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-Buenos días Señor Park.- dijo Eunwoo haciendo una reverencia de 90 grados cuando Jimin salió del edificio de departamentos aquella mañana. 

Ese día era la reunión junto con los directores y ejecutivos de la empresa tanto de la marca como de la agencia de publicidad que se encargaría de hacer tanto comerciales como fotografías, diseño y etcétera. Jimin aún no tenía ni idea de qué marca era la que iba a patrocinar todo para sus fundaciones, Solar había llegado hace unos cuantos días y habían quedado de encontrarse en la agencia. 

-Basta, odio eso y lo sabes...- dijo Jimin medio sonriendo y sintiendo algo de pena por aquello. -Y... bueno... que mira que estás guapísimo con ese traje negro... estas...- sin querer se mordió el labio pero al darse cuenta de lo que había echo se abofeteó mentalmente y desvió la mirada. -Eh... lo siento yo... lo que quiero decir es que... bueno si te... te ves muy... muy bien.- 

-Bueno viniendo de un modelo de talla internacional, es muy halagador.- le dijo mirándolo a los ojos. -Te vez tan... no sé... ¿fashion?- dijo haciendo comillas con sus dedos en el aire comenzó a reír contagiando a Jimin, éste último llevaba su abrigo negro gucci y una boina muy linda del mismo tono, igualmente llevaba unas gafas negras de pasta que le daba un aire tanto adorable como serio. -No, en serio estas lindísimo, digo, siempre lo estás pero no sé, hoy en especial.- le dijo entonces haciéndolo sonrojar. -Vamos sube.- dijo abriendo la puerta trasera para el rubio, quien frunció el seño y negó con la cabeza. 

-No eres mi chofer, eres... eres algo más especial que eso, mucho, así que no te trataré ni dejaré que me trates diferente.- el rubio se acercó y quitó su mano de la puerta para volver a cerrarla, hizo ademán de subirse en el asiento del copiloto.

-No, esto...- dijo tomando la manija de la puerta y abriéndola para él. -... no es por que sea tu chofer, solo que, soy caballeroso.- Jimin le sonrió.

-Bueno, a eso puedo acostumbrarme.- dijo el rubio y pasando quizá demasiado cerca frente a él se subió al auto aún con una sonrisa dibujada en su rostro. 

Durante el trayecto hubo un silencio cómodo entre los dos, no hablaron de nada, solo se mantuvieron con la vista frente al camino, la radio encendida como fondo,  cosa del destino o simple casualidad pero en la radio comenzó a sonar una canción que Jimin conocía a la perfección pero si dejar que siguiera bajó el volumen completamente. 

-Odio esa canción, perdón.- dijo de pronto poniéndose de mal humor. 

-No te preocupes.- fue lo único que dijo el castaño sin atreverse a preguntar nada pero definitivamente dándose cuenta del cambio en el comportamiento del rubio. 

Así siguieron todo el camino hasta que por fin llegaron frente a la agencia. -Espera...- le dijo Eunwoo bajándose de nuevo del auto y abriéndole la puerta para después ofrecerle su mano la cual el rubio tomó sin dudar. 

-Gracias.- dijo con una sonrisa sin soltar su mano. -Te veo luego ¿de acuerdo?- 

-Claro... ¿tteokbokki?(pastel de arroz)- preguntó Eunwoo. 

-Bueno pero sabes que no puedo comer mucho de eso, tengo trabajo aquí y... no puedo... subir de peso.- respondió. -Bueno... ya debo irme es algo tarde y odio la impuntualidad.- Jimin comenzó a caminar cuando Eunwoo lo llamó. 

-¡Jimin-ah!-

-¿Mh?- dijo el rubio girándose. 

-Nada... solo, ten un lindo día.- dijo acercándose a él y sin avisarle le dio un beso en la mejilla. 

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Jungkook acababa de bajar de su auto frente a la agencia, pasó por un chocolate caliente casi con el tiempo encima pero gracias al cielo su cafetería favorita estaba justo en la entrada del edificio. Cuando salió, sin siquiera pensar en nada, le dio un pequeño trago a su vaso, justo cuando levantó la mirada, ahí estaba él, Jimin, su corazón latió emocionado hasta que se dio cuenta que no estaba solo, aquel chico del día del bar estaba con él, besando su mejilla, sintió que su corazón se detuvo por un microsegundo, por un momento unos celos desgarradores formándose en todo su cuerpo, queriendo correr ahí y reclamarlo como suyo, pero no podía, ¿Cómo iba a hacer aquello si no eran absolutamente nada?, ya ni siquiera eran conocidos, ahora eran como dos extraños que habían cogido en el baño de un bar por las copas que llevaban encima, con aquel pensamiento agacho la mirada para no seguir viendo aquella escena y casi a regañadientes se obligó a caminar hacia adentro de la empresa, no sabía qué estaba haciendo Jimin ahí pero lo que sí sabía era que quería verlo de frente, quería tenerlo cerca. 

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora