es el amor… - Mara suspiró y se sentó en su silla. Todas nos habíamos adjudicado una.

- Sí, Parker es reconocido mundialmente por dar amor del bueno… - Miramos a Esther con la cara desencajada, de la risa. 

- Ay, es su tipo… - Dije una vez se calmaron las carcajadas de todas.

- Sí, cani y adorable. - Apuntó Cristina. Todas reímos una vez más.

- Entonces… ¿A quién le apetece un café… - Abrí el estante donde debería estar pero que no lo estaba. Qué raro. - …en Mike’s?

- ¿En serio? - Se quejó Mara dejándose caer en la silla.

- Chicas…esto es un desastre… - Les dije a modo de sermón.

- No hace falta que lo jures… - Dijo Cris a la vez que se levantaba. - Venga, vamos a hacerle una visita a Mike. Todas hicimos caso y al cuarto de hora, estábamos listas.

- ¿No vas a trabajar hoy o…? - le preguntó Mara a Cristina. Todas íbamos arregladas, para trabajar. Y ella llevaba unos pantalones de chándal y una sudadera diez veces más grande que su cuerpo.

- Sí pero voy más tarde. - Se encogió de hombros y, a continuación, salimos de casa. Bajamos las pocas escaleras que llevaban hasta la principal cuando Cris paró de golpe, haciendo que nos atolondráramos una detrás de otra.

- ¿Qué haces?

- Las gafas anti-paparazzi… no las hemos cogido. - Nada más dijo eso, subimos casi corriendo a por ellas.