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-Dios, son tan pequeñitos.- Soltó Jimin con ojos cristalizados mirando a sus dos pequeños a través del cristal de los cuneros. 

Después de que el médico lo revisara exhaustivamente para asegurarse de que todo en su cuerpo se encontraba en perfectas condiciones, le desconectaron todos los aparatos e incluso le retiraron la intravenosa, al ponerse de pie se sintió un poco mareado e incluso sus piernas se sentían un poco débiles pero Jungkook siempre lo sostuvo y se encargó de estar a su lado en todo momento hasta que el médico le permitió salir de la habitación para ir a ver a sus pequeños. 

-Sus pulmones están ya lo suficientemente maduros, pero me gustaría que tanto tú como ellos permanecieran por lo menos otra semana en el hospital para monitorearlos mejor antes de dejarlos ir, además de que necesito que tu sistema se deshaga de todos los medicamentos para que puedas comenzar a producir leche para amamantarlos, debes beber bastantes líquidos.- Comentó el doctor a lado de la pareja. -Han estado consumiendo fórmula pero sería muchísimo mejor y de gran ayuda la leche materna o paterna en tu caso.- Explicó a Jimin que se sonrojó un poco pero asintió con una leve sonrisa en los labios.

-Esta bien, como usted lo considere necesario con tal y todos regresemos bien a casa.- respondió éste, Jungkook asintió sonriendo igualmente. 

-Jimin... Hay algo de lo que también me gustaría hablarte... Hablarles.- Ambos se giraron de cuerpo completo hacia el doctor con algo de preocupación en sus rostros.

-No se preocupen, los bebés están bien, pero... Me temo que a ti te será algo difícil si no imposible volver a embarazarte.- Le dijo al rubio que se quedó mirándolo sin decir nada. -Debido a la herida de bala y al momento de sacar a la pequeña hubo un desgarre y claro que te recuperaste, cicatrizaste muy bien pero hubo secuelas, y bueno, mi deber como tu médico es decirles la verdad.- Continuó, Jimin sólo pudo asentir con la cabeza mientras sentía los brazos de Jungkook rodearlo desde atrás de forma protectora y amorosa. 

-Estaremos bien amor... Ya me has dado los dos regalos más bellos del universo, tenemos al enano y tenerte a ti conmigo es... Yo no pido nada más en esta vida.- Le dijo dulcemente al oído. 

Jimin posó sus manitas sobre las de su novio sobre su estómago y sonrió ladeando su rostro para poder mirarlo a los ojos. -Te amo.- Le susurró con todo su corazón acariciando su mejilla con su naricita, y es que ese hombre que lo sostenía entre sus brazos no podía ser más perfecto. 

-Yo a ti rubio bonito.- Le respondió dejando un besito sobre sus labios, Jimin se sonrojó recordando que el doctor seguía frente a ellos pero cuando ambos volvieron la vista al frente ésta ya no estaba, los había dejado, dándoles privacidad al verlos acaramelados, ya habría tiempo después de hablar con mas calma con ellos.

-Quiero ver a mi niño... Ojalá no fuera tan tarde.- Jimin hizo un puchero el cual Jungkook besó de nuevo. 

-Mmm podríamos llamarlo pero me da pena con los Lee, se va a poner loco de felicidad.- Respondió el pelinegro, ambos se giraron de nuevo hacia los cuneros mirando a sus bebés. 

-Mi pobre bebé.- Soltó Jimin en un suspiro. 

-Es más fuerte y maduro de lo que crees amor.- Jungkook tenía su barbilla sobre el hombro izquierdo de Jimin. -Y más noble de lo que a mi me gustaría, ¿Sabes?, Hoy fuimos al cementerio.- Jimin se tensó un poco pero se quedó callado esperando que Jungkook continuara, éste al darse cuenta de la rigidéz de su cuero le acarició el estómago con su pulgar, un hábito que había adquirido durante el embarazo. -Fue a ver a su madre... Le llevó rosas blancas, no sé que le dijo o que exactamente quería ir a hacer ahí pero estuvo un buen rato en su tumba, no quiso hablar del tema pero dijo que sería la única vez que iría, sólo dijo que... Sea como sea era la persona que le dio la vida y que nadie merecía morir solo como ella.- 

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora