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Grabar fue más divertido sabiendo que la chica de mis sueños estaba mojada por mi, apenas había dormido y tenía muchísimo sueño, pero estaba obligada a ir a comer con Paul.

Me despedí de todos y me subí con Paul a su coche, hacia mucho que no lo hacía y era como volver un mes atrás.

Me quedé observando cada detalle de la conducción de Paul, aún no estaba muy segura de lo que iba a hacer, pero estaba obligada por la compañía.

Bajé de aquel coche y ya había prensa fotografiándonos, juraría que los ha contratado la compañía.

Paul y yo entramos como si nada a aquel restaurante, ya había estado ahí, nos llevaron a una mesa y nos sentamos ansiosos, ambos teníamos hambre.

-Deberías venirte conmigo esta noche- Paul rompió el hielo.

-Se supone que yo esta semana me voy a Nueva York, debería hacer la maleta y dormir un poco.

-¿Te vas con Diana?

Me había olvidado completamente de ella.

-Diana y yo no estamos pasando por nuestro mejor momento- pasé mi mano izquierda por el pelo.

-Ayer os vi bastante bien, antes de ya sabes- dio un puñetazo al aire entre risas.

Una camarera nerviosa nos trajo una botella de vino, nos sirvió en las copas mientras temblaba, era tan adorable.

-Debería llamarla, pero no tengo intenciones de irme con una loca a Nueva York- bebí de la copa.

El vino no estaba nada mal, definitivamente el vino era algo a lo que me había acostumbrado rápido.

-Si quieres me voy contigo a Nueva York- elevó las cejas.

¿Que coño?

-¿Tú y yo a Nueva York?- nos señalé.

-Claro, todo sea por la prensa, además nos lo pasaríamos muy bien, piénsatelo.

Me quedé observándolo, definitivamente no tenía intenciones de irme con este imbécil a Nueva York, tenía a Barbara y me quería ir con ella, pero ella aún no me había dicho que sí.

-Piénsate lo de Nueva York pero hoy pasas la tarde conmigo ¿qué me dices?- Paul insistió.

-Me encantaría pero tengo que ir al psicólogo, es mi primera sesión.

La camarera temblorosa volvió a aparecer esta vez con los entrantes, la miré con cuidado, no quería ponerla más nerviosa de lo que estaba.

-No sabía que tenías problemas- dijo con tono preocupado.

-No es nada serio, voy por obligación, se podría decir.

Paul se levantó y se dirigió al baño, yo aproveché para sacar el móvil y mirar las redes sociales, seguían siendo TT y las fotos que nos habían tomado ya estaban en instagram.

Mi Instagram estaba a rebosar, mi publicista había subido una foto de Diana conmigo anoche y había puesto un mensaje bonito para ella ¿de verdad alguien se creería que ese mensaje lo había escrito yo?

Solté una carcajada.

Ni Diana se creería tal mentira.

Intenté terminar la comida lo más rápido que pude, lo del psicólogo era una excusa para irme pronto pero por desgracia había olvidado que tenía psicólogo de verdad.

Mala mía.

Estaba nerviosa en la sala de espera, no entendía por qué el psicólogo me hacía esperar ¿no sabe quién soy yo?

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora