•Barbara Palvin y tú• Famous in love•

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La peor parte de todas fue levantarme al día siguiente en aquella cama y ver quién estaba abrazándome ¿de verdad había hecho lo que había hecho? La multa verificaba que sí, lo había hecho.

Le quité el brazo a Diana con sumo cuidado y salí huyendo de su cama, ni siquiera la sentí meterse en la cama anoche, no era la primera vez que me levantaba con alguien equivocado en una cama equivocada pero esta vez había sido muy sensata de lo que había hecho y del daño que podía hacer.

Quise buscar mi móvil pero no lo encontraba, estuve dando vueltas por aquella habitación hasta que recordé que lo había puesto a cargar, desconecté el móvil del cargador y empecé a ver los mensajes que no pude leer anoche debido a que se me acabó la batería, la gran mayoría era de mi maravillosa compañera de piso dándome ánimos.

Será idiota.

Salí al salón a recoger mi ropa del suelo y me dirigí al baño intentando no hacer mucho ruido me quedé mirando la camisa arrugada, tendría que haber tenido más cuidado, ahora tengo que ir al rodaje con ropa arrugada.

Me miré en el espejo, tenía marcas por el cuello y no sabía de quién eran si de Barbara o de Diana.

Resoplé mientras daba una vuelta para ver si tenía alguna sorpresa más.

Me eché un poco de agua a la cara y terminé de vestirme ¿debería despedirme de Diana? ¿Cómo me despido?

Decidí olvidarme de Diana y me dirigí a la cocina, tenía que tomar un café antes de irme a grabar.

Después del café, lavé mi taza y me dirigí hacia la habitación de Diana, estaba dormida, quise acercarme para despertarla y avisarla de que me iba pero era una tontería despertarla.

¿Debería darle un beso?

Decidí darme la vuelta y salí de aquella casa, por desgracia tuve que aguantar la mirada de sus vecinos en el ascensor, sé que se estaban preguntando por qué había una chica desconocida despeinada con ropa arrugada en el ascensor.

Noté un alivio dentro de mi cuando el ascensor se abrió en la planta baja y pude salir de ahí.

Me subí al coche y me dirigí hacia mi nuevo día de rodaje, estaba cansadísima, no sé si podré aguantar este ritmo de vida por mucho tiempo ¿cómo lo harán los demás?

Como había llegado pronto tenía buena zona para aparcar, me bajé del coche y me di cuenta de qué apenas había gente, las que siempre llegan tarde son Barbara y Bella.

Me dirigí hacia el catering, ya que un café para mi, no era suficiente.

La gente se sorprendió al verme tan pronto en el trabajo y más se sorprendieron cuando me vieron el cuello.

Notaba los cuchicheos y risitas cuando me giraba, la que peor lo pasó fue mi estilista, tuvo que taparme las marcas del cuello.

-Ya está, no se ve ninguna marca- guiñó el ojo.

Agradecí y salí a buscar a Barbara.

Barbara estaba en su silla tomando café.

Nos miramos pero ella apartó la mirada, se me hizo bastante raro ¿debería acercarme?

Me quedé quieta observándola desde dos metros de distancia hasta que se dignó a volver mirarme.

-¿Vamos ya a grabar?- sonó seca.

-¿Se puede saber qué te pasa?- susurré.

Barbara me señaló el baño, esperé dos minutos a que entrase ella y luego entré yo.

-¿Se puede saber que te pasa conmigo?

-¿Recuerdas que tenemos que evitar acercarnos en público? pues eso- me dio corto beso.

-Parecemos dos quinceañeras ocultándonos-reí.

-Por cierto ¿qué tal anoche?

-Bien- carraspeé.

-¿Sólo bien?

-Sí, estuve con Diana y sus amigos.

-¿Le has hablado del evento?

-Aún no, tenía pensado decírselo hoy.

-Ya me contarás.

Barbara salió del baño y yo me quedé mirándome en el espejo ¿por qué no se lo he dicho? Ella tuvo la idea.

Me eché agua y salí de aquel baño, tocaba grabar.

La grabación no fue tan mal como yo creía, no había podido repasar el guión y me inventé gran parte de las escenas, pero al director no le importó que me inventase líneas mientras montara el drama.

Tenían la costumbre de aplaudir cada vez que terminábamos una escena, me sentía el centro de atención y era algo que no me gustaba, la gente se estaba despidiendo, pasado mañana teníamos dos días de descansos y todos estaban deseando que fuese mañana para largarse de ahí y era completamente normal ¿qué haría en estos dos días? ¿descansaría? puede ¿me iría fuera de la ciudad? No lo sé.

Me quedé perpleja en mis pensamientos hasta que noté que alguien me tocaba el brazo, me giré preocupada por si pasaba algo, era Camila.

-He notado que no estás muy atenta ¿quieres tomar algo conmigo? y así me cuentas- sonrió.

-Lo siento, he quedado con mi novia- mentí.

-Entonces hasta mañana- me abrazó.

-Adiós.

Lo sentía mucho por Camila pero quería una tarde para mi y como de costumbre no tendría una tarde para mi, mí manager me quería para una promoción y para una cita con Diana, Barbara pasó por mi lado sin mirarme pero no es algo que me importase, debía ir a mi camerino a por mis cosas y me largaría de ese infierno.

Rebuscando mis cosas me encontré con un Paul muy sonriente sujetando la puerta de aquel diminuto camerino.

-¿Dónde pasaste la noche?- vacilaba.

-¿A qué te refieres?- quise mantener la calma.

-TMZ te ha fotografiado esta mañana despeinada saliendo de casa de Diana Silvers- elevó la voz emocionado.

-Es una larga historia- murmuré.

-Me alegro mucho por ti, ya has superado a Barbie, felicidades- se abalanzó para abrazarme.

-¿Barbie? ¿desde cuándo la llamas así?- me separé de su abrazo.

-Así la llaman- se sentó nervioso en mi silla.

-Por cierto ¿qué haces viendo TMZ?

-Todo el mundo ve TMZ.

-Yo no lo veo.

-El que no lo ve miente, por cierto vente esta tarde a mi casa y hablamos de cosas.

-Me encantaría pero sabes que no he pasado la noche en mi casa, necesito descansar y cambiarme de ropa, ademas mi manager me quiere ver, me obliga a tener otra cita con Diana.

-Casi todo eso puedes hacerlo en mi casa, muchas chicas se dejan olvidadas sus cosas, tengo prácticamente un armario con ropa de fans- soltó una carcajada.

-Necesito a mi cama pero dime ¿de que quieres hablar?

-De Barbie.