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-Señor Min...- Interrumpió Minho que había estado jugando con su videojuego. -¿Puedo preguntar por qué no le gustan los niños?- Pregunto seriamente, Yoongi lo miró y chasqueó la lengua antes de responder.

-Pues no lo sé, son molestos, inmaduros, hacen ruido... Yo que sé.- Se encogió de hombros restándole importancia, Minho lo miró fijamente.

-Lo hace sonar como que los niños somos idiotas corriendo por todos lados.- Le respondió algo serio.

-Minho.- Lo reprendió Jungkook pero el pequeño no bajó la mirada.

-Pues yo no lo dije.- Le respondió Yoongi dándole a entender lo contrario.

-Señor Min yo soy fan de sus canciones por que en todas ellas usted habla de que todas las personas sin importar sexo, estatura, clase social o color somos iguales y al mismo tiempo habla de no poner etiquetas sólo por cómo luce un individuo, de no juzgar al libro por su portada... ¿Sabe? Soy pequeño pero incluso yo aprendí cosas gracias a sus escritos y lo admiro por ellos, no haga que me desilusione... Mire, le voy a dar un pequeño ejemplo de lo que usted provoca en las personas que realmente lo escuchamos.- Habló el pequeño cruzando sus manitas sobre la mesa, los demás lo escuchaban y lo miraban atentamente mientras Yoongi mantenía su mirada al frente a pesar de estarlo escuchando. -Supongamos que va a cierta empresa, la agencia de mi papá, por ejemplo, y ve a cierta mujer castaña, con porte, caminar elegante, ropa de marca, tacones, lleva su celular en una mano y con la otra por alguna razón va cubriendo su nariz.- Tae, Jimin y Jungkook se miraron. -Ella no se percata que un niño va caminando en su dirección y se tropieza con él, el niño cae al suelo, pero ella en lugar de disculparse por ser distraída lo mira hacía abajo con disgusto y sigue su camino, usted pensaría que aquí en Corea uno debería respetar siempre a sus mayores y quizá pensará que el niño es un maleducado y grosero por no decir que lo siente... ¿Pero que pensaría si supiera que esa misma mujer fue capaz de abandonar y su propio hijo recién nacido cuando joven, que lo puso en una caja de cartón y lo dejó en un basurero sin importarle que pudiera morir de hipotermia o que las ratas, los gatos o inclusive los perros pudieran comérselo?... Okay no, retiro lo de los perros por que uno le salvó la vida... Pero me estoy desviando del punto... Ahora ¿Qué pensaría si le digo que ese niño y el bebé que ella abandonó son la misma persona y que en este caso vendría siendo yo conociendo a mi propia madre?- Yoongi no pudo evitar girar su rostro entonces y mirar a Minho, no había atisbo de lágrimas o tristeza, sólo encontraba madurez en sus palabras y facciones cosa que le sorprendió. -Si yo no hubiera escuchado sus canciones y aprendido de ellas ¿No cree que en este momento debería estar odiando a todos los presentes aquí? Por que si me dejara guiar por el cómo visten, el a qué se dedican, la fama, el dinero, el hecho de que pertenecen al mismo circulo que ella, debería estar odiando a mi propio padre pero ¿Sabe una cosa señor Min? Usted tiene razón cuando dice que la ropa no define el corazón de una persona... Así que no me haga arrepentirme de ser fan de sus canciones por que de verdad usted le enseña mucho al mundo, incluidos los niños idiotas.- Terminó por fin sin desviar la mirada de Yoongi.

Todos se quedaron mirando a Minho, no entendían cómo un ser tan pequeñito y sabiendo todo lo que le había pasado se viera así de seguro, Yoongi se quedó mirándolo hasta que encontró que decirle.

-¿Sabes que es lo que más odio en la vida Minho?- Preguntó serio y el pequeño negó con la cabeza. -Que usen mis propias palabras contra mí.- Respondió y Minho abrió sus ojitos con sorpresa. -Y ¿Sabes que es lo que siempre había querido ver?- Minho volvió a negar. -Que alguien tuviera las pelotas para venir y callarme el hocico como tú lo has hecho... Así que me retracto, los niños no son idiotas.- Dijo Yoongi.

-No todos.- Respondió Minho encogiéndose de hombros, todos rieron, incluso Yoongi quien se puso de pie para ofrecerle su puño al pequeño para que éste lo chocara, cosa que hizo con una sonrisa.

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora