21. Moulin Rouge.

548 8 0
                                    

Capítulo 21.



   Empar POV.


Mientras Esther, Zaira y Cristina se quedaron en el salón, Mara me cogió y me llevó al cuarto.

- ¿Qué pasa? – le pregunté con mi voz barriobajera.

- ¿Qué te pasa con Jay y conmigo? – me preguntó de repente.

- Nada ¿Qué me tendría que pasar? – le respondí algo aturdida.

- No sé… – me miró a los ojos. Lo que mas me cabrea de ella es que sabe ocultar muy bien sus sentimientos. Ahora mismo no sé si lo que me está preguntando va a malas o pregunta por pura curiosidad.

- Que nada, de verdad – le dije mirándole fijamente. No sé a que venía este interrogatorio ahora. – Mira Mara, a mí no me importa lo que hagáis o dejéis de hacer, no es mi problema – traté de ser lo más convincente posible y al parecer ella se lo creyó.

- Vale… es que como nos mirabas de forma seria todo el rato… y desde que te he contado lo de Jay estabas rara conmigo… y después eso de que te liaste con él y por eso peleamos…

- ¡Pero no te ralles la cabeza de esa forma, joder! Si estás más tranquila te diré que tienes luz verde con él totalmente, no me gusta ni nada parecido.

Ella me abrazó fuertemente con una sonrisa en su boca y yo le correspondí. A veces me asombraba el poder de convicción que tenía… podría dedicarme al mundo del cine o algo.

- Vale… - hicimos amago de regresar con las demás, pero de repente se paró y se colocó de forma que estuviéramos frente a frente. – una cosa… ¿te gusta alguno de los chicos?

- Lo tuyo es obsesión… - chasqueé la lengua riéndome e intentando evitar el tema.

- No, en serio, te juro que no lo digo – me puso carilla de cachorrillo. Maldita niña atrapada en el cuerpo de una mujer hecha y derecha…

- Bueno… vale… te dejo que lo adivines – le dije despreocupada, ahora que le había dicho que no me gustaba Jay no podría emparejarme con él, menos mal, porque tampoco me gusta… claro. Y si lo hiciera ¿qué más daría, o…?

- Veamos… - se puso pensativa - ¿no te gustará Nathan como a Zaira? Aunque creo que a Cristina también le atrae, pero por su bien espero que no.

- ¿Nathan? no, él no… – respondí haciendo una cara de asco absoluto. Ya sé que no lo conozco, pero ese tipo de chicos no me van para nada… muy pequeño.

- Bueno… pues Tom, te veo con él, tenéis un humor parecido – comentó apuntándome emocionada.

- Mmm… es muy divertido y gracioso… pero no, no me gusta tampoco. A demás, creo que pronto será de otra que ambas conocemos bien…

Tom se le veía buen chaval, pero no me veía con él para nada… esto es raro, la cosa es que no quiero nada ni con tíos ni relaciones… y sin embargo estoy haciendo esta tontería… lo que me hacen hacer…

- Joder chavala… ¿y Siva? En la sesión de fotos en parejas…

- Siva no, por favor… ¡qué pareja más extraña haríamos! – la volví a interrumpir, exagerando mis facciones.

- Es cierto… - dijo riéndose – ya lo tengo, y este no me vas a decir que no. – no dirá Jay, ¿no…? - ¡Max! Siempre estás sonriéndole como una tonta.

- No que va… - respondí alargando las palabras irónicamente. Con Max la verdad es que me pasa algo raro. Siempre hace que parezca una tonta sonriendo y siguiéndole sus chistes malos.

- Aja, ¡lo sabía! – espetó volviendo a ponerse en dirección al salón. Sí claro, lo sabía… por eso había probado con todos los chicos antes… vale. Me reí yo sola.

Llegamos a donde estaban las demás, estaban enchufando la tele y poniendo una película.

- Moulin Rouge… - nos informó Cristina enseñándonos la caratula de la edición especial que poseía.

- ¡Oh, qué bonita! – exclamó Mara sentándose en el sofá más pequeño al lado de Esther. Yo hice un gesto con el dedo, arrastrándolo por mi cara, haciendo como si fuera una lágrima que me caía del ojo y me senté al otro lado de Esther.

- Tomad – Zaira nos dio uno de los dos boles llenos de palomitas saladas. – he llamado al servicio de habitaciones, ahora nos subirán unos refrescos. -todas asentimos y empezamos a devorar las palomitas.

- Creo que vamos a engordar mucho estas dos semanas… - comentó Esther con la boca llena.

- No hables con la boca llena, ¡qué asquerosa eres! – chilló Mara mientras le estampaba la mano en su cara. Esther solamente empezó a reírse y volvió a coger más palomitas.

- Vale, esto ya va – avisó Cristina recostándose en el otro sofá. De repente el timbre sonó y Zaira salió disparada a la puerta, cogió las bebidas, dio propina y se adentró otra vez. Dejó los refrescos en una mesita cerca de los sofás, de forma que pudiéramos alcanzarlos con facilidad. Nos acomodamos con uno en nuestras manos y la película comenzó.

Gold Forever L5F. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora