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-Si quieres puedo irme ap...- Le dijo a Jungkook aún sin atreverse a mirarlo pero éste no lo dejó terminar. 

-Sólo sube.- Le dijo el pelinegro y le abrió la puerta, su voz estaba seria, demasiado seria, Jimin sabía que estaba molesto, lo sabía, y sabía su responsabilidad en todo eso pero no quería llorar frente a él, ni frente a él ni frente a nadie, no, todo menos eso, bastante con lo que había pasado en la tienda de juguetes como para lucir más patético ahora, aún tenía algo de dignidad. Subió al auto y limpió rápidamente sus lágrimas no derramadas, se acomodó las gafas de inmediato. 

Desde el momento en el que el pelinegro entró al auto un silencio frío e incómodo se instaló entre los dos, el rubio suposo que no quería hablar sobre el tema y la verdad es que él mucho menos, así que solo se dedicó a mirar por la ventana. 

-Te llevaré a casa.- Habló Jungkook después de un rato, pero Jimin no quería irse a su apartamento, sería ir y estar sólo, sólo y recordando la mierda de persona que era y no le apetecía en lo más mínimo, así que intentando sonar lo más normal posible le respondió. 

-No... Tnemos agenda para hoy, no voy a dejar de trabajar por chismes de la ge...- 

-¿Entonces fue un chisme?- Soltó fríamente interrumpiéndolo. -Por que lo que vi en las pantallas no parecía exactamente un "chisme".- Soltó el volante por un momento para hacer las comillas con sus dedos sarcásticamente, Jimin no le respondió, no tenía ningún argumento, sería querer defender lo indefendible. -¡Dime algo, joder!- Levantó la voz mientras se estacionaba de golpe a un lado de la calle, el rubio casi dio un salto en su asiento pero no lo hizo. 

-No tengo que decirte nada Jungkook, tu y yo quedam...- 

-¡Y una mierda me interesa en lo que hayamos quedado Jimin!- A pesar de todo no le miraba, sólo miraba hacia enfrente, el mayor se sintió pequeño por un momento, pero aún así se molestó, nadie le iba a gritar, eso no. 

-¡Deja de gritarme o me bajo ya mismo!- Le soltó de la misma forma, ambos se quedaron en silencio por un momento, de alguna manera Jimin quería explicarle las cosas, igual no iba a creerle, pero por lo menos lo iba a intentar a pesar de que no tenía por qué. -¡Dios!, no tengo por qué pero iba a decírtelo antes de que la garrap... de que Jisoo te llamara allá ¿Vale?, no fue nada... Sí, si hubo un beso, pero no pasó nada más, nada.- Explicó mirando hacia en frente, el pelinegro se giró en su dirección. 

-Primero que nada no insultes a Soo, ella no tiene la culpa de que tú seas...- Esas malditas palabras le dolieron al rubio más de lo iba a admitir, esas benditas gafas eran sus mejores amigas en esos momentos. 

-¿De que sea qué exactamente, Jungkook?... ¿Ah?- Se giró hacia él y se quitó las gafas conteniendo las lágrimas. -¿Qué ibas a decir, mmh?, ¿Que soy una puta? ¿Eso es lo que ibas a decir?... ¿Y qué si lo soy?, Yo no te mentí, ¿esto que ves aquí, lo que viste frente a los reporteros?, Esto es lo que soy y te lo he dicho, no te debo nada pero si algo quiero que sepas es que no he estado con nadie más que contigo a pesar de lo que te dije.- La primera gota salada salió de sus ojos resbalando vergonzosamente por sus mejillas ¡Mierda! Pensó, limpió las lágrimas con las palmad de sus manos y abrió la puerta para bajar del auto, no podía estar ahí ni un segundo más con él, no podía y no quería. 

Jungkook se dio cuenta de sus intenciones y se estiró sobre él a través del asiento para tomar la manija de la puerta para no dejarle bajar. -Yo no dije nada de eso Jimin.- Dijo mirándolo demasiado cerca.

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora