18. Confusión resacosa.

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Capítulo 18.

Zaira POV.

Ni idea de qué hora era, pero después de unas cuantas tiradas y un montón de risas, decidimos parar de jugar y estar tranquilamente charrando de nada en particular. Siva y yo nos reíamos del lenguaje que Esther, Empar, Mara, Max y Jay habían creado. Solo balbuceaban, decían cosas sin sentido y e reían todo el rato… y yo decía que iba mal. Claro. Seguramente me esté bajando algo la borrachera, pero los demás no han dejado de beber aún…

- Creo que es mejor irnos a dormir ya… - bostezó Tom – ha sido un gran día, pero estoy hecho polvo.

- ¡Vale! ¿Pero nosotras qué…? – pregunté intentando levantarme, en este punto de borrachera, a mí también se me trababan las palabras.

- ¿Cogemos un taxi? – propuso Cristina, levantándose del sofá.

- No, os quedáis aquí – contestó cortante Jay –ahí cabéis tres – señaló el sofá - y os podemos prestar una habitación… a Max no le importará dormir con Siva, supongo… - viendo que no teníamos otra alternativa, todas aceptamos sin rechistar.

Jay y los demás se fueron a sus respectivas habitaciones y nosotras nos quedamos decidiendo quién dormiría en el sofá y quién en la habitación.

- A mí me da igual… - empezó a decir Cristina. Paró ya que se mareó al quitarse la sudadera, quedándose en tirantes. – Con tal de dormir en alguna parte… - se desplomó sobre el sofá. Fui donde ella. La verdad es que no me encontraba nada bien, había bebido más en una noche que en toda mi vida.

- Yo me quedo con la cama – anunció Mara mirando a sus pies, que los tambaleaba a su gusto.

- Yo también – dijimos Empar y yo a la vez. Ambas nos miramos y nos pusimos a reír escandalosamente.

- ¿Tres en una cama? Difícil lo veo… aunque por ver, no veo mucho – dijo Esther tumbándose a mi lado y riéndose de lo que había dicho… sin saber por qué me reí con ella.

Después de unos minutos discutiendo y dándole vueltas al asunto, yo me quedaría con Esther y con Cristina en el sofá. De repente aparecieron Tom y Jay con unas piezas de ropa en sus manos. Nos dieron un pantalón y una camiseta a cada una. Cogí el pantalón de chándal y la camiseta que me ofreció Jay con cierta dificultad, no nos aclarábamos. Eso provocó risas y más risas por parte de los dos. Una vez nos las dieron, se fueron y nosotras pudimos cambiarnos por completo.

- ¡Ala, ya se ha caído! – gritó Empar señalando a Mara. Menuda cogorza tenía la pobre, me atrevo a decir que era la borrachera más grande que había tenido desde que nos conocemos, es decir, mucho tiempo.

Jay y Tom volvieron a aparecer, ellos también se habían cambiado y se les veía completamente adorables con sus pijamas, y Tom sin camiseta… joder.

- Os sienta bien nuestra ropa – comentó Jay mirándonos de arriba a bajo.

- Ya lo sabemos… - le respondió Mara guiñándole un ojo.

- Por cierto ¿de quién es esta camiseta? La adoro – preguntó Cristina mirándola. Era blanca con un osito de peluche en medio, con colores muy… eléctricos y ponía “game over”.

- Es de Nath – contestó Jay despreocupado. Pude ver cómo la cara de cristina pasaba de alegría a un asco tremendo.

- Bueno ¿quién se viene a la cama? – preguntó Tom con cara de pervertido sexual.

- ¡Nosotras! – Mara cogió a Empar, arrastrándola de las manos. Ninguna iba bien… repetidas veces se movían de un lado a otro en el pequeño espacio que les separaba de los chicos, y eso que estaban justo en frente. Los cuatro se fueron, siguiendo la fiesta por el pasillo.

Gold Forever L5F. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora