Gold Forever L5F. [Editando]

26.Don't need you to lie to me.

Capítulo 26.

Mara POV.

Quise matar a Cristina y sus impulsos. Puedo asegurar que ninguna queríamos salir de ese ascensor. Me cogí rápidamente a la mano de Zaira y empezamos a avanzar hacia ellos. Mientras que de sus bocas seguían saliendo preguntas y más preguntas, también avanzaban a nuestro encuentro. Nunca un pasillo había sido tan largo.

De la nada, aquella foto de los chicos y esas tías salió a relucir en mi mente. Dios… la idea de que pudiese haber pasado la más mínima cosa entre Jay y alguna de esas me reconcomía completamente. Fue entonces cuando adelanté a Zaira, aún cogiéndola con fuerza, y me fui directa a la puerta de la habitación. A veces parezco tonta ¿tengo miedo de lo que me puedan decir por no coger unas llamadas? Quiero decir… ¿estamos tontos? Los que tendrían que tener miedo son todos ellos. Juro que ahora mismo podría comérmelos. Malditos impulsos…

- ¿Podemos hablar? - sus iris azules se clavaron en mí durante unos segundos. No le contesté. Simplemente giré la cara y seguí mi camino arrastrando a Zaira.

- Dame la llave - Tardó poco en dármela. Pobreta, tenía una cara de susto… Abrí la puerta, pero algo retenía a mi amiga. - Perdona… ¿puedes soltarla? - le dediqué una sonrisa muy falsa. La pobre parecía un títere en estos momentos. Nathan estirando de un brazo y yo del otro. Me miró sorprendido y la soltó - Gracias.

Entramos y cerré de un gran portazo. Dejé la tarjeta y todo lo que llevábamos sobre la barra de la cocina mientras me quitaba las zapatillas. Estaban empapadas.

- ¿Estás bien? - le pregunté preocupada. Seguía en la entrada, al lado de la puerta, sin moverse. Ella asintió lentamente. - Ve a ducharte… anda. - la empujé al baño. Después volví al salón y me quita más prendas hasta quedarme en ropa interior. Menos mal que la calefacción está a tope.

Al momento me acordé del móvil, seguía apagado. Así que lo puse en marcha y… la música se trababa avisándome de la cantidad de llamadas perdidas, de mensajes y de whatsapps que tenía. El nombre de Jay predominaba en todo aquello. Respiré profundo, me senté en un sillón y empecé a mirarlo todo.

No me extrañó que todo fuese lo mismo. Que quería hablar conmigo, que contestara… De repente un mensaje de Empar me sorprendió.

Emps: “Les hemos dicho que se vayan, pero no sé si nos han hecho caso… ¿Estáis bien? :)”

Yo: “?Sí, perfectamente! Voy a comprobarlo…”

Bloqueé la pantalla y me acerqué poco a poco a la puerta. Primero puse la oreja sobre ella… y no se oía nada. Cogí el pomo con cierta inseguridad. Contaba con que no estuvieran ahí fuera porque sino el ridículo sería tremendo… Lo apreté un poco, empujando la manivela hacia abajo. Abrí un dedo y observé por la pequeña franja. No veía nada. Abrí un poco más… definitivamente ahí no había nadie. Salí del todo mirando hacia mi izquierda, pero nada de nada. Bufé y decidí meterme dentro antes de que alguien me vieras con estas pintas.

- ¡Bú! - de la nada Max y Jay me agarraron en volandas. Me metieron dentro de la habitación mientras yo forcejeaba y pataleaba como una loca para que me dejasen pero Max me tenía bien sujeta. Intentaba gritar para que alguien me oyese, pero era algo difícil cuando Jay tenía su mano tapándome casi toda la cara.

Por fin me dejaron en el suelo, deshaciéndome de sus manos. Vi como los otros entraban también y cerraban la puerta tras ellos. Estaba flipando.

- ¡¿De qué coño vais?! - Rechisté poniéndome de pie más que cabreada - Juro que… ¿pero sois idiotas o qué os pasa? Esto es allanamiento de morada, secuestro y …