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-¡Chimin!- Gritó Minho corriendo hacia el rubio que iba llegando. 

-¡Hola cariño bonito!- Respondió Jimin poniéndose en cuclillas y abriéndole sus brazos para recibirlo entre éstos. -¿Cómo estás?- 

-Bien... ¿Y JK no vino contigo Chimin?- Preguntó el pequeño buscando al pelinegro con la mirada, desde que Jungkook se había ido a Busán, el rubio trataba de ir a verlo lo más frecuentemente que le era posible. 

-N-no mi amor, él sigue de viaje de trabajo, pero yo creo que no tarda en regresar y te tiene una enorme sorpresa ¿Sabes?... Estoy seguro de que te va a poner muy contento.- Le aseguró el rubio que ya estaba enterado de que Jungkook se había comunicado con la directiva, no habría proceso de adopción sino de reconocimiento de paternidad y prácticamente el pelinegro sólo tenía que ir por Minho, Jimin no entendía el por qué de la ausencia de Jungkook, ya habían pasado unos días desde que había estado en Busán y aún no se presentaba y se preguntaba i tenía que ver con Lisa pero al ver el rostro triste de Minho, con ese pucherito en los labios y esos ojos grandes de venado que tanto le recordaban a Jungkook le apretujaba el corazón. -Pero no pongas esa carita, te prometo que él no tarda en venir a verte.- El rubio acarició su mejilla. 

-Bueno...- Dijo bajando la mirada. 

-Oye ¿Y cómo está Jombo? ¿Se ha portado bien?- Pregunto Jimin cambiado de tema. 

-Si, aunque ya está muy gr-randote y gordo, es un tagón.- Dijo dulcemente haciendo sonreír al rubio. 

-Me imagino, si se parece al dueño, debe comer ig...- Jimin no pudo terminar la frase ya que Minho levantó la mirada y abrió los ojos junto con una enorme sonrisa formada en sus labios, miraba sobre su hombro lo cual lo hizo girar el rostro, el pequeño salió corriendo en dirección al pelinegro que iba entrando con unas cajas de quien sabe que cosas, seguro serían bocadillos y golosinas como siempre hacía. 

-¡Jk, Si regresaste!- Gritó el pequeño con emoción abrazando a Jungkook que hacía lo mismo pero con ojos acuosos, cosa que Jimin no dejó pasar haciendo que una lágrima propia rodara por su mejilla, la quitó de inmediato con el nudillo de su dedo pulgar. 

-Hola enano, perdón por tardar tanto, estuve muy ocupado pero ya estoy aquí, lamento... Lamento todo esto ¿Vale?- Lágrimas amenazaban por salir de esos oscuros ojos, Jungkook miraba a su enano como si fuera la primera vez que veía algo tan o más valioso que el oro puro, pensando en que esa carita era su reflejo de pequeño, tenía sus ojos, su nariz, incluso la forma de su boca era igual, la verdad es que lo que más lamentaba de todo, era el no haber sabido de ese pequeño antes, de haber podido ofrecerle un hogar, cariño, la compañía de una familia aunque sólo fuera de dos, no podía creer todo lo que ese pequeñito había pasado en su corta vida, él nunca lo hubiera dejado a su suerte. 

-¿Por qué lloras?- Preguntó Minho poniéndose serio al mirarlo. -¿Te pasó algo? ¿Te lastimaste?- Pregunto el pequeño preocupado. 

-N-no enano, estoy bien, es que... Te extrañé mucho...- Le respondió acunando su carita con sus manos. -Oye ¿A ti te gustaría vivir conmigo?- Le preguntó Jungkook limpiando sus lágrimas, Minho lo miró ladeando su cabecita y frunciendo el seño. 

-Si, a mi me gustaría que tu y Chimin cuidaran de mí fuera de aquí.- Respondió girándose hacia el rubio que veía la escena a unos metros, éste se puso algo nervioso y se acercó. 

-Mi amor, yo... Mmm, bueno es que Jungkook y yo no...- Jimin no sabía cómo explicarle al pequeño que no serían los dos los que lo sacarían de ahí, Jungkook al darse cuenta de sus nervios empezó a hablar.

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora