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-Que bueno es saber que eres bueno haciendo negocios.- Dijo Jungkook rozando los labios de Jimin mientras hablaba y al mismo tiempo alcanzando la mesa para dejar su copa ahí, inmediatamente las manos del pelinegro se fueron directamente al bello y antojable trasero del otro sacándole un pequeño jadeo de satisfacción. 

-Tengo que aprovechar las buenas oportunidades Jungkook.- Respondió coquetamente. -Así que comenzaré a hacer válido este contrato ahora mismo.- Sus manos bajaron al fuerte y marcado pecho de Jungkook para después volver a subir a sus hombros, su cuello e ir a su nuca para deshacer la coleta que sostenía el semi largo cabello negro. -Voy a añadir algo al papeleo... No te puedes cortar el cabello mientras esto dure.- Dijo mordiéndose el labio mientras enterraba sus dedos en aquella sexy melena. 

-¿Fetiche?- Jungkook levantó una ceja. 

-No realmente, pero debo admitir que me pone mucho verte con el cabello largo y más cuando esta así suelto.- Admitió viendo su obra maestra, eso era raro ya que normalmente a Jimin no le gustaban los hombres con cabello largo, prefería a los chicos con el cabello corto y bien peinado, con aire elegante, no que Jungkook no se viera así pero ¡Dios! era demasiado sensual. -Puedes usar esa información ventajosamente, tienes mi permiso.- Dijo Jimin con voz seductora. 

-Y... ¿Debo agradecerte?- Preguntó con desdén como si no le importara que el contrario diera o no consentimiento para hacer lo que quisiera. -Por que he de decir que según el contrato puedo hacer lo que quiera contigo.- Dicho esto movió sus caderas hacia arriba provocando que Jimin sintiera su erección justo en su trasero. 

-Cierto, igual que yo puedo hacer lo que quiera contigo.- Respondió mordiendo el labio del contrario. -Y adivina ¿Qué?... Justo ahora te me antojas.- No esperó más para tomar la boca de Jungkook en un beso apasionado y lleno de deseo, su lengua sin pedir permiso lamió los labios del contrario, adentrándose más y alcanzando su lengua que siguió el ritmo sin dudarlo, Jimin sin romper el beso desabotonaba la camisa color vino que Jungkook llevaba aquel día, empujándola sobre sus hombros hasta quitársela completamente, pasó las palmas de sus manos por aquellos pectorales, rozando sus pezones en el camino. 

-Mmgh... Esta vez te quiero ver desnudo.- Soltó el pelinegro completamente excitado metiendo sus manos debajo del suéter blanco de Jimin, el cual sin esperar levantó sus brazos para que Jungkook lo deslizara hacia arriba y eso hizo, dejando a la vista la piel tersa y completamente blanca de Jimin. 

Las yemas de los dedos de Jungkook rozaron la piel de sus costillas, su espalda baja y subieron a lo largo de su espalda presionando la piel de seda mientras sus dientes mordían sutilmente la piel de su clavícula. Jimin movía sus caderas en circulos buscando aquel delicioso contacto que ya no era suficiente para entonces. 

-Desesperado...- Susurró Jungkook a lado de su cuello. 

-¡Cállate y cógeme ya!- El rubio estaba demasiado ansioso, Jungkook sonrió ante aquella desesperación. 

-Bien...- Fue lo único que dijo antes de levantarse con Jimin sujetado de su cuello y sus piernas rodeando sus caderas. 

-¿A... A donde vamos?- Preguntó el rubio besando ahora el cuello contrario, mordiendo y lamiendo la piel a su antojo, dejando una pequeña marca sobre la sensible zona. 

-¿Sabes? Es trampa que tu puedas marcarme y yo a ti no.- Dijo Jungkook divertido y algo frustrado también. -Aunque podrían maquillarte.- Soltó pícaro tomando de nuevo sus labios. 

-No... Daría m-mucho de... Qué... Hablar.- Hablaba Jimin entre besos. 

Cuando llegaron a la sala Jungkook se puso de rodillas depositando a Jimin de espalda sobre la suave alfombra color marfil debajo de ellos, sin avisarle siquiera desabotonó sus jeans azules y los bajó junto con su ropa interior que ésta vez era sólo un bóxer negro pero que al igual que toda la ropa interior de Jimin tenía encaje en la parte de atrás.

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora