Siempre tú...

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-Vaya, vaya... Hasta que te dejas ver por aquí Jeon.- Jay entraba a la oficina de Jungkook después de que su secretaria le avisara de su llegada a la agencia, el pelinegro levantó la mirada y le respondió con una sonrisa burlona. 

-Hola jefe, ¿Qué?... Yo no tengo la culpa de que no puedas vivir sin mí.- Le respondió mordaz girándose a su computador para revisar sus pendientes. 

-Ja... Por un momento pensé que tú también ibas a renunciar al contrato... ¿Pues qué tanto se traen ustedes para que Jimin esté dispuesto a pagar la multa con tal de ya no trabajar contigo, eh?- Preguntó Jay algo curioso, Jungkook lo miró con ojos grandes sin comprender nada. -Digo entiendo lo de su embarazo pero no le v...- Siguió. 

-¿Q-qué?- Dijo el pelinegro aún sin procesar la información. -¿D-de qué mierda me estás hablando Jay?... Yo no... Jimin no me di...- Jungkook no podía formar ni una frase coherente "¿Por qué no me dijo nada cuando nos vimos esta mañana en el orfanato? ¿Pensaba irse sin siquiera decirme? ¿Embarazó? ¿Va a tener un b...?" Pensaba Jungkook -¿Cuándo... C-cómo?- Preguntó al fin. 

-Su manager convocó una junta hace unos días, tú aún seguías de viaje pero debido a que decidió pagar la multa por incumplimiento de contrato, los de la marca no pudieron oponerse, yo pensé que tú ya lo sabías.- Le respondió Park. 

-N-no él no... No me dijo nada en absoluto... ¿Jay, sabes si Jimin está en el estudio? Dijo que vendría a...- Jungkook volvió a mirar a Jay sin entender, si había renunciado entonces ¿Por qué seguía en el estudio?

-Sí, ya sé lo que estás pensando, pero dijo que terminaría de grabar el comercial de skin care, después de eso se irá... Eso dijo Solar, su manager.- Explicó Jay. 

-Jay ¿Se sabe... Dijo de quién es su... Su bebé?- Preguntó el pelinegro. 

-No, ni Solar ni él quieren revelar eso, y nos pidieron no hablar del embarazo de Jimin con la prensa por ahora.- Respondió negando con la cabeza como si no comprendiera nada, Jungkook por su parte se quedó mirando su escritorio por un momento, sintiendo algo en su pecho, algo que no comprendía pero que hizo sus manos temblar un poco. 

-No... No-no-no-no... Tengo que hablar con él Jay, te busco después.- Dijo saliendo de su oficina de prisa, caminó todo el corredor hasta la enorme puerta doble del estudio tratando de aclarar la avalancha de pensamiento que se instalaban en su cabeza, tantas cosas habían pasado, tantas y aún así no podía siquiera pensar seriamente en la idea de que Jimin no estuviera en su vida o por lo menos no tan pronto, no así, no que huyera de nuevo y se fuera de su vida sin avisarle como si él no fuera nadie. 

Cuando abrió aquella puerta se quedó quieto y con la vista perdida en aquel cuerpo que se movía elegantemente al ritmo de la música con tanta gracia que parecía volar sobre la superficie, tenía tanto tiempo que Jungkook no lo veía bailar que se quedó literalmente embobado hasta que la última nota sonó y el rubio lo alcanzó a ver a través del espejo, esa playera negra enorme y esos pantalones deportivos grises lo hacían lucir tan joven, su cabello rubio estaba sin peinar y apuntando en todas direcciones, había una capa de sudor en su frente y sus pies estaban descalzos, tomó su botella de agua antes de encaminarse hacia el pelinegro con ese caminar de gato tan sutil y elegante. 

-No te escuché entrar.- Le dijo a Jungkook que seguía parado frente a la puerta. 

-¿Por qué no me dijiste de tu renuncia?- Preguntó sin rodeos el pelinegro. 

-No creí que te importara.- Respondió desviando la mirada cuando sintió sus ojos arder. -Cuando estuve en Busán te dije que te facilitaría las cosas, no quiero que dejes de hacer lo que te gusta por mi cu...- Decía Jimin jugando con la botella de agua nerviosamente.