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-Es... Eso es, bueno sí, yo...- Sin pensarlo el rubio acercó las yemas de sus dedos acariciando aquella zona. -No es importante ¿Vale?- Dijo Jungkook intentando sonar tranquilo pero no quería que Jimin se asustara o molestara por ello. -Ven vamos a la cama o te vas a caer aquí.- Jimin asintió aún perdido en alguna parte de su cerebro. 

Jungkook movió el edredón de la cama para que el rubio pudiera sentarse y después recostarse, si era necesario el dormiría en la sala, lo que menos quería era incomodar o molestar a Jimin. 

-¿Puedo preguntar cuando te lo... Hiciste?- Inquirió cuando estaban sentados. 

-D-después de que te fuiste a Italia.- Respondió simplemente. 

-Está... Lindo... Creo que... Yo...- Dijo Jimin sin dejar de mirar sus manos en su regazo, honestamente no sabía que decir, sentir o pensar al respecto. "¿Como por qué te harías un tatuaje con mi nombre Jungkookie?, quiero decir Jungkook... ¡Aish! Sólo estoy pensando ¿por qué me regaño... Que idiota Jimin, en serio...

Jungkook se aclaró la garganta sacando a Jimin de sus pensamientos y lo miró, el pelinegro tenía una sonrisita en los labios, y es que lo que el rubio no sabía o mejor dicho no se había dado cuenta era que no lo había pensado, todo lo dijo en un hilo de voz apenas audible pero que el pelinegro había podido escuchar y entender perfectamente. 

-¿Que?- Preguntó el rubio sin entender su sonrisa. 

-Nada.- Se encogió de hombros. -Solo quería saber si quieres quedarte... No hemos comido nada desde medio día y...- 

-Claro que voy a quedarme, no puedo dar ni un paso sin que mis piernas no parezcan de gelatina Jungkook.- Respondió fingiendo enojo. -Hazte responsable.- Sonrió.

-No me estoy negando en absoluto... Y siendo así ¿Qué quieres comer?  Y no digas nada que tenga verduras o sea de dieta por que mañana no vamos al trabajo así que...- 

-Yo quiero pizza pero...- 

-De Skinny bitch... Sí, sí, ya lo sé.- Dijo Jungkook sonriendo, Jimin lo miró y se cruzó de brazos, dándose cuenta que ambos seguían desnudos. 

-Es mi favorita, además no quiero subir de peso y tú me haces comer mucho.- Lo miró con recelo. -Y por cierto, dame algo para dormir, ya me está dando frío.- Dijo Jimin algo sonrojado. 

Jungkook se levantó y tomó la sudadera que había llevado ese día y se la dio al rubio que no puso ni un pero antes de tomarla y ponérsela, era como 5 o 6 tallas más grande pero cómoda y calientita, incluso se subió el gorro de ésta para cubrirse mejor. -¿Me pasas mi... Mi ropa interior, por favor?- Pidió algo tímido, como si no acabaran de tener sexo y se hubieran visto hasta el alma, el pelinegro volvió a sonreír divertido ante su actitud pero igual levantó aquella diminuta prenda y la examinó en su mano mordiéndose los labios. 

-Esto y que te quedes sin nada es lo mismo Minnie.- Jimin por alguna razón dejó que lo llamara así y no le había molestado en absoluto, incluso se sintió... Bien. 

-Cállate y dámela.- Dijo refiriéndose a la pequeña tanga púrpura en la mano de Jungkook el cual sonrió de lado pero se la entregó sin decir nada más al respecto. 

-¿De que pido su pizza Señor Park?- Preguntó con tono formal, Jimin se quedó mirándolo. 

-No me...- Desvió la mirada. -No me digas así... No me gusta.- Hizo un puchero de bebé que hizo sonreír al pelinegro con ternura. -No soy tan viejo y menos tan importante como para que me llamen así.- Y es que en verdad lo odiaba.

-Okay, lo siento, no me lo habías dicho.- Puso sus dedos bajo el mentón del más pequeño y levantó su rostro.  -No hagas esa cara, prometo no volver a hacerlo, no sabía que te molestaba.- Su mirada era sincera y tranquila, incluso... Cariñosa. Jimin parpadeó unas cuantas veces, sacudió su cabeza suavemente alejándose del roce de sus dedos y comenzó a ponerse su ropa interior, Jungkook prefirió ir a pedir la pizza mientras él se cambiaba o no respondería por las acciones de su cuerpo al presenciar la escena. -Ah y sólo una cosita.- Le dijo antes de salir de la habitación haciendo que el rubio levantara la mirada. -No eres viejo pero sí eres importante... Por lo menos para una persona lo eres.- Dicho esto salió de la habitación dejando al rubio en una maraña de ideas y pensamientos que no creyó volverían a su mente.

Siempre tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora