9. Nada bueno.

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Capítulo 9. 

Pasaron otros quince minutos. Después de esa… estúpida conversación, nos pusimos a mirar la sala con Zaira y Esther. Pero ahora todas estábamos tiradas en los sofás, casi dormidas.

- ¿estáis cómodas chicas? – la voz de Jay hizo que Mara se sobresaltara, haciendo que mi cabeza retumbara en sus piernas. – venga, entrar otra vez, Jayne quiere hablar con vosotras – le ofreció la mano a Mara para que se levantara y luego a las demás. – Me han contado que has tenido un percance con un fotógrafo… - no me había dado ni cuenta de que estaba a mi lado mirándome intrigado.

- Sí, pero estoy bien… soy bastante torpe, me empujaron y perdí el equilibrio – dije sin darle importancia al tema.

- Vaya… pues podríais haberlo grabado… - le miré desconcertada, pero él se estaba riendo tan a gusto que me contagió. – ¿En serio que no hay ninguna foto? ¿algún vídeo? - me encogí de hombros mientras le echaba una mirada asesina - la próxima ya sabéis que hacer…

- Espera… ¿habrá próxima vez? – pregunté preocupada parándome en seco.

- ¡Claro, yo quiero ver tu torpeza en directo! – renegó cariñosamente presionando mis hombros con sus manos. Le lancé otra mirada asesina, pero su sonrisa evadió mis sentidos, haciendo que no pudiese enfadarme con él… lo que hice fue reírme, otra vez.

Pasamos al estudio, Jayne estaba de pie al lado de Martin que estaba sentado, moviendo teclas y presionando botones. Ambos se giraron cuando vieron que estábamos ahí plantadas sin saber que hacer.

- ¿qué opináis de esta canción? – la música invadió el lugar, era una canción que no habíamos escuchado hasta ahora. No había rastro de los chicos por ninguna parte. Jay había desaparecido.

Mara me miró asintiendo con la cabeza, y Esther marcaba el ritmo con su pie derecho. Empar que estaba cerca de mí, me miró como si no pasara nada, y de repente zigzagueó su cabeza… los bailes extraños de Empar. Zaira que estaba a mi otro lado, meneaba la cabeza de izquierda a derecha. Y yo, me contagié también por el ritmo y el estribillo pegadizo. No pudimos evitarlo y nos pusimos a bailar entre nosotras. A ese baile aleatorio se unieron Kev y Martin, que se colocaron en medio, creado así un círculo alrededor de ellos. Habían risas y buen rollo por doquier e incluso cuando la canción acabó, la habitación seguía plena de carcajadas.

- ¿qué está pasando aquí? – Los chicos, capitaneados por Max entraron en la sala.

Aun riéndonos nos giramos para verlos bien. En sus caras había dibujada una sonrisa escueta y unas facciones de emoción.

- Pues pasa que le les ha gustado la canción que lanzaréis dentro de poco – explicó Martin levantándose del taburete azul.

- ¿en serio? – Nos preguntó Tom y las cinco asentimos unas cuantas veces con una sonrisa. – qué bien… se me está ocurriendo una idea… - achinó los ojos y se acarició la barbilla mientras se dirigía hacía Martin, Jayne y Kev. Les susurró algo inaudible y todos pusieron cara de bombilla.

- Chicas, ¿os importaría pasar a la cabina de grabación? – nos preguntó Martin abriéndonos la puerta. Nos quedamos petrificadas… yo no canto, no lo hago.

- ¿para qué? – pidió saber Empar confusa.

- Queremos que cantéis – ya lo han dicho, que no, que yo no canto – con los chicos. – esta última frase de Kev hizo que me lo replanteara durante unos instantes. Pero yo seguía negando levemente con la cabeza.

- Pues vale, ¿por qué no? – Mara avanzó hacía la puerta, tirando de la mano de Zaira. Ésta me agarró a mí al vuelo, y yo estiré de la camiseta a Empar. Ésta sujetó la mano de Esther con fuerza… el resultado fue que al final todas nos metimos dentro de la cabina de grabación.

- Yo no quiero hacer esto, no sé cantar – se quejaba Zaira una y otra vez.

- ¿y que te crees, que yo sí? – le repetía Esther alzando los brazos en señal de molestia.

- Hey, tranquilizaros ya ¿no? No es para tanto – Empar gritó con su voz aguda. – vamos a cantar con ellos, así que no se nos oirá… joder os ponéis como locas por una tontería – ser fina no era su fuerte, pero a menudo decía verdades como puños. Después de este comentario, nos tranquilizamos como pudimos. Y unos minutos después fueron entrando los chicos, que se quedaron parados en frente nuestra y nos hicieron un gesto de que no pusiéramos todos los cascos.

- Vamos a ver chicas – de repente Martin nos estaba hablando, pero no le veíamos. – os voy a asignar un chico a cada una, y cantaréis con él sus partes, estrofas… ya sabéis. Al principio pondré la canción y ellos cantan, vosotras entonáis y veis la letra. Después cantaréis juntos ¿vale? – todos asentimos – decidme vuestros nombres chicas, de vuestra derecha a izquierda.

- Empar. – gritó colocándose detrás del atril.

- Zaira.

- Mara.

- Cristina. – dije acercándome y chillando al micro.

- Esther – hizo lo mismo que yo.

- Está bien… Esther, cristina… no hace falta que le habléis al micrófono, os oímos igualmente – volví a sentir mis mejillas ardiendo, Esther que me estaba mirando empezó a reírse como una loca y yo la acompañé. – Max, con Cristina. Jay, con Empar. Nathan, con Zaira. Siva, con Esther y Tom, con Mara. – se fueron colocando a nuestro lado y preparando las partituras.

- ¿Nerviosa? – me preguntó Max mirándome a los ojos.

- ¿Yo? No… ya lo he hecho otras veces, soy toda una profesional – bromeé mientras me acomodaba los cascos.

- Claro, ya eres una profesional hablando… bueno, más bien chillando a los micrófonos, pobrecitos…. – me soltó enarcando una ceja, riéndose y acariciando al micro.

- ¡Dios… para! no seas tan malo… – le recriminé, riéndome con él.

¿Nerviosa… yo? No, solo estoy con cinco chicos que son cantantes profesionales, saben de que va todo este rollo y que no van a quedar mal si cantan… es decir, que nosotras, o yo por lo menos voy a hacer un ridículo espantoso. Adiós a mi reputación o dignidad… si es que sigo teniendo algo de eso…

Gold Forever L5F. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora